Los precios en la Bolsa se mostraron firmes, y los brokers se aferraron a los 30 días que tiene el país para negociar. Las calificadoras podrían bajarle la nota a la Argentina
A medida que la saga de los buitres avanza se vuelve más impredecible y, en consecuencia, el mercado se sobrecarga de volatilidad.
El viernes la Bolsa revirtió una caída de 3% tras conocerse la decisión del juez Thomas Griesa sobre el pago a los bonistas. El mercado celebró que el juez no embargara los fondos del país para pagarle a los fondos buitres, sin embargo el escenario para hoy tampoco es favorable. Griesa le exigió al Banco de Nueva York que le devolviera al Banco Central (BCRA) el pago realizado por el gobierno para cumplir con los hold-in.
Así, hoy solo cobrarían los tenedores de Discount que se rigen por ley argentina. Además, el Ministerio de Economía publicó un comunicado el viernes en el que acusó a Griesa de “abuso de autoridad” y de “impedir a los bonistas cobrar lo que legítimamente les corresponde”. Por si fuera poco, las calificadoras de riesgo podrían declarar hoy en default a la deuda soberana.
No obstante, también es cierto que el default solo se decretaría 30 días después del incumplimiento de pago, y ese es el partido que están mirando los inversores.
El cierre del viernes del Merval fue 1,1% arriba, mientras que la versión en dólares bajo ley de Nueva York del Discount, el título protagonista de la disputa, creció hasta 2,5% para luego terminar con un alza de 1,3%. Asimismo, los Adrs tuvieron una buena performances, aunque algunos papeles cedieron, las energéticas y los bancos siguieron firmes.
“Los precios que vemos en el mercado no son precios que pronostiquen un default”, señaló Sabrina Corujo, analista de Portfolio Personal.
Es que si se toma el nivel del Merval, el índice se mantiene en máximos del año, al igual que el Discount. Esto no quita que la volatilidad se haya disparado. “Hay una volatilidad elevadísima. Pasó del 40%, 45% a un 90%, y a medida que se acerque el 30 de julio va a ser peor”, advirtió Corujo.
Por su parte, el CEO de First Corporate Finance, Miguel Arrigoni, recordó que las reestructuraciones de deudas suelen ser así de imprevisibles: “No hay reestructuración que no caiga en situación de estrés. Es común creer que la solución está cerca y que luego todo se deshaga”.
A su vez, Arrigoni opinó: “Me llamó la atención que Griesa no optara por el embargo. No quiso hacerse responsable del default de un país, lo que quiere es que el gobierno y los fondos negocien de una vez”. Igualmente, el especialista aclaró que el país nunca salió del default porque desde 2001 que quedan pesos por pagar.
Corujo, en tanto, sostuvo que si bien el embargo hubiera sido tomado pésima noticia y la reposición del stay como una excelente, la decisión de Griesa quedó en un rango medio. “Fue una estrategia bastante peligrosa”, subrayó la analista de Portfolio Personal.
Para el economista Gustavo Ber, de estudio Ber, que el juez “no se haya inclinado por avanzar con un embargo a favor de los holdouts estaría dejando en claro que tampoco está dispuesto a otorgarles un pago en efectivo por la totalidad, lo cual podría traducirse en una solución que incluiría bonos”.
Esta es la solución que ganó fuerza la semana pasada en la City, un pago a los fondos buitres mediante la emisión de bonos, al estilo que se cumplió con Repsol por la estatización de YPF. Se utilizaría la misma “ingeniería”, pactar de antemano con un banco para que se quede con los bonos y le pague en efectivo a los holdouts. De todas formas, todavía hay grises legales sobre si este tipo de acción podría desencadenar nuevos reclamos judiciales por la cláusula Rufo.
Los próximos treinta día serán clave, y al menos en terreno local no hay demasiados refugios. Las acciones de Tenaris y Petrobras, al estar más ligadas al contexto internacional, tampoco lograron contener a los inversores. Estos papeles sirvieron cuando el dólar subía, pero en estos momentos el escenario se volvió más arduo.