Si bien todo va a «apoyo presupuestario», el Tesoro dejará ese dinero depositado en la cuenta que tiene en el Banco Central. «No necesitamos pesos», aseguran
El segundo desembolso del Fondo Monetario Internacional, por unos u$s 5700 millones, ingresará formalmente a la Argentina entre hoy y mañana, de acuerdo a los tiempos que demore el envío del dinero vía transferencia desde Washington. Una vez que el organismo aprueba a través de su Directorio, en este caso la ampliación del préstamo a la Argentina, pasan dos días hábiles hasta que el dinero en cuestión se desposita en la cuenta que Argentina designa como receptora de los fondos.
El dinero llegará justo cuando tanto el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, como el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, están en la ciudad de Nueva York intentando transmitir tranquilidad a inversores acerca del programa financiero y las necesidades de financiamiento para lo que resta del año y, principalmente, 2019.
Cuando el desembolso del FMI ingrese, las reservas internacionales mostrarán el impacto del ingreso de este dinero: llegarán a tocar casi u$s 53.800 millones, cifra desde la cual fue descendiendo desde el 30 de agosto, en medio de la suba del dólar y las intervenciones en el mercado cambiario por parte del ex presidente del Banco Central, Luis Caputo.
La orden del envío del dinero ya salió desde el FMI: esto se da porque una vez que el Board se expide sobre un país, tal como sucedió con la Argentina, el desembolso se deposita en la cuenta del receptor dos días hábiles más tarde.
No se trata de envío físico de dinero: a través de transacciones financieras el dinero llega al país en cuestión. Para concretarlo, el Fondo puede solicitar a los 52 miembros acreedores que proporcionen divisas, entre los que está Estados Unidos, principal accionista del organismo, y también la propia Argentina.
Por instrucciones del FMI, los miembros acreedores transfieren fondos de sus respectivas cuentas del organismo a las cuentas de liquidación designadas por el Banco Central argentino como agente fiscal del FMI.
Si bien todo el dinero que se reciba de ahora en más, hasta el fin de los desembolsos previstos con el FMI a mediados de junio de 2021, irán como «apoyo presupuestario» (es decir, todo al Tesoro), lo que ingrese caerá inevitablemente en el Banco Central hasta que Hacienda considere necesario utilizar esos desembolsos.
De acuerdo a fuentes del entorno de Dujovne, en lo que resta del año no será necesario pasar lo que ingrese del FMI a pesos ya que están «calzados», es decir, con suficientes fondos en moneda local para afrontar los pagos de salarios, jubilaciones y otros pagos en pesos. Por este motivo, los dólares del Fondo quedarán depositados en la cuenta que el Tesoro tiene en el BCRA.
El 20 de junio el Directorio Ejecutivo del Board había aprobado el préstamo para la Argentina, en la primera versión que conocimos del acuerdo que el Gobierno de Mauricio Macri llegó con el FMI. Dos días después entraron los u$s 15.000 millones del primer desembolso previsto en un esquema inicial de u$s 50.000 millones (ampliado ahora a u$s 56.300 millones): las reservas pasaron de u$s 48.478 millones a 63.274 millones.
A la caza de inversores
Tanto Dujovne como Sandleris mantendrán hoy y mañana reuniones en Nueva York con inversores en el que contarán el programa económico, el Presupuesto base cero para 2019 y el acuerdo con el FMI.
Participarán también el secretario de Finanzas, Santiago Bausili, y la vicepresidenta segunda del BCRA, Verónica Rappoport, que ya estuvieron ayer en Londres junto a Sandleris.
Además de la reunión con inversores, Sandleris se reunió ayer con el presidente del Banco Central de Inglaterra, Mark Carney. En el encuentro conversaron sobre los preparativos para la cumbre del G20 de diciembre y sobre la implementación del nuevo plan monetario. A su vez, ambos mandatarios coincidieron en la importancia de continuar monitoreando la evolución de los mercados financieros internacionales.