La Justicia norteamericana escuchará hoy el descargo de las partes. A partir de mañana, ya no habrá más instancias para exponer argumentaciones y comenzará a regir el plazo para que el tribunal decida si toma el caso
La Argentina contestará hoy la presentación por escrito que hace dos semanas hicieron en conjunto los holdouts Elliott, Olifant y Aurelius, y que mencionaba que el país es un estado soberano "rico" que puede "honrar sus obligaciones sin caer en ningún default".
Los acreedores de bonos que no aceptaron ingresar a los dos canjes de deuda le reclaman a la Corte de EEUU que no tome el caso y que, de ese modo, queden firmes las dos sentencias negativas de primera y segunda instancia que pesan contra la Argentina.
Los abogados del estudio Cleary, Gotlieb, Steen & Hamilton (CGS&H), que representan al gobierno nacional, se tomaron completos los 10 días que le otorgaba el tribunal para contestar las argumentaciones, lo que se concretará hoy. Jurídicamente, la clave es ganar tiempo y exprimir al máximo las posibilidades que da el cronograma legal, publica el diario Ámbito Financiero.
La Argentina tendrá así hoy la última oportunidad de convencer a los acreedores de bonos en default de que el "juicio del siglo" sea una de las 80 causas que el tribunal toma por año, de unas 4.000 que llegan a esa instancia. Esta sería la mejor opción de todas para el país, ya que si esto sucede, gane o no el caso, la definición de la Corte deberá esperar hasta el año próximo, añadió el matutino.
En junio, según los litigantes, podría haber una definición de la Corte Suprema en torno de la posibilidad de analizar o no los dos expedientes relativos a la Argentina.
El más trascendente es del pari passu, que el país ya perdió en dos oportunidades y que, según el juez Thomas Griesa, lo condena a pagar unos 1500 millones de dólares a los holdouts y a un grupo de minoristas argentinos.
El segundo, ligado al primero, es el del discovery, por el que los fondos buitre pidieron indagar en el Banco Nación y en bancos norteamericanos si existen fondos embargables de la Argentina en el exterior, incluyendo bienes de la familia Kirchner.