La empresa emblema del grupo Corporación América, Aeropuertos Argentina 2000, retornó ayer a los mercados con la colocación de un bono a 10 años y una tasa de 6,95% anual, la más baja de los últimos 14 meses para emisiones corporativas locales. Si bien la compañía tenía previsto tomar u$s300 millones (a más del 7,2%), la demanda superó los u$s2.600 millones, por lo que la colocación se cerró en u$s400 millones y por debajo del 7% (la tasa que convalidó el ministro Caputo en la última emisión). Según la empresa por lo visto ayer se mantiene el optimismo de la plaza financiera internacional hacia los activos argentinos. El mismo sentimiento le transmitieron los bancos Morgan Stanley y Oppenheimer que intermediaron en la colocación.
La reapertura del mercado internacional para la deuda emergente quiere ser aprovechada por empresas y provincias argentinas, además del Estado nacional, para conseguir los fondos necesarios para ir cubriendo los compromisos del año, anticipando nubarrones ante próximas movidas de la administración Trump.
Se estima que en el primer trimestre del año saldrán a buscar no menos de u$s5.000 millones empresas, bancos y provincias. Además el costo de financiamiento no se ha espiralizado como algunos temían, a la espera de decisiones de la Fed. De modo que el sector privado y las provincias apuntan a aprovechar el respiro que se toma el Ministerio de Finanzas, tras la última megacolocación, para ir en busca del apetito de los inversores ya que se descuenta que el Gobierno volverá pronto al mercado para terminar de cubrir sus necesidades de financiamiento.
Esta semana también irán al mercado externo el Banco Supervielle (obligaciones negociables en pesos, con dollar linked), la provincia de Entre Ríos y el grupo energético CLISA (reabre emisión), que apuntan a emitir u$s300 millones, u$s350 millones y u$s100 millones respectivamente. Otros que calientan motores para salir al mercado este mes son los bancos Macro y Galicia, Central Puerto, y las provincias de Tierra del Fuego, Santa Cruz y Buenos Aires, claro que éstas deben obtener el giño del Gobierno.
Si bien los agentes colocadores hablan de rendimientos de entre 7,5% y 8,50%, la colocación de AA 2000 consolida las esperanzas que las próximas emisiones privadas, más allá de la calidad crediticia del emisor, se pacten por debajo del 7%. Las provincias aspiran más a captar los fondos necesarios que la tasa a pagar, sobre todo, después del último cierre de los mercados ante el advenimiento de la era Trump.
Cabe señalar que el año arrancó con gran activismo de los emisores privados argentinos. Días atrás Pampa Energía colocó u$s750 millones en bonos a 10 años al 7,625% frente a una demanda de más de u$s4.000 millones. También otras energéticas colocaron en el inicio del 2017 como la subsidiaria argentina de AES Generación que emitió u$s300 millones a 7 años al 7,75% con una demanda que superó los u$s1.600 millones y Genneia que convalidó una tasa del 8,75% a 5 años por colocar u$s350 millones frente a una demanda de u$s1.050 millones.
Según los bancos de inversión de Wall Street, hay fondos suficientes para los emergentes. La tasa es otro tema. Pero lo que destacan en el caso argentino es que al Gobierno no le contarán las costillas fiscales este año, lo cual terminará beneficiando a los privados y provincias en su búsqueda de recursos. Pero como no hay nada garantizado con Trump y la Fed todos quieren apurarse.
Fuente: http://www.ambito.com/871149-inversores-mantienen-apetito-por-deuda-argentina