En el sector fabril remarcan que el tipo de cambio y los costos en alza quitan chances de repunte en la actividad. La fortaleza del real compensa, pero Brasil sigue sin demandar
El peso volvió a apreciarse ayer contra el dólar (la divisa norteamericana cayó 7 centavos y cerró en $ 15,73) y recalentó los temores de los industriales, que desde hace tiempo vienen advirtiendo desde hace tiempo sobre los perjuicios que un tipo de cambio atrasado genera sobre la actividad: menos exportaciones y mayor competencia de los productos importados.
Si bien desde la UIA insisten en que el problema de la pérdida de competitividad excede a la problemática cambiaria, el exceso de dólares coyuntural y las expectativas de que este escenario se mantendrá durante todo el año suma preocupación entre los empresarios. Para muchos sectores, el tipo de cambio actual hace inviable la exportación.
Como dato alentador, el real brasileño también se está apreciando contra el dólar, lo que compensa el efecto local en términos cambiarios. El dólar cerró ayer en Brasil a 3,06 reales, el valor más bajo de los últimos 18 meses. De todas maneras, hoy el problema con Brasil sigue siendo de demanda. Su mercado todavía no reacciona y eso afecta directamente a los industriales argentinos, especialmente el rubro automotriz.
El vicepresidente 1º de la UIA y titular de la Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (Copal), Daniel Funes de Rioja, insistió en remarcar la necesidad de atacar «la competitividad sistémica».
«Tenemos distorsiones en lo fiscal; logístico; los costos laborales no salariales; las dificultades de acceso a financiamiento, sobre todo para pymes; el déficit de infraestructura. Hay que resolver los temas de competitividad sistémica y no meramente retoques cambiarios que no solucionan los problemas de fondo y que además tienen efectos secundarios», afirmó el industrial.
Funes de Rioja agregó que la baja del dólar «preocupa y ocupa», así como también «el mercado interno y su reactivación». «Preocupa que tenemos costos laborales mucho más altos que Brasil y México. Una hora hombre en la Argentina sale entre u$s 16 y u$s 18, contra una franja de u$s 11 a u$s 12 en Brasil y de u$s 5 a u$s 6 en México», remarcó el empresario, en alusión a que una de las medidas para mejorar la competitividad podría ser reducir estos costos.
El ex titular de la UIA y presidente de la Cámara del Plástico, Héctor Méndez, se mostró muy preocupado por la situación actual de la industria y enfatizó que con el actual tipo de cambio, «no hay ninguna chance de exportar». «No somos competitivos. Desde los últimos 4 meses, las empresas no tienen ni chance de cotizar afuera», remarcó el industrial.
Méndez coincidió con su colega de Copal respecto de que no es sólo la apreciación real del tipo de cambio lo que genera perjuicios sobre la industria, sino que «es una suma de factores».
Según agregó, «la caída del mercado es muy grande. El Gobierno tiene una cierta insensibilidad industrial, que se transforma en insensibilidad social. Por primera vez en años, en mi cámara hoy (por ayer) se habló de despidos».
Méndez reflejó la situación que los socios de la cámara que preside le transmitieron y sostuvo que muchas empresas ya están despidiendo hasta el 20% del personal. «Hay muy mal clima. Yo me la jugué con lo que venía, pero la verdad es que no nos sentimos acompañados por el Gobierno», aseveró.
El sector textil es otro de los que la está pasando mal. El presidente de la Fundación ProTejer, Jorge Sorabilla, mostró una fuerte preocupación por la caída del 25% de la actividad, el alza d e las importaciones y el freno del consumo, a la vez que manifestó que «con un dólar bajando por debajo de la inflación se dificultan las exportaciones y se facilitan las compras al exterior, lo que afecta más la competitividad».
Desde la industria gráfica, Juan Carlos Sacco, secretario de la UIA, sostuvo que «si el peso se sigue apreciando frente al dólar, cada vez se aleja más la posibilidad de exportar», lo que agudiza la crisis de la industria, ya afectada por la contracción del mercado interno. «El optimismo es lo último que perdemos, pero vemos que pueden seguir entrando dólares y el tipo de cambio se puede seguir apreciando. Esperemos que el Gobierno tome alguna medida, al menos para recuperar el mercado interno».