Estaba cerrada por Moreno desde julio. Ahora liberan 500.000 toneladas en una primera etapa hasta completar 1,5 millón. El Gobierno espera que ingresen divisas. Rechazo de los productores.
El Gobierno volvió a autorizar ayer las exportaciones de trigo, suspendidas desde julio por Guillermo Moreno debido al faltante del cereal en el mercado interno y la fuerte suba de los precios del pan y otros derivados. De todos modos, con una nueva cosecha ya disponible en los silos, esta habilitación será gradual y con cuentagotas, ya que ahora se liberan permisos por apenas 500.000 toneladas. Por eso, la Mesa de Enlace salió a repudiar el anuncio de los ministros Axel Kiciloff y Carlos Casamiquela. Lo consideran una continuidad de las políticas aplicadas por el ex secretario Guillermo Moreno.
En conferencia de prensa, el titular de Economía y su par de Agricultura confirmaron lo que había anticipado Clarín la semana pasada: que se abriría la canilla exportadora para el cereal. Pero Kicillof fue terminante al indicar que esa reapertura sería “gradual”, de modo de evitar que se repita la crisis de abastecimiento de mitad de 2013, cuando por la escasez el trigo local llegó a ser el más caro del mundo y el precio del pan trepó a 28 pesos por kilo.
“El único interés del gobierno es que no falte pan en la mesa de los argentinos a un precio razonable”, destacó el ministro.
En realidad, también impulsó esta decisión la necesidad de dólares que tiene la economía.
Difícilmente esta apertura logre saciarla. Y es que las cerealeras ya adquirieron de los productores más de un millón de toneladas (más que las autorizadas para exportar), y por tanto no ingresarían nuevas divisas al país.
Tampoco habrá mayor recaudación por retenciones, pues para habilitar estos embarques se usarán 1,7 millones de toneladas de ROE (permisos de exportación) que no pudieron utilizarse en 2013, y que ya pagaron ese tributo.
Según el titular del Palacio de Hacienda, que ayer además rechazó la posibilidad de eliminar las retenciones del 23% que tributa el grano, como reclaman las entidades rurales y varios políticos opositores, las exportaciones de trigo serían de al menos 1,5 millones de toneladas, aunque en una primera etapa se habilitará solo un terció de ese volumen. Kicillof agregó que este ritmo se consensuó con la cadena triguera, formada por los exportadores, los molinos y supuestos productores.
El único que salió a aplaudir la medida, en rigor, fue el tambero K y titular de la CGE, Ider Peretti. La Mesa de Enlace, por el contrario, lamentó no haber sido consultada y acusó a Kicillof de falsear la verdad. “Ni la mesa de los argentinos tiene un precio de pan razonable ni los productores reciben un precio acorde al esfuerzo, los costos de los insumos y a la inflación, que golpea sin cesar. Esta medida profundiza las ventajas de los sectores intermediarios, transformando en rehenes a los productores y consumidores”, juzgó el bloque.
El último párrafo esconde el nudo de la pelea. Desde 2008, con la vigencia de los ROE, Moreno fue aprobando exportaciones de modo gradual. Así provocaba una sobreoferta y deprimía los precios pagados al productor, que en ciertos momentos sufrió descuentos de hasta 60 dólares por tonelada, además de las retenciones. Los beneficiados fueron molinos y cerealeras. Se calcula que, “cazando en el zoológico”, se apropiaron en de casi 3.000 millones de dólares.
La reacción fue una continua caída de la siembra del cereal por efecto desaliento. La cosecha, que en 2007 llegó al récord de 15,2 millones de toneladas, descendió a 8,2 millones en la campaña 2012/13. Justo en ese momento, también necesitado de dólares, Moreno había cambiado de estrategia y en junio de 2012, mucho antes de la cosecha, habilitó embarques por 6 millones de toneladas. Finalmente el clima jugó sucio y la cosecha resultó insuficiente, provocando la crisis de mitad de 2013.
Temeroso de repetir ese papelón, ahora Kicillof parece abusar de la prudencia. Su moderada apertura exportadora ni siquiera se compadece con la estimación del Ministerio de Agricultura, que calculó la nueva cosecha en 9,2 millones de toneladas.
Descontando un consumo interno de 6 millones y 500 mil toneladas que deben reservarse como semilla, el saldo exportable resultante llegaría a 2,7 millones. Pero el gobierno habilitó de inmediato solo 500.000 y promete 1,5 millones, retomando el esquema de sobreoferta que perjudicó a los productores y que lleva -inalterable- el sello de Moreno.
Fuente: http://www.ieco.clarin.com/economia/Kicillof-abrio-parcialmente-exportacion-trigo_0_1066093398.html