Los bancos Goldman Sachs, HSBC, UBS y Deutsche se entrevistaron con el ministro de Economía para analizar alternativas que permitan saldar la deuda con los fondos que no entraron al canje. Empieza la cuenta regresiva para que la Argentina acerque posiciones con los acreedores antes de un fallo desfavorable en los tribunales de EEUU
El Gobierno movió una de sus últimas fichas ayer al presentar la apelación ante la Corte Suprema de EEUU. Habrá que esperar la respuesta de los fondos buitre en 30 días al escrito oficial. Pero el tiempo ya empezó a correr. Saben en el Ministerio de Economía que es virtualmente imposible que el máximo tribunal estadounidense termine fallando a favor del país (por los antecedentes inmediatos). La única pregunta es cuándo se conocerá la sentencia. No hay plazos para que la Corte indique si toma o no la apelación argentina. Podría ser, incluso, durante o post mandato de CFK. Pero lo cierto es que los planes para evitarse un cimbronazo en caso de un fallo en contra empezaron a moverse. Axel Kicillof tiene sobre la mesa un total de cuatro propuestas de bancos internacionales para solucionar el tema holdouts y, en algunos casos, conseguir nuevo financiamiento.
Infobae informó la semana pasada de reuniones entre el ministro de Economía y dos entidades, justamente un día antes de que el funcionario diera un claro guiño pro mercado presentando un índice de inflación más cercano a la realidad. Ahora trascendió que Kicillof considera viables cuatro propuestas que los bancos internacionales le llevaron al ministerio. Los candidatos son UBS, Deutsche Bank, Goldman Sachs y HSBC. Esta última entidad, por ser de origen inglés, quedaría virtualmente descartada. Se conocen las críticas que tuvo el anterior equipo económico (Amado Boudou, Hernán Lorenzino y Adrián Cosentino) por contratar los servicios de Barclays Capital, posteriormente acusado de ser socio de Desire Petroleum que exploraba en las islas Malvinas.
De todas formas, nadie aún fue descartado formalmente por Kicillof. La elección del ministro tendrá en cuenta no sólo qué propuesta tenga mejor nivel éxito potencial con los acreedores, sino aquél que consiga fondos frescos para aliviar las arcas del Tesoro. La necesidades de financiamiento vienen de la mano de encontrarle una solución al juicio con los holdouts. Argentina tiene restringido el acceso al financiamiento externo por posibles embargos de los pagos. Sólo YPF, que tiene mejor rating que el soberano, pudo conseguir fondos en el exterior a menos de 10%. En un momento, en Economía se hablaba de que la vuelta a los mercados iba a ser vía la petrolera. Y si bien Miguel Galuccio y su CFO, Daniel González (un ex banquero de Merrill Lynch) tienen las intenciones de colocar bonos en el mercado, esos dólares no alcanzarían para las necesidades oficiales. De ahí que el retorno al mercado podría ser cuestión de timing.
De esta manera, Kicillof comenzará a abrir el juego. De las reuniones que el ministro tuvo que los bancos participó también el secretario de Finanzas, Pablo López. Para este equipo económico, con menos expertise que el anterior en temas financieros, está siendo una clase acelerada de cómo el mercado ve a la Argentina y de las posibles soluciones. En ese sentido, quedó descartada abiertamente el plan de Gramercy, que fogoneaba Hernán Lorenzino. Según supo este medio, esa fue una de las razones por las cuales Kicillof terminó dejando casi sin injerencia al ex ministro de Ecomomía. Presume Kicillof que la Unidad de Reestructuración de Deuda que crearon para mantener a Lorenzino en funciones, en realidad, actuaba como una usina del lobby de Gramercy. Este fondo está ligado al vicepresidente Amado Boudou, salpicado por acusaciones de corrupción,y habría "ayudado" a comprar parte de la deuda que tenía el país en el CIADI.
Gramercy, liderado por un banquero estadounidense que tuvo buena relación con Néstor Kirchner durante la reapertura del canje en 2010, se presentaba otra vez como el salvador del Gobierno argentino. Se rumorea que el nuevo equipo económico habría tomado nota de la relación casi estrecha que tenía Lorenzino con este fondo ligado a Boudou, y por eso decidieron no solo dejarlo de lado sino dejar sin injerencia al otrora ministro de Economía.