La licitación del BOTE fue clave para ampliar la oferta de divisas y evitar una mayor sangría de reservas
La rueda de ayer puede marcar un punto bisagra en esta corrida cambiaria. La acción coordinada entre el Banco Central y el Ministerio de Finanzas fue determinante para quitarle presión al peso, en un día en que el organismo monetario enfrentaba el vencimiento de Lebacs más mediático en años y en un contexto en que la tasa de los bonos de Estados Unidos a 10 años trepaba al 3,06%, con la consecuente devaluación de todas las monedas emergentes. Así, el dólar cerró por segunda vez en baja desde que comenzó la turbulencia y en el mercado quedó la sensación de que lo peor ya pasó.
Desde la apertura, el BCRA repitió la estrategia que comenzó el día previo, ofreciendo u$s5.000 millones a $25 para marcar la cancha y dejar en claro que no iba a permitir que la vista mayorista supere ese nivel. Pero a diferencia del lunes, esta vez la tasa de los treasuries en alza era un imán para los grandes fondos, que aceleraron el desarme de monedas emergentes y aumentaban así la presión sobre el peso.
Hasta poco antes de la 1 del mediodía, el Central había vendido 791 millones de dólares y, siendo el único oferente, en el mercado ya especulaban con que el día cerraba con una intervención récord, superando los u$s1.472 millones que liquidó el primer día de la corrida. También había intervenido con casi 100 millones en contratos a futuros, pero lo único que había logrado era que el dólar mayorista supere los $25.
En ese momento, lo que cambió el rumbo fue el anuncio de Finanzas sobre la reapertura de los Bonos del Tesoro (BOTE) 2023 y 2026, recibiendo ofertas entre las 13 y las 17 horas. La reacción no se hizo esperar, y en los primero minutos el dólar cayó a $24,7683, que es el valor que los inversores usaban para entrar al bono, ya que es el precio de referencia que el BCRA fijó el día previo. Luego se sumó la oferta de más bancos e inversores, que salieron a vender dólares para comprar el bono, lo que llevó el precio a un mínimo de $23,75.
Cuando apareció el anuncio de Finanzas el Banco Central se corrió del mercado y fue la oferta privada la que llevó al dólar mayorista a cerrar a $24,05, casi un peso por debajo de los $25 del día previo, y en las pizarras terminó en promedio a $24,67, una baja de 84 centavos. En total se operaron u$s1.250 millones, con lo cual los privada aportó ventas por casi u$s500 millones y se descuenta que junto a bancos e inversores, también aparecieron exportadores, que se van convenciendo que este valor es un techo. Desde que comenzó la corrida, el dólar sólo había cerrado en baja el 4 de mayo, cuando el Central y Economía lanzaron una batería de medidas, que tuvieron un impacto efímero en el mercado de cambios.
Para las cámaras
Fue una verdadera acción coordinada entre el Sturzenegger y Caputo y no una armada sólo para las cámaras, como aquella conferencia de prensa del 28 de diciembre, en la que el Gobierno quiso mostrar la foto de un «equipo» y terminó golpeando de lleno la independencia del organismo monetario.
El Ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, buscó mostrar el aporte de su cartera a esta acción coordinada y destacó el hecho de que anunciaran los números fiscales de abril antes de que abran los mercados, algo que en paralelo fue difundido de manera inédita por Presidencia. «Nosotros dimos nuestro granito de arena para dar a conocer el número fiscal en la primera hora de la mañana. Y ahí se ve que empezamos a torcer el rumbo del déficit», señaló Dujovne, en el anuncio de la licitación de los Botes.
Por su parte, Caputo desatacó el contexto hostil en que lograron colocar la deuda y buscó mostrarlo como un respaldo de los inversores extranjeros al país. «Hemos podido hacer esta licitación tal vez en lo que fue el peor día para los mercados emergentes del año. Es una licitación a tasa fija y a largo plazo», remarcó Caputo.
En este contexto, el Banco Central no sólo logró renovar la totalidad de los vencimientos de Lebacs sino que hasta colocó $5.000 millones extras. El dato no necesariamente muestra un respaldo de los inversores por los títulos del BCRA, ya que el rol de los bancos en estas subastas es clave y no tienen mucho margen para elegir otros instrumentos para usar su liquidez. De todos modos, el resultado de la licitación lo que hace es llevar alivio al BCRA, que logró sortear con éxito uno el vencimiento de Lebacs más mediáticos de los últimos años.
En el mercado creen que tras la rueda de ayer la presión sobre el dólar va a reducirse y hasta hay quienes se animan a vaticinar el final de esta corrida cambiaria. Sin embargo, hoy podría haber más demanda sobre el dólar por parte de los inversores que no renovaron sus Lebacs, ya que hoy se concreta el pago y podrían buscar refugio en la divisa, aunque no creen que sea significativa.
En el mediano plazo, operadores ven que el dólar mayorista buscará un punto de equilibrio en la zona de $24, con el BCRA marcando un techo en $25. Ese tope a la divisa podría alentar, al menos en el corto plazo, el retorno del carry trade, con fondos que vuelvan a traer sus dólares para aprovechar las tasas del 40%. Claro que el contexto externo será determinante para que los paños fríos logren aplacar la corrida cambiaria.