NOTA: Artículo publicado en ON24 en el mes de marzo 2015
Para los argentinos hay 3 inversiones que son como clásicos del domingo: inmuebles, plazo fijo y el dólar. Los que se atreven a salir de esas inversiones y recurren a la Bolsa en busca de un mejor retorno invierten en títulos públicos, obligaciones negociables y los más osados en acciones. Hasta aquí todas estas inversiones podemos clasificarlas dentro de lo que llamamos un mercado de contado. Ninguna pertenece al mundo de los derivados. El objetivo de la nota es mostrar esta muy interesante herramienta de inversión para poder sacarle provecho a todo su potencial.
¿Qué son los derivados y cómo funcionan?
Un derivado es un instrumento financiero cuyo valor “deriva” del precio de otro activo el cual suele denominarse activo subyacente. Los más conocidos en Argentina son “futuros” y “opciones”
Un contrato de futuro es un acuerdo para comprar o vender un activo en una fecha futura a un precio determinado. Las opciones otorgan a su tenedor el derecho (no la obligación) a comprar (call) o Vender (put) el activo subyacente a un precio predeterminado.
Una diferencia fundamental entre un instrumento financiero tradicional (acciones, bonos) y un instrumento derivado se da en la formación de precio. Mientras que entre los primeros la formación de precios se da por la interacción de la oferta y la demanda sobre el activo, en los instrumentos derivados el precio se desprende básicamente del activo objeto del contrato. Por ejemplo en el mercado de la soja, el precio de la oleaginosa se forma por interacción de la oferta y la demanda. El precio del “futuro” de soja derivará principalmente del valor que tiene la soja en el mercado primario.
Hecha esta introducción veamos como una persona puede utilizarlos e incluirlos en su cartera de inversiones.
Inversiones en commodities
Los derivados son una alternativa más que interesante de incorporar commodities a la cartera. Actualmente la oferta en Argentina a través del ROFEX incluye futuros sobre granos locales (soja, trigo, maíz), granos a valor de Chicago (soja y maíz), oro y petróleo. Un aspecto muy interesante es que a diferencia de los bonos y acciones, en derivados se puede estar comprado o vendido. Es decir, no es necesario tener un futuro de soja para poder venderlo. Esto permitirá que quien pretenda beneficiarse de una baja en el precio del activo subyacente pueda hacerlo.
La venta de futuros agropecuarios es de hecho una de las operaciones más comunes y son utilizadas por quien quiere transferir un riesgo. El productor triguero tiene su producción sujeta a las variaciones de precios propias del cereal. Vender un futuro de trigo le permite asegurar su precio ya que transfiere su riesgo a un inversor dándole certidumbre a su negocio. Esta es la típica función de cobertura que dio el nacimiento a los derivados.
Captura de tasa
Además de beneficiarnos simplemente del cambio de precio del subyacente, podemos combinar estos instrumentos con otros del mercado contado para obtener una tasa de interés superior a la de bonos y plazos fijos. En este caso la captura puede ser 100% calzada o no. En el primer caso tendremos que combinar un activo con un futuro. En el segundo, un activo con una opción. Veamos ejemplos:
· Un inversor compra el 13/3/2015 10 BODEN 2015 a $12.290. Simultáneamente vende 10 futuros de BODEN 2015 con vencimiento el 30/6 a $12.859.- El inversor calzó 100% la operación. Veamos el flujo de fondos. El 13/3 salen $12.290.- El 3/4 cobra el cupón por $427 (USD 35 a 12,20 TC MEP) y el 30/6 recibe la venta por el futuro de $12.859.- Ganancia de $996.- Un plazo fijo al 23% en el mismo lapso hubiera rendido $827.-
· Cover-Call: Esta estrategia consiste en ponerle un techo a las posibles ganancias a cambio de obtener protección contra la baja. Es muy común combinando acciones con opciones. Veamos: un inversor compra el 13/3 1.000 acciones de Siderar por $7.920. Simultáneamente vende 1.000 opciones de compra Call de Siderar de base 7,62 con vencimiento el 17/4 a 65 centavos c/u, en total la inversión fue de $7.270. Al vencimiento pueden pasar 2 cosas. Si Siderar vale en el marcado más de 7,62 quién posea el Call lo ejercerá y le comprará la acción a 7,62. En este caso el retorno será de $1.048.- Sin embargo esta estrategia no es exenta de riesgo ya que si al vencimiento Siderar baja a $6,50 la pérdida será de $894.- En un valor de $7,27 el resultado sería neutro. Aquí vemos la protección a la baja ya que la acción cayó el 8% y el inversor no perdió dinero.
Dolarizar cartera
Usando futuros de dólar podemos convertir una cartera en pesos en una en dólares. Esto implicará transformar retornos en pesos por retornos en dólares. Para esto necesitamos combinar un activo con renta en pesos y futuros de dólar. La rentabilidad en dólares surge de la tasa que paga el instrumento en pesos menos la tasa de interés implícita en los futuros. Actualmente la tasa implícita de los futuros ronda el 28% con lo cual toda tasa en pesos por encima de ese monto generará una rentabilidad en dólares.
Adicionalmente los futuros de dólar sirven para beneficiarnos de movimientos en el tipo de cambio oficial. El futuro de dólar junio (vencimiento el 30/6) cotiza a $9,45 por dólar. Aquel inversor que crea que para esa fecha el dólar estará por encima deberá comprar un futuro. Por su parte aquel que considere que para esa fecha el dólar oficial estará por debajo debería vender futuros.
Conclusión
Estas son sólo algunas alternativas de uso de los derivados para potenciar la cartera de inversión, explicadas brevemente por razones de espacio. Quedaron afueras temas técnicos, garantías y apalancamiento entre otros pero espero que este artículo sirva para generar inquietud sobre esta rama del mundo de las inversiones tan o más apasionante aún que las demás.