Hubo contactos desde Wall Street con el equipo económico para entender la movida. ¿Se diluye el escenario binario tras las elecciones?
Resulta casi imposible adelantar hacia dónde se moverán acciones y bonos argentinos el lunes. La sorpresa entre los inversores tras el anuncio de la fórmula kirchnerista encabezada por Alberto Fernández fue mayúscula, al igual que para el resto del tablero político de la Argentina. Luego del impacto inicial positivo para los mercados por la noticia de que Cristina no será candidata a presidenta, inmediatamente comenzaron a surgir otro tipo de interrogantes.
Quienes primero recibieron una montaña de consultas a sus celulares fueron los dos integrantes del equipo económico que tienen mayor contacto con Wall Street: el secretario de Finanzas, Santiago Bausili, y el vicepresidente del Central, Gustavo Cañonero. Sin embargo, fueron poco lo que pudieron aportar para calmar ansiedades.
El dólar venía manteniendo un comportamiento al margen de lo que sucedía con el riesgo país. El poder de fuego del Central para intervenir alcanzó al menos en lo que va de mayo para calmar las ansiedades de los inversores y ahorristas. No está claro si estas novedades lo despertarán de la plancha que viene haciendo en las últimas semanas.
Pese a que Cristina ya no será candidata a presidente, sigue participando como vice en la fórmula presidencial. Y eso mantiene los elevados grados de incertidumbre de cara a la elección. «Esto puede ser un caballo de Troya, que termina con el desembarco de la propia Cristina en el poder, pero un poco más escondida», indicó a Infobae un importante inversor argentino que vive en Nueva York.
Quizás el único factor claramente favorable de la decisión de Alberto Fernández como candidato -al menos en la visión de los mercados- es que en teoría reduce al menos un poco el escenario «binario» que se había planteado: Macri era el candidato más confiable y Cristina sinónimo del default y el control de cambios.
La debilidad de los bonos está relacionada con este escenario «blanco o negro» que se había planteado. En este análisis, una victoria de Cristina condenaría al país a un default casi inevitable. No por decisión propia sino porque nadie hubiera estado dispuesto a financiarla. Ahora se abre un escenario intermedio, en el que los inversores reaccionarán con cautela, pero también estarían dispuestos a una eventual presidencia de Alberto Fernández un tiempo hasta entender hacia dónde apunta.
En ese sentido, serán claves las señales de las próximas semanas: ¿se sumará Sergio Massa a la iniciativa? ¿crecen las chances de un kirchnerismo unido? ¿cuál sería un eventual gabinete del flamante candidato presidencial? Y la más importante: ¿hasta qué punto Cristina se mantendrá en un rol secundario?
La ex presidenta ya había sido condenada por los mercados de antemano. No le otorgaban ni siquiera el beneficio de la duda. Con Alberto puede ser distinto. Es un perfil a priori más negociador, que tranquilamente podría tender lazos con el FMI para renegociar el acuerdo y que buscará una relación amigable con Estados Unidos y en general con el mercado financiero.
«Si va a ganar el kirchnerismo, prefiero que sea con Alberto Fernández y no con Cristina. Tendría al menos una posibilidad de despegarse un poco de las políticas ya conocidas y tratar de hacer otra cosa. En el corto plazo puede ser malo porque daría la sensación que le baja las chances de victoria a Macri, pero a la larga puede ser beneficioso», señalaba a Infobae un administrador de fondos local.
Algunos creen incluso que aumentan las chances de una victoria kirchnerista en primera vuelta. Esto se explica en parte por la caída que ya venía sufriendo Mauricio Macri. Pero también porque todo indica que Alberto tiene buenas chances de captar al electorado más moderado, que está desencantado con Macri pero que por principios no hubiera vuelto a votar a Cristina para presidente. «El primer impacto de una disminución de las chances de reelección de Macri es algo negativo para los mercados al menos de corto plazo», razonaba otro importante broker local.