La verdad es que no paramos de sorprendernos, por el rumbo que está tomando. Primero, veamos los gráficos que hacemos mensualmente, para tener un primer pantallazo:
Fácilmente podemos ver que se venían moviendo bastante parejos, el blue y el dólar de equilibrio. Pero claramente vemos que se separaron este mes. El dólar blue cerró a $ 15,75 mientras que el dólar de equilibrio aumentó a $ 20,14. La brecha por primera vez, en más de 2 años, superó el 20%.
Por otro lado, también podemos ver que la brecha entre el blue y el oficial se mantiene en niveles muy altos. Ya hace más de 4 meses que está por sobre el 60%. Lo que sorprende (y en forma negativa) esta vez es la diferencia entre el dólar oficial y el de equilibrio.
Si venís leyendo nuestros informes, ya conocés nuestra opinión. No tenemos dudas que “en economía, no hay cena gratis” y lentamente, va llegando la hora de pagar la cuenta. Si bien la base monetaria no aumentó considerablemente durante el último mes, el salto en el dólar de equilibrio se refleja por la disminución de las reservas, que pasaron de USD 33.257 millones a USD 26.969 millones, bajando un casi un 20%. Desde ya, el pago del BODEN 2015 fue el que mayor impacto causó en las reservas, que son más que escasas.
¿El pago de deuda con reservas es normal? Lamentablemente, no. ¿Eso aporta al archi mencionado “desendeudamiento?. Por supuesto que tampoco.
Para verlo con un poco más de detalle, vamos a analizar el activo del BCRA, siempre basándonos en la información oficial que brinda el mismo BCRA:
Claramente vemos que las reservas representan menos del 20% del total del activo. Realmente, no parecen ser significativas. Sobre todo, teniendo en cuenta que el 66% son títulos públicos y adelantos transitorios, es decir, “papelitos” que no pueden ser utilizados para enfrentar una corrida cambiaria ni ningún otro movimiento que necesite hacer el BCRA. Y para más datos, seguramente nunca volverán a ser reservas. La historia nos muestra que cada vez que el BCRA recibió bonos, letras y demás…se terminan renovando al vencimiento. Pero es prácticamente imposible que el Estado (Tesoro) le devuelva al BCRA lo que le sacó.
Ahora bien, mirando sólo estos números ¿podríamos decir que son insuficientes? Las opiniones, como siempre, están divididas.
En primer lugar, la realidad es que ese importe tampoco es el correcto a nuestro criterio. Podés ver el cálculo en el anterior informe: https://rosariofinanzas.com.ar/Articulos.aspx?id=480. Las reservas netas representan un monto sensiblemente inferior.
Por otro lado, entendemos que lo más importante a tener en cuenta es la CONFIANZA. Ahí está la clave. Si todos los que actúan en la economía (consumidores, inversores, bancos, etc.) confían…podrían ser suficientes. Por el contrario, cuando estos mismos actores no confían en el curso de la economía, quizás el doble (50.000 millones) podrían no ser suficientes. Lamentablemente, nuestro país tiene una muy larga historia de incumplimientos y descontroles (fiscales y monetarios) y justamente, confianza no es lo que sobra. Si querés ahondar en este punto, podés intentar encontrar las reservas de Canadá o Australia por citar 2 ejemplos que, en principio, parecieran estar algo mejor que nosotros aunque algunos lo nieguen. Ellos también tienen reservas, pero no constituyen un indicador importante, dado que justamente, inspiran confianza en el manejo de su economía. Allí el tipo de cambio lo determina el mercado, pero dado el uso responsable que tienen de las distintas herramientas, normalmente no tiene grandes fluctuaciones.
Ahora bien, retomando nuestras reservas, la cifra es muy baja para la realidad por la cual estamos atravesando. Como parámetro podríamos tomar obviamente los números del mismo BCRA:
Y ahora si podemos sacar alguna conclusión más importante. Es muy sencillo observar que en 10 años, para prácticamente el mismo nivel de reservas (las del 2015 representan el 96% de las que había en al 2005), las base monetaría se multiplicó por 10. Y desde ya, el dólar de convertibilidad pasó de $ 1,95 a los actuales $ 20,14.
¿Esto es normal? Claramente no. Y explica en gran parte qué pasa actualmente en nuestro país. Una vez más, el descontrolado gasto se cubrió con emisión, que indefectiblemente, termina en una devaluación de la moneda y un incremento sostenido de la inflación, que es origen de la mayoría de los problemas. Porque no hay que engañarse: el problema mayor no es el valor del dólar. Ese valor es la consecuencia. El origen de los problemas que tenemos, es la inflación.
Tenemos una gran experiencia en inflación en nuestro país y pareciera que no queremos aprender. Convivimos con tasas de inflación de más del 2% mensual casi con normalidad, cuando ese porcentaje es el anual de países más serios y confiables.
Y para mejor, la inflación normalmente viene de la mano de otro viejo conocido: el atraso cambiario. Ya sabemos qué pasó cada vez que ese atraso se usó como ancla inflacionaria. Pero…nos gustar tropezar varias (no sólo 2) veces con la misma piedra.
Esta vez agregamos un condimento más: el cepo cambiario. Como dijimos muchas veces (y no nos cansamos de repetirlo), nadie entra a un lugar del cual no va a poder salir. ¿Qué inversor podría traer dólares al país, a un tipo de cambio artificialmente bajo, para después no poder retirarlos? Una vez más, no generamos nada de confianza.
Obviamente lo que se intentó con el cepo es parar la salida de dólares. Hecho que por supuesto, no se logró. La intención fue sentarse sobre las reservas, pero lamentablemente, éstas siguieron disminuyendo y por las medidas implementadas, se impidió el ingreso de nuevos dólares. O sea, se cerró el ingreso y no se pudo cerrar la salida, porque implicaría un aumento muy superior en el mercado paralelo.
Acá otra aclaración: alguna vez vamos a tener que entender que salvo cuestiones que impliquen un delito, prohibir la comercialización de un bien (como el dólar) genera de inmediato un mercado paralelo. A un precio obviamente más alto. El resultado de estas medidas es que se benefician unos pocos en el mercado supuestamente legal y el resto, queda librado a un mercado negro (o blue) con menos controles y propenso a los abusos.
Si querés, podemos verlo en el siguiente gráfico de venta de dólares ahorro. Con la intención de contener el valor del dólar blue, nos encontramos con estas salidas (desde 01.2014 – información oficial):
Vemos que las ventas en 2 años fueron de USD 8.500 millones. Un importe más que interesante, sobre todo teniendo en cuenta su (casi) imposible reposición. El deporte nacional consistió todo este tiempo en “sacarle” todos los dólares baratos posibles al BCRA para revenderlo a un precio muy superior en el mercado blue.
Ahora, si analizamos un poco el cuadro vemos que el 8,5% (USD 720 millones) se vendieron a personas que ganan más de $ 100.000 mensuales. Y el 80% (USD 6.800 millones) se los llevaron aquellos que ganan más de $ 20.000 mensuales. Claramente, no parecen ser personas que requieran dólares “subsidiados” por el Estado. O sea, como ocurre normalmente, aquellos que más ganan son los que más beneficios tienen.
En definitiva, te mostramos algunos gráficos que pueden clarificar el análisis. A veces, resulta más fácil verlos con los duros y fríos números. Independientemente de la opinión de cada uno, estos gráficos son bastante elocuentes.
Ahora bien, entendemos que los ajustes no son deseables ni graciosos, pero muchas veces son imprescindibles. Es imposible sostener un estado ineficiente y cada vez más grande y burocrático, que presenta un déficit fiscal de casi 7% del PBI y que traba casi todas las operaciones que son normales en cualquier país. Y cuando hablamos de normalidad, lamentablemente no hablamos de Alemania (otro país que anda un poquito peor que nosotros…). Hablamos de países limítrofes, como Chile o Uruguay, donde se pueden importar y exportar productos en forma continua y donde las políticas no dependen de un funcionario de turno.
Estaba claro que el atraso del tipo de cambio para usarlo como ancla inflacionaria nos iba a llevar a esta situación: economías regionales literalmente paradas, fuerte desinversión y reducción en la economía. Realmente no podemos decir que la economía anda bien porque muchos argentinos viajan al exterior. ¿Cuántos de los 40 millones lo hacen? No podemos considerar seriamente los viajes como un indicador económico. La pregunta acá sería: ¿estamos en contra de que la gente viaje? Desde ya que no, pero no hay posibilidad de convalidar un subsidio para un viaje a Miami mientras las frutas en Río Negro no se cosechan o se reducen dramáticamente los stocks vacunos, por citar sólo 2 casos.
Quizás alguna vez podamos entender que tenemos que vivir en nuestra realidad. Es muy “divertido” vivir en un país emergente creyendo que somos del Primer Mundo. Pero es una mentira de patas cortas y con devastadores efectos sociales. Llegar a desarrollar un país en este contexto es una misión imposible.
Seguramente los próximos meses serán volátiles, pero no perdemos la esperanza en que una reactivación de la economía genere empleo verdadero (privado), aumente la producción, incremente el ingreso de divisas y lentamente vaya reduciendo la inflación, que es el origen de los males de nuestra economía.
La seguimos el mes que viene.