El ritmo de inflación bajó en agosto a 1,4% mensual, y aunque el IPC núcleo acompañó la desaceleración, los precios de los alimentos retomaron un ritmo de crecimiento superior al 2%. Si bien oficialmente descartan el efecto de traslado a precios de la devaluación que tuvo lugar el mes pasado, los analistas no descartan que en los meses próximo el pass-through pueda notarse. El presidente del Banco Central Federico Sturzenegger celebró ayer la caída en el indicador núcleo aunque la entidad buscará que «acompañe el proceso de desinflación de manera más contundente».
El IPC Nacional de agosto que difundió ayer el Indec entregó un par de noticias positivas para el Gobierno nacional: que la inflación general cayó respecto al mes pasado y que la inflación núcleo, descartando precios regulados y estacionales, también se desaceleró a 1,4% mensual y que el traslado a precios de la devaluación del peso de agosto tuvo un efecto acotado. Los datos menos alentadores fueron una reaceleración fuerte del ritmo de inflación de los alimentos, que pasó de 1,1% a 2,1% y que la inflación todavía no se acerca al porcentaje mensual que necesita el Banco Central para encarar el 2018 (más cercana al 1%, ver aparte) mientras este año todavía restan ajustes de precios relativos de servicios públicos. Para los analistas el Banco Central tiene cada vez menos margen para relajar el sesgo contractivo de la política monetaria en los próximos meses.
«Por suerte el indicador de agosto vino con una inflación núcleo bastante más baja», celebró Sturzenegger ayer durante su discurso en el 33ºCongreso de Marketing Financiero. El BCRA, en su comunicado de política monetaria de ayer en el que anunció que mantuvo la tasa de pases, dijo que «buscará que la inflación núcleo acompañe el proceso de desinflación de manera más contundente».
El rubro alimentos tuvo una aceleración del ritmo inflacionario de un punto a 2,1%, lo que puso en debate si se trató de un síntoma de la devaluación de agosto. Los alimentos que más aumentaron durante agosto fueron las verduras, con subas que llegaron al 45%, como en el caso del tomate. En el Gran Buenos Aires, los aumentos de comestibles más pronunciados se registraron en verduras: el tomate trepó 44,9%; la lechuga, 17,6% y el zapallo anco, 2,4%. Según la medición oficial, la manzana experimentó en agosto un alza del 5% y el limón subió 3,3%. Los analistas difieren sobre si este síntoma se puede atribuir a la devaluación del peso de agosto: «La principal causa es que son estacionales. Incluso estamos viendo que se van a revertir el mes que viene», consideró Gabriel Zelpo, de Elypsis. Por su parte, Federico Furiase, del Estudio Bein y profesor en la Maestría de Finanzas en la Universidad Torcuato Di Tella, «podés tener temas estaciones pero también algo de la suba en el tipo de cambio, los alimentos que componen la mesa de los argentinos tienen un componente fuerte de insumos que se exportan».
El BCRA necesitaría suba de precios de 0,8% mensual para cumplir la meta de 2018
La persistencia de la inflación en cifras más cercanas al 1,5% que al 1% presiona no sólo a las metas de inflación de este año sino, fundamentalmente, a las del año próximo. El Banco Central necesitaría un ritmo inflacionario mensual de 0,8% durante 2018 para cumplir con la meta de 10% (con margen de 2%) si la inflación siguiera el camino que proyecta el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) según una estimación del analista Federico Furiase.
La inflación acumulada a agosto fue de 15,4% en lo que va del año, por lo que es altamente improbable que el BCRA pueda cumplir la primera meta anual de inflación que planteó en su esquema de inflation targeting. En un contexto en el que la autoridad monetaria busca “construir reputación”, la persistencia de la suba de precios por encima del 1% pone, además, presión a la meta del año próximo y quita margen al BCRA para relajar su política monetaria. “La inercia de 2017 va a afectar a la negociación paritaria del año próximo”, consideró Furiase.
“Yo creo que hay posibilidades de que termine el año con un registro cercano al 1% lo cual es bueno pero el año próximo vas a volver a tener ajuste de tarifas, el dólar va a volver a subir por lo que no podemos esperar que sea un año totalmente despejado, por lo cual la meta también va a ser difícil el año que viene”, explicó en tanto Gabriel Zelpo.
IPC porteño fue de 1,6%
En paralelo, ayer se dio a conocer la inflación de agosto en la Ciudad de Buenos Aires, que fue del 1,6% según el Gobierno porteño y acumuló en lo que va del año un alza del 16,9%. La medición interanual en agosto trepó al 25,9%, tres puntos porcentuales por encima del mes anterior. Al respecto, el gobierno explicó que la variación interanual “estuvo influenciada por la baja base de comparación debido a la anulación en agosto de 2016 de los cuadros tarifarios del servicio de gas por red que habían entrado en vigencia en abril de ese año”.