Los próximos meses prometen números altos de inflación, mientras que la estabilidad cambiaria es una preocupación constante
Con la llegada de las fiestas de fin de año y el inicio de la temporada de verano las prioridades a la hora de ahorrar e invertir pueden verse trastocadas. Quizás no en todos los casos pasa a ser prioridad acertar la inversión perfecta o buscar un rendimiento extraordinario sino, sobre todo a la hora de tomarse algunos días de vacaciones, poder olvidarse de administrar los ahorros. Eso puede ser una tarea difícil en un mercado tan chico, regulado y al que no le faltan antecedentes de veranos calientes.
Con la inflación cabalgando bien por encima del 50% anual, brecha cambiaria del 100% que alimenta temores de nuevos sacudones cambiarios y muchas trabas para dolarizarse, quien no quiera tener que revisar los ahorros a diario va a tener que adoptar una estrategia defensiva.
La expectativa de inflación mensual para los próximos seis meses se elevó a un promedio del 3,5%, con un pico del 4,1% para marzo de 2022, según el relevamiento de expectativas de mercado del Banco Central. Por su parte, se espera que el tipo de cambio nominal continúe aumentando y alcance los $115 en febrero del año entrante.
En ese contexto, el dólar es el primer activo de refugio que se viene a la cabeza. Pero la posibilidad de dejar las tenencias en stand by hasta retomar la actividad no se detiene ahí e, incluso, incluye opciones en pesos para quienes están impedidos de comprar dólares por las múltiples trabas cambiarias. E incluso poder hacer una diferencia.
Las alternativas, de acuerdo al plazo que se quiera pasar sin tener que revisar las inversiones, van desde el billete hasta plazos fijos que ajustan por inflación. Bonos en pesos ajustados por CER y, con algo de riesgo, también títulos ajustados por tasa variable, pero para un plazo de inversión a marzo o hasta que el gobierno cierre, o no, un acuerdo con el FMI.
“Si uno piensa en olvidarse durante dos o tres meses no piensa en la mejor inversión, la mejor apuesta o lo que más le gusta, sino poder desentenderse un tiempo. Entonces las decisiones tienen que ser distintas”, comentó José Bano, de IOL InvertirOnline.
“Si la idea es estar tranquilo tiene que ser una alternativa bien conservadora, pensando más en cuidar el capital que en ganar mucho dinero”, coincide Giselle Colasurdo, especialista en mercado de capitales y creadora de un canal financiero en Youtube.
Siempre, claro, pensando en inversiones de no tan largo plazo. A lo sumo el verano. Con la idea de una vez terminado ese plazo desarmar esas posiciones y volver a invertirlas. Inversiones a un año o dos de plazo requerirían otras consideraciones.
“Tendrías que descartar todo lo que son acciones. Todo lo que es acciones, Cedear, renta variable, dejarlo desatendido por tres meses no lo recomendaría. Salvo que estés en una estrategia de mucho más largo plazo. Y lo mismo con bonos en dólares, porque toda la negociación con el FMI puede afectarlos para bien o para mal. Más allá de los refugios, yo pensaría en inversiones en pesos pero predecibles”, dijo Bano.
Entonces, dejar los ahorros dentro de relativa seguridad y volver a atenderlos más adelante empieza, en el mercado local, con el dólar. Hay distintas vías para llegar al dólar, aunque con límites. La compra en bancos no puede superar los USD 200 mensuales, el mundo de las criptomonedas no es por ahora para todos, con lo cual la más atractiva en la actualidad es la compra de dólares en la Bolsa.
El llamado dólar MEP se puede comprar en cualquier plataforma de una sociedad de Bolsa o en casi todos los hombanking de bancos locales. La operatoria, que consiste en comprar un bono soberano de corto plazo -típicamente un Bonar 30 o un Global 30- para,tras un día de espera conocido como período de parking, revenderlo a cambio de dólares.
Por el lado positivo, señalan los analistas, el dólar es el activo de refugio local. Y el ahorrista queda protegido ante cualquier turbulencia cambiaria que se presente durante el verano. Por otro lado, si la brecha se mantiene relativamente estable y el movimiento de los distintos tipos de cambio sigue bien por debajo de la inflación, al regreso de las vacaciones el ahorrista se va a encontrar que su poder de compra se disminuyó. Pero en dólares, al menos, la tenencia nominal se mantiene.
Como alternativa al dólar, para quien no quiere ir a por la divisa, no puede hacerlo o quiere colocar en distintas canastas el dinero empiezan a aparecer las coberturas contra la inflación. Por ejemplo, los plazos fijos UVA.
“Para estar tranquilo dólar o plazo fijo UVA. Porque hoy los dos frentes de los que tenés que cuidar el capital es de la inflación o una devaluación”, dijo Colasurdo.
Los plazos fijos UVA convierten el capital a unidades de valor adquisitivo y, al momento de la liquidación del depósito, devuelven ese mismo capital medido en las mismas unidades. Como el UVA, con algún retraso, se ajusta por inflación el resultado es que al principio y al final del depósito se cuenta con la misma capacidad adquisitiva.
Por sobre eso, además, los bancos ofrecen muchas veces un interés que hoy está en torno al 0,1%, dados los pocos incentivos que tienen las entidades financieras a tomar fondos de esa manera.
El plazo mínimo para un plazo fijo UVA es de 90 días. Aunque existen versiones precancelables, en las que se permite retirar el dinero antes del vencimiento, aunque en ese caso se renuncia al ajuste UVA y se percibe una tasa de interés fija.
Más allá de los bancos, la protección contra la inflación también se puede buscar en otros activos. Como los bonos CER. Tanto comprando los bonos en sí, como a través de un fondo común de inversión.
“Yo creo que el más tranquilo va a ser un fondo de bonos en pesos indexados por CER. Lo que lográs con eso es que por el tiempo en que no prestes atención a tus inversiones vas a estar protegido de la inflación, el administrador del fondo lo cuida para que no pierda poder de compra contra la inflación”, dijo Bano.
En general, los fondos comunes de inversión están precisamente administrados. Con lo cual, como instrumento para desatender inversiones por un tiempo son una buena alternativa.
Otra opción, por ejemplo, son fondos que combinan CER con dollar-linked o, directamente, separar ahorros en dos fondos: uno con ajuste por inflación y otro por dólar.
“Justamente, para tener los dos frentes de riesgo cubiertos”, comentó Colasurdo.
Por último, Bano también sugiere una apuesta de riesgo. Orientada a dos o tres meses de duración. O más bien, a lo que dure la negociación entre la Argentina y el FMI.
“Con algo más de riesgo, pensaría en bonos ajustados por Badlar. No tienen rendimientos enormes, pero están cerca de un CER. Una tasa interna de rendimiento del orden del 50%, similar a un CER más 1 por ciento. Pero lo interesante es que un acuerdo con el FMI muy probablemente implique un movimiento de tasas al alza, ya que mencionaron tasas reales positivas. Si vos estás entrando a un bono ahora que te paga Badlar pero de pronto la Badlar deja de pagarte 35% para empezar a pagar 50% vas a tener un resultado mucho mejor que con un CER. Entonces, esto tiene algo de conjetura, porque no es seguro que suban las tasas, por lo que estás tomando algo de riesgo”, concluyó.