Duran pocos meses y se las termina bajando en forma transitoria con algún programa económico (lo que se dio pocas veces) y/o devaluando el tipo de cambio oficial (lo que ocurrió la mayoría de las veces).
Con niveles de brecha de entre el 80% y el 100% se complica el funcionamiento de la macroeconomía. Niveles de más del 50% incomodan y se consideran un umbral crítico.
Ocurre que los exportadores retrasan la liquidación de divisas, los importadores quieren anticipar pagos, las inversiones no entran, los préstamos se cancelan y crece el turismo al exterior y el atesoramiento vía la AFIP.
Al analizar la experiencia más reciente, el control de cambios durante la década del 80, se observa que la brecha promedio desde junio de 1981 a diciembre de 1989 fue del 32%, según datos de M&S Consultores. En dicho período, en cinco oportunidades la brecha superó el 60% y duró entre uno y tres meses. La primera se dio entre junio y septiembre de 1982, cuando llegó al 120%, luego entre septiembre y octubre de 1983 en el 80%, en marzo de 1984 no llegó al 80%, y a fines de los 80, entre marzo y abril de 1989, ascendió al 100% y por último en agosto de 1989 también, a cerca del 100%.
Ya desde hace tiempo en el mercado consideran que el dólar oficial a $ 8,50 es cada vez más un valor virtual que va camino a ser una especie en extinción, por lo que los analistas de M&S advierten que brechas tan altas suelen ser el preanuncio de medidas.
Al recurrir a la historia, en los años 70 hubo tres episodios donde brechas altas llevaron a devaluar el tipo de cambio oficial y acercarlo al dólar paralelo. En noviembre de 1971 la brecha era del 75% y en marzo de 1972 se devaluó un 43% -en cuatro meses-, reduciendo el diferencial al 31%. Luego, en agosto de 1972, con una brecha del 49% al mes siguiente se devaluó un 15%, reduciéndola al 35%. Más tarde, en febrero de 1975, con una brecha del 130%, en marzo de ese año se devaluó un 50% y el diferencial bajó al 87%.
Durante los años 80 hubo cuatro episodios similares. El primero a fines de 1981, con la salida de la tablita cambiaria, con una brecha del 57% en enero de 1982 se devaluó un 40% y se unificó el mercado cambiario. El segundo se dio tras la unificación y la Guerra de Malvinas; en el segundo semestre de 1982 la brecha era del 100% y en diciembre de ese año se devaluó un 100%, bajando la brecha al 30%. Luego, en 1983 tras las elecciones presidenciales (Alfonsín), en septiembre la brecha era del 85% y a fines de ese año se devaluó un 50%, bajándola al 20%. Finalmente, luego de la gestión Grinspun, la brecha entre marzo y agosto superaba el 70%, y en octubre devaluaron un 50%, reduciéndola al 33%.
Vale señalar que una brecha tan alta no sólo impacta sobre el mercado cambiario y la insuficiencia de reservas (vaciando el mercado de divisas al restar oferta y sumar demanda, obligando al BCRA a vender más dólares, y perdiendo así más rápido reservas), sino también lo hace sobre el nivel de actividad (desalienta las exportaciones, comprime más las importaciones y frena más las inversiones) y sobre los precios domésticos (al presionar el alza los precios ligados al tipo de cambio "paralelo", y se corre el riesgo de que la demanda real de dinero caiga y acelere más la inflación).
El Gobierno apuesta a contener la brecha vía regulaciones, presiones y controles policiales para atenuar el drenaje de reservas.
Se viene, sin duda, un verano muy movido en términos cambiarios.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=767382