Aunque paga retenciones, el mercado de este sustituto se encuentra menos regulado por el Gobierno nacional, y se cosecha en menos tiempo
La baja rentabilidad del trigo hará que este año más productores se vuelquen al cultivo de cebada, una estrategia que ya ensayaron en el pasado para hacer frente a problemas de comercialización del cereal.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BdC) estimó que la cebada cubrirá más de 1 millón de hectáreas y le quitará superficie al trigo.
Iniciada la campaña de cebada 2015/16 con los primeros lotes sembrados en el centro y norte y sur de Córdoba y en el núcleo agrícola norte, la entidad arroja un cálculo de un crecimiento del 15% en la intención de siembra de los productores.
«Si bien aún resta que muchos productores se definan, las buenas condiciones climáticas registradas durante las semanas previas promovieron la incorporación de los primeros cuadros», indicó la BdC. «Este cereal es una alternativa en reemplazo de la siembra de trigo en el sur y centro de la región agrícola», agregó y recordó que «a su vez, su cosecha anticipada en comparación al trigo permite la incorporación temprana de cultivos sucesores».
La campaña pasada, la cebada fue afectada por los excesos hídricos, pero por estos días «los perfiles cuentan con humedad adecuada y este factor es determinante en zonas del sudeste de Buenos Aires, la principal región productora», aseguró la entidad.
Dado este contexto «la primera proyección de área a sembrar se ubica en 1,05 millones de hectáreas cifra que refleja una expansión interanual del 14% en el área cebadera», estimó la Bolsa de Buenos Aires.
Por otro lado, según un reciente informe de la asociación de productores Aacrea, «la campaña de trigo en marcha encierra muchas incertidumbres para los productores y para el país». Según el trabajo, «hay gran reticencia a sembrar trigo por los problemas sufridos»,
Para recuperar la competitividad de la actividad triguera, asegura la asociación, «se requieren cambios que exceden a las variables macroeconómicas», siendo imprescindibles medidas puntuales sobre la actividad, «como la eliminación de los derechos de exportación y los permisos de embarque (ROE)». Aunque varíen las condiciones macro, «las regulaciones que rigen el mercado triguero deberían ser reconsideradas», abogó la entidad.
Las proyecciones de siembra de trigo ubican al área sembrada un 20% por debajo de la del año pasado.