Economistas de 53 consultoras y bancos esperan una sostenida baja de la inflación mensual y también de las tasas de las Leliq
El fracaso del gradualismo de la política monetaria y fiscal que siguió el Gobierno en la mayor parte de sus primeros tres años para reducir la inflación, por las presiones alcistas que ejerce el aún inconcluso proceso de recomposición de precios relativos de la economía, como se sintetiza al atraso de las tarifas de los servicios públicos respecto de sus costos, y también al tipo de cambio efectivo de exportación, llevó a la elección de la ortodoxia de déficit primario y de emisión primaria de dinero cero, junto a la intervención cero en el mercado de cambios.
El efecto inicial es la prolongación de un estado recesivo que se inició en el comienzo del segundo trimestre y que se prevé se extenderá, en el cotejo interanual hasta comienzo del 2020, en el caso del consenso del mercado, e incluso de las estimaciones de organismos internacionales.
Pero responde principalmente al efecto inercial, más que a la respuesta a la nueva política monetaria y fiscal. El ex presidente del Banco Central, Martín Redrado, explica ese movimiento como «el resultado de frenar gradualmente un tren que venía lanzado a 150 km por hora, para evitar el descarrilamiento».
De ahí que por tercer mes consecutivo, desde que el actual presidente del Banco Central, Guido Sandleris, anunciara los nuevos lineamientos de la autoridad monetaria y sus objetivos, el relevamiento de expectativas realizado en los últimos días de cada mes entre más de de 50 participantes del REM, reveló que se advierte sustentabilidad del objetivo de baja gradual de la inflación y posterior recuperación de la senda de crecimiento del PBI.
El ritmo esperado de los indicadores básicos
El consenso del mercado proyecta una clara desaceleración de la tasa de inflación a un año; y también del ritmo mensual, tras el pico de 6,5% que midió el Indec para septiembre.
Para diciembre el REM muestra una inflación esperada de 2,7%, una décima de puntos porcentuales menos que en octubre, y cae a 2,5% para enero próximo; y 2,3% febrero y para marzo
Sin embargo, respecto del año previo, la tasa de suba del Índice de Precios al Consumidor se sostendrá en el pico de más de 48% que se habría registrado en noviembre hasta marzo próximo, por efectos inerciales, pero desde ahí se proyecta un rally bajista de modo sostenido.
Mientras que las previsiones sobre la marcha del PBI el consenso del mercado mostró un freno en la tasa de caída en 2,4%, muy inferior a la retracción de casi 6% que acusó el Estimador Mensual de Actividad Económica del Indec en septiembre.
Los pronósticos para 2018 se mantuvieron respecto de la publicación previa: baja de 2,4%; para 2019, se espera que desacelere a una recesión de 1,2%, dos décimas de puntos porcentuales menos que en octubre; mientras que para el año siguiente se acelera en una décima, a una reactivación de 2,5 por ciento.
Un factor determinante del punto de giro proyectado en el ritmo de la actividad, alineado con la desaceleración esperada en la tasa de inflación, será la sostenida disminución prevista en la tasa de interés de referencia de política monetaria resultante de la licitación diaria de las Leliq a 7 días de plazo.
El pronóstico para diciembre del promedio mensual anualizado de la tasa de política monetaria se redujo 500 puntos básicos, pasó de 65% anual en el relevamiento previo a 60% en el presente, como fue el corte de ayer; y para el corriente mes las proyecciones se atenúan a 58,9% anual.
Pero al ritmo de recorte observado en los últimos días, en un contexto de sobrecumplimiento de la meta de expansión monetaria cero, y baja nominal del tipo de cambio, la baja real de la tasa de referencia de mercado podría descender más rápido, al punto que en el Banco Central se analiza eliminar el piso de 60% anual que se fijó hasta que la tasa interanual esperada de inflación por el consenso del mercado baje en 2 puntos porcentuales por dos meses consecutivos.
Se trataría de una señal clara de confianza en la sustentabilidad del nuevo esquema de política monetaria de expansión cero de la cantidad de dinero y de déficit fiscal primario, como volvió a arrojar los pronósticos del consenso del REM de un resultado primario equilibrado para 2019.
Con palabras similares se expresó ayer Enrique Cristofani, presidente del banco Santander Río, en el encuentro anual de agasajo a periodistas, entre los que participó Infobae: «la decisión del Gobierno de apostar por un tipo de cambio competitivo y flotante, equilibrio fiscal primario y política monetaria de emisión cero, permitirán recuperar el crecimiento económico en algún momento de 2019″.