• El país debe convencer a los 8 jueces de la Corte Suprema de que tomen el caso.
• Debuta el republicano Paul Clement.
A todo o nada. Así será la audiencia de hoy ante la Corte Suprema de Estados Unidos, en la que la Argentina tendrá la que probablemente sea la última oportunidad para convencer a los jueces de ese máximo tribunal para que se interese en que el "Juicio del Siglo" contra los fondos buitre, se convierta en uno de los no más de 85 casos que en ese ámbito se tratarán esta temporada. El desafío es extremo. La Corte ya determinó unos 75 casos a definir hasta mayo de 2015, y sólo restan unos 10 para tratar.
No concurrirá el ministro de Economía, Axel Kicillof, pero sí el secretario de Finanzas, Pablo López. La presentación de hoy no fue abierta en realidad por el propio tribunal para el juicio que los fondos Elliot, Olifant y Dart mantienen contra el país, y que ya tienen dos fallos a favor en primera y segunda instancia en la Justicia norteamericana, sino para la causa conocida como "Discovery", por la cual los acreedores quieren obligar al país a hacer públicas todas sus posiciones financieras en Estados Unidos con el objetivo de poder ser éstas eventualmente embargadas si esas decisiones contra la Argentina quedan firmes. Sin embargo, desde la misma Corte ya les informaron en febrero pasado a los abogados del estudio Cleary Gotlieb Steen & Hamilton (CGS&H) que representan al país que seguramente no habrá otra oportunidad para que los jueces escuchen las argumentaciones argentinas.
Para esto, y por presión de Jonathan Blackman y Carmine Bocuzzi (los dos abogados de CGS&H que llevan el caso), el Gobierno de Cristina de Kirchner decidió aceptar la contratación de uno de los máximos expertos de todo el sistema judicial norteamericano para que elabore una estrategia de defensa de la posición nacional: el ex procurador general del Tesoro del Gobierno de George W. Bush, Paul Clement. Este abogado, de ADN 100% republicano, se reunió el viernes pasado con Bocuzzi, Blackman y el ministro de Economía Axel Kicillof para terminar de elaborar la posición definitiva que hoy se llevará ante los ocho jueces que deberán tomar la decisión final de aceptar tratar el caso argentino o rechazarlo.
Es mucho lo que se juega el país en esta decisión de los magistrados norteamericanos. Si ocurriera lo primero, el país habrá logrado que el caso se prolongue al menos hasta el primer trimestre de 2014, con lo cual, hipotéticamente, la cláusula denominada Rights Upon Future Offers (RUFO) comenzaría a jugar a favor de la posición argentina. Según esta cláusula, quienes aceptaron ingresar a los canjes de deuda de 2006 y de 2010 pueden reclamar que se les igualen los pagos en el caso de que la Argentina realice una oferta mejor que la que aceptó casi el 94% de los tenedores de títulos públicos caídos en default en la crisis de 2001. Este capítulo vence indefectiblemente el 31 de diciembre de 2013, con lo cual la mayoría que aceptó ingresar en los canjes ya no podría reclamar que se les pague lo que se le liquide de más en una eventual negociación con los fondos buitre.
Si, por el contrario, la Corte Suprema norteamericana rechazara tratar el caso argentino, quedarían inmediatamente firmes los fallos de primera instancia del juez Thomas Griesa y de segunda de la Cámara de Apelaciones del Segundo Distrito de Nueva York, con lo que automáticamente la Argentina ingresaría en default técnico. Esto sería así, ya que ambos fallos sostienen que el país debe liquidar al contado unos u$s 1.300 millones, medida que de concretarse habilitaría al resto de los tenedores de bonos que sí aceptaron ingresar en los canjes a reclamar los mismos derechos, lo que le costaría al país unos u$s 23.000 millones. Esto es, obviamente, un imposible.
La estrategia que la Argentina desplegará hoy por recomendación de Clement es la justificación sobre la aceptación del 93% del canje, la posibilidad de sostener la reapertura de la posibilidad de acceder a un tercer llamado en las mismas condiciones que en 2012, además de insistir en que un triunfo de los "buitres" haría imposible nuevas reestructuraciones de deudas soberanas de otros Estados caídos en default ante la imposibilidad de garantizar su éxito.
En la audiencia convocada para las 11 de la Argentina, participará el procurador general adjunto estadounidense, Edwin Kneedler, quien hará una presentación para apoyar la posición del Gobierno de Cristina de Kirchner (amicus curiae), discurso que durará unos 10 minutos y que se considera crucial para que la Corte se interese en tratar el caso argentino.
En la causa conocida como "Discovery", el Gobierno de EE.UU. respaldó en marzo pasado la posición argentina, a través de "amicus", cuando afirmó tener "un interés sustancial en la correcta interpretación y aplicación" de la Ley de Inmunidad Soberana (FSIA) y en el tratamiento que se les da a los Estados extranjeros en las cortes del país del Norte.
En estos 12 años de litigio desde que se conoció el primer fallo contra la Argentina en 2003, ésta es la segunda vez que la Argentina enfrenta a los fondos buitre de manera directa ante la Corte Suprema estadounidense. La anterior tuvo que ver con la disputa por las reservas argentinas, cuando la Corte Suprema completó un largo juicio a favor del país en 2012, que venía desde que se le pagó la totalidad de la deuda al Fondo Monetario. Allí, la Argentina ganó la posición de que las reservas son inembargables, en una causa presentada por los multillonarios estadounidenses Paul Singer, y Kenneth Dart, a través de los fondos Elliott y EM Limited, respectivamente.
Clement es el hombre clave para la misión de interesar a alguno de los jueces de la Corte norteamericana. En su currículo personal contabiliza 41 causas ante el máximo tribunal de EE.UU., 20 de los cuales los presentó en los últimos tres ejercicios jurídicos. En 2005 fue nominado por el ex presidente George W. Bush para el cargo de procurador general, en reemplazo de Theodore Olson. Profesor de Derecho de la Universidad de Georgetown, Clement fue recomendado a Bocuzzi por el Bank of New York Mellon (BONY) luego del fallo negativo de la Cámara de Apelaciones, y recién dos meses después fue aceptado por el Gobierno argentino para que se sume al estudio CGS&H. La estrategia de Clement es la de presionar sobre los jueces republicanos John Roberts y Samuel Alito (a los que conocía desde sus años de trabajar en el Gobierno de Bush), a quienes conoce de su época de procurador de Bush. Por el lado demócrata, las esperanzas son que la liberal Ruth Bader Ginsburg, que llegó con Bill Clinton al tribunal, apoye a la Argentina, debido a sus conocidas posiciones contrarias al capitalismo extremo en los casos que llegaron a la Corte luego de la crisis de 2008. Además escucharán los republicanos Antonin Scalia, Anthony Kennedy y Clearence Thomas, y los demócratas Stephen Breyer y Elena Kagan. Se abstuvo originalmente de participar en la causa la también demócrata Sonia Sotomayor (nombrada por Obama y en principio la más proclive a aceptar la causa), con lo que serán ocho de nueve integrantes los miembros de la Corte que hoy escucharán a los representantes de la Argentina y de los fondos buitre.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=737576