Aunque avanza a ritmo lento, la economía superó los niveles de producción del primer trimestre del año pasado. Qué dicen los especialistas
Los analistas coinciden en que la economía está creciendo y que la recesión de 2,3% del PBI experimentada en 2016 quedó atrás. Sin embargo, todavía no está clara la magnitud de la mejora. Mes a mes la actividad va cobrando ritmo en forma gradual y aún por debajo de las expectativas. A la vez, el repunte es notorio respecto del piso de actividad registrado al promediar 2016 y los datos públicos y privados de 2017, en torno a un 4 por ciento.
¿Entonces, hacia dónde se dirige la economía? ¿Y a cuánta velocidad?
En principio, las comparaciones con el punto más bajo del año pasado reflejan una sensible mejora, aunque en parte obedece a un «rebote» de la actividad y otra parte, a un crecimiento genuino. Punta a punta, el PBI de 2017 apunta a concretar un crecimiento más moderado, de 3%, nada despreciable, pero que en los hechos será el retorno al mismo nivel del segundo trimestre de 2015, pico del ciclo anterior, después de casi dos años.
El pasado miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que el Producto Bruto Interno (PBI) creció 0,3% durante el primer trimestre de 2017 en relación con igual período del año pasado, mientras que frente al cuarto trimestre de 2016 la mejora fue de 1,1 por ciento.
Según el informe de coyuntura de la Universidad del Salvador (USAL), «la actividad comenzó a recuperarse. La construcción y la agroindustria lideran la suave reactivación que se observa en este trimestre, y compensan así la persistente retracción de la actividad de la industria manufacturera».
El estudio de la USAL apuntó que el crecimiento es «todavía bajo», por cuanto «la estimación de consenso para el crecimiento del PIB en 2017 (2,6% anual) no sería una más que una recuperación. El contexto externo no sería un factor de inestabilidad, pero tampoco impulsaría el crecimiento de la economía argentina».
Daniel Artana, economista Jefe de FIEL, considera «tibia» la recuperación que muestran los datos oficiales del primer trimestre y su impresión es que «se consolidará la recuperación de la actividad económica pero a tasas bajas, cerrando el año alrededor de 2,5% de crecimiento, comparado con 2016».
Con una visión más optimista, Invecq Consultora Económica destacó que «la expansión del 1,1% trimestral ajustado por estacionalidad indica que el proceso de recuperación que se había iniciado débilmente en el tercer trimestre del año pasado se consolida y acelera».
Luego del piso de actividad del segundo trimestre del año pasado, en el tercer trimestre el PBI creció un marginal 0,1% respecto del período anterior. Pero avanzó un nítido 0,7% en el cuarto trimestre, respecto del tercer. Y en el primer trimestre de 2017 aceleró la expansión a 1,1% frente al período precedente.
«De mantenerse este ritmo de crecimiento trimestral, implica una tasa de expansión anual del PBI del 4,5% entre las puntas, es decir, comparando el cuarto trimestre de 2017 versus el cuarto de 2016. En promedio, como se mide efectivamente el PBI en las cuentas nacionales, el crecimiento de 2017 se ubicaría en torno al 3%», vaticinó Invecq.
«A su vez, en términos interanuales, se registró una tasa positiva del 0,3%, luego de tres trimestres en terreno negativo. Esto implica que el nivel de actividad ya ha recuperado todo el terreno perdido durante 2016 y se encuentra apenas por encima al del primer trimestre de aquel año», completó.
Para Ferreres & Asociados, con el transcurso del año se va consolidando el sendero de crecimiento. En su Índice General de Actividad (IGA), que se adelanta en dos meses a los datos del PBI del INDEC, detectó que la actividad acumuló en los primeros cinco meses del año una suba de 1,1% frente al lapso enero-mayo de 2016.
«La economía ha crecido 4,1% desde el piso alcanzado en septiembre del año pasado y esperamos que la recuperación se consolide de la mano de la recomposición del ingreso de los hogares», subrayó el IGA. Cabe recordar que en 2016 los meses de menor actividad fueron junio, septiembre y octubre, según la serie con ajuste estacional del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del INDEC.
Por ese motivo, para el segundo trimestre de este año se espera un firme crecimiento interanual, debido al flojo desempeño de la economía en el período abril-junio de 2016.
«De cara a lo que vendrá vale la pena resaltar que los primeros datos primarios de mayo de 2017 (automotriz, asfalto, cemento, acero y faena bovina, entre otros) permiten ser optimistas. Es decir, dado el punto de comparación menos exigente, sería de esperar un incremento del ritmo de expansión interanual», indicó la Consultora Ledesma.
En ese sentido, llegar a la meta planteada por el Gobierno en el Presupuesto 2017, de 3,5% para todo el año, presenta sus dificultades. Ledesma explicó que entre mayo y diciembre del corriente año «la economía debería promediar un alza interanual de 5%» para llegar al objetivo oficial.
Más acorde al presente, la expectativa de 2,6% anual para 2017, que surge de la mediana del último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realiza el BCRA sobre el consenso de analistas, «requiere de un variación promedio anual en torno a 3,8% para los próximos ocho meses», detalló Ledesma.
CRECIMIENTO QUE TARDA EN LLEGAR A LA GENTE
La mejora en la economía todavía no se advirtió en los presupuestos de las familias. Sin duda que los aumentos salariales acordados en las negociaciones paritarias reforzarán el poder de compra de caras al segundo semestre y con las elecciones legislativas muy cerca. Y mayor consumo también tendrá impacto directo sobre la actividad en el corto plazo.
Un paper de Analytica enfatizó que «los segmentos más retrasados en materia de actividad e inversión son aquellos atados a la demanda doméstica y la competencia externa como son la industria, el turismo y los servicios que, como conjunto, agrupan el 62% del PIB y el 64% del empleo privado registrado».
Analytica destacó que los sectores intensivos en recursos naturales (agro, minería, petróleo y gas) están concentrando la inversión, con protagonismo de capitales extranjeros en proyectos de energía, mientras que los fondos locales se están enfocando en los sectores no transables e intensivos en mano de obra, como construcción y servicios.
Por eso, advirtió que «el boom inversor se está demorando», cuando esta es una «variable clave para consolidar un proceso de crecimiento sostenido». Este atraso de la «lluvia» inversora obedece a que «el ritmo de crecimiento económico todavía es mediocre y la debilidad del consumo de los hogares hace que no reaccione la inversión en aquellos sectores dependientes de la demanda doméstica», consignó Analytica.