La buena respuesta que está mostrando el mercado frente a las negociaciones que lleva adelante el Gobierno ante los holdouts mejoró sensiblemente el perfil crediticio de la Argentina. A tal punto que, hoy mismo, el país podría emitir deuda, según estimaciones de la City, a una tasa de interés cercana al 8% anual, inferior a la que debió pagar la petrolera estatal YPF cuando decidió probar suerte en el exterior con un bono de u$s 1.000 millones (al 8,75%).
"El escenario pareció cambiar tras el encuentro de Kicillof con el mediador Pollack. El mercado interpretó esa reunión como indicio inequívoco de un acuerdo inminente que evitará el default y se disparó un furioso rally de los activos financieros nacionales", comentó ayer el economista Federico Muñoz en un informe. En estos últimos días, el riesgo-país cayó a su nivel más bajo en tres años, a los 596 puntos básicos, y la curva de rendimientos de los bonos argentinos más largos volvió a ubicarse debajo del 9% anual. "Esto implica que el Tesoro podría emitir deuda a una tasa cercana al 8%, que era el objetivo que se había propuesto Kicillof en enero cuando comenzó su giro pro mercado", agregó el analista.
En la misma línea, el exsecretario de Hacienda alfonsinista, Mario Brodersohn, comentó recientemente que "los operadores no sólo están convencidos de que finalmente el Gobierno va a terminar pagando la deuda con los holdouts, sino que también toman decisiones financieras en base a esta hipótesis de comportamiento". Y que esto se refleja en el precio de los títulos de la deuda pública: el del bono Par bajo legislación de los Estados Unidos, un título con vencimientos anuales entre 2028 y 2038, aumentó desde comienzos de 2013 un 47%; y el del Bono Discount lo hizo, simultáneamente, en un 63%. Ambos bonos tienen actualmente los precios más altos desde la crisis financiera internacional por los préstamos subprime en 2007.
Para Brodersohn, es probable que el año próximo el Gobierno lance una nueva emisión de bonos para cancelar la deuda con los fondos buitre, que según cálculos privados podría ubicarse entre los u$s 10.000 y los u$s 15.000 millones. "Además, podría intentar emitir nueva deuda para pagar los servicios de la deuda externa que sumarían otros 12.000 millones. Esta última emisión podría aumentar las reservas o financiar una expansión del gasto público", escribió la última semana. Para Federico Muñoz, sin embargo, el optimismo de los inversores dando por sentado un acuerdo con los holdouts "podría parecer exagerado".
La reducción del riesgo argentino se da hoy a contramano de la región. Los inversores prevén, ahora, que la lenta reducción de estímulos de Estados Unidos sobre su política monetaria podría complicar el contexto global para los países emergentes. Esto explica por qué, simultáneamente, la mayoría de las economías de la región aumentaron su riesgo-país en las últimas semanas; o lo redujeron en menor medida que la Argentina. Así y todo, los costos de financiamiento del Gobierno nacional se ubican hoy todavía muy por encima de sus vecinos (400 puntos básicos arriba del de Brasil), con excepción del de Venezuela.
"Hay una expectativa de que se va a resolver el tema. El mejor evento crediticio sería aquel en el que el riesgo legal desapareciera y Griesa diera por terminado el conflicto. El peor de todos: un default a fin de julio. Pero en el medio hay escenarios en los que la Argentina no pagaría el 100% y postergaría el problema. En este caso subsistiría el riesgo de que resurja el conflicto", comentó el director soberano de Moody's, Gabriel Torres.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=749341