Son los Bonte 2021, 2023 y 2026 en pesos y a tasa fija. Fueron sumados a la serie GBI-EM, que lista títulos en moneda local de 16 emergentes. Los títulos argentinos equivalen al 1,56% del índice principal.
Ayer tras el cierre del mercado en Wall Street, JPMorgan incluyó oficialmente a tres bonos argentinos en pesos en su serie de índices de bonos de mercados emergentes en moneda local. La decisión del banco de inversión había sido adelantada el 5 de enero pasado, luego de la eliminación de las trabas para el ingreso de inversiones de corto plazo. Según estimaciones de la propia elaboradora del índice u$s 2500 millones en inversiones de fondos pasivos que siguen a los índices emergentes ya se colocaron en los papeles argentinos.
Desde ayer, los bonos Bonte 2021, Bonte 2023 y Bonte 2026 en pesos y a tasa fija emitidos el año pasado por el Tesoro y ampliados este año pasaron a formar parte de tres de los índices de la serie Government Bond Index-Emerging Markets (GBI-EM) que elabora JPMorgan. Según estimaciones actualizadas al 23 de febrero, los papeles argentinos representan ahora el 4,03% de la cartera del «GBI-EM Diversified», el 1,06% del «GBI-EM Broad Diversified» y el 1,56% del índice «GBI-EM Global Diversified», el más importante de todos.
Lo interesante de la inclusión de títulos en este tipo de indicadores es que en todo el mundo fondos pasivos que manejan u$s 185.500 millones siguen a estos índices, es decir, imitan sin chistar la composición que dicta JPMorgan.
En los últimos meses, desde el anuncio de la posible inclusión en el índice hasta la concreción de anoche se estima que u$s 2500 millones se colocaron en los tres bonos elegidos, según cálculos de Carlos Carranza y Jonny Goulden, estrategas de JPMorgan.
Semejante flujo de demanda hizo subir los precios de los papeles argentinos y decrecer su rendimiento. Sólo en enero, la brecha entre el rendimiento del bono argentino en pesos a 5 años y el rendimiento promedio del resto de los bonos en monedas locales de otros países emergentes se achicó 196 puntos básicos, tras conocerse la inclusión en el GBI-EM. Menos rendimiento significa menos tasa a la hora de colocar deuda, endeudamiento algo más barato para el ministro de Finanzas, Luis Caputo.
Los índices de bonos en moneda local de países emergentes incluyen títulos de Brasil, Chile, Colombia, Indonesia, Hungría, México, Perú, Rusia, Sudáfrica, Turquía, Tailandia, Rumania, Polonia, Filipinas y Malasia.
Las emisiones de deuda argentina no eran incluidas porque no existían emisiones de tamaño suficiente y, además, por la existencia de restricciones a la entrada y salida de inversiones al país.
En enero la Argentina eliminó la obligatoriedad de permanecer al menos 120 días para los fondos que invierten en activos financieros locales. Un año antes el plazo era de 365 días y además había un encaje forzoso. Tanto el encaje como el plazo mínimo de permanencia fueron reducidos a cero y, de inmediato, JPMorgan comunicó que elegiría a las emisiones de deuda argentina.
La inclusión en el GBI-EM se adelantó así al listado del mercado argentino en el índice MSCI Emerging Markets que elabora Morgan Stanley. Hoy, ese banco de inversión lista a los activos argentinos en su índice MSCI Frontier Markets, es decir que los categoriza como «de frontera» y no emergente. Se estima que 9 empresas argentinas están en condiciones de formar parte del fondo y los fondos pasivos que lo siguen resultarían en un flujo de ingreso de inversiones de alrededor de u$s 1000 millones. Se estima que la inclusión podría llegar en 2018.