Las expectativas de devaluación hacen que los exportadores retraigan las operaciones. Y a la vez estimulan las importaciones, que bajaron apenas 2,8%.
El efecto de la brecha cambiaria se hizo sentir de lleno en el comercio exterior. En octubre, las exportaciones se derrumbaron 21,6% respecto al mismo mes del año anterior, la baja más pronunciada de los últimos cinco años. Ni siquiera en el pico de la pandemia, cuando el intercambio global estaba frenado, tuvieron una merma tan marcada.
El mes pasado, el dólar blue llegó a $ 195 y la brecha cambiaria con el dólar mayorista tocó el 150%. Los datos que difundió este martes el INDEC muestran que en octubre las exportaciones alcanzaron US$ 4.616 millones y las importaciones, US$ 4.004 millones, un descenso de 2,8%. Así, la balanza comercial registró un superávit de US$ 612 millones.
El efecto combinado del tipo de cambio oficial a $ 85, más las retenciones, hacen que para los exportadores el dólar este aún más bajo: entre $ 60 y $ 80, dependiendo del tipo de producto y de la alícuota.
Esto ya desincentiva las operaciones, a lo que se suman las últimas restricciones cambiarias, que frenan el acceso al dólar oficial para ahorro y les dejan como única alternativa los dólares financieros, hoy en $ 150, o el dólar blue, en $ 160.
A la vez, el dólar $ 85 alienta a los importadores a incrementar las operaciones para aprovechar esta ventaja ante el temor de que el Gobierno termine devaluando en el mediano plazo o aplique un torniquete aún mayor sobre el ingreso de productos del exterior.
Este fenómeno se había potenciado en septiembre, cuando las importaciones anotaron una expansión de 3,2%. Fue el único registro positivo del año.
Para encontrar una baja mayor al 21,6% de octubre para las exportaciones, hay que remontarse a diciembre de 2015. En abril pasado, con el mundo en ascuas por la pandemia, los envíos argentinos al exterior perdieron 18,9%, lo que hasta ahora era la baja más fuerte del año.
Esta vez ni siquiera el repunte de los precios internacionales frenó la sangría. Así el mes pasado las cantidades exportadas cayeron 23,5% y los precios aumentaron 2,4%.
La baja de las ventas externas se dio en todos los rubros. La caída más importante fue de 56,7% y correspondió a los combustibles y energía, seguidos por productos primarios, que bajaron 34,4%, manufacturas de origen industrial y manufacturas de origen agropecuario, que disminuyeron 23,7% y 4,2%, respectivamente.
En las importaciones, las cantidades se contrajeron 5,8% y los precios aumentaron 3,2%. Disminuyeron los combustibles, 36,3%; las piezas y accesorios, 21,1%; los bienes de capital, 10,9%; y los bienes de consumo, 7,7%. En cambio, se incrementaron las compras de vehículos de pasajeros, 50,4%; y bienes intermedios, 14,1%.
Así, el superávit fue de US$ 612 millones, US$ 1.156 millones inferior al del mismo mes de 2019.
En el año las exportaciones bajan 13,5%, mientras las importaciones caen 19,3%. El saldo favorable suma US$ 12.171 millones.
«Una brecha cambiaria, aún en niveles muy altos, continúa motivando el adelantamiento de importaciones, ante un dólar que se percibe como muy barato. En la medida que el frente cambiario no se modere, la merma de las ventas externas combinada con el atractivo a importar barato podrían seguir afectando el superávit comercial», indicó Guido Lorenzo, director de la consultora LCG.
El principal destino de las exportaciones fue Brasil, con US$ 725 millones. Le sigue China con US$ 433 millones y Estados Unidos con US$ 262 millones.
Para la consultora Abeceb, el año terminará con una caída del 14,4% en las exportaciones, a US$ 55.730 millones y un descenso del 16,8% en las importaciones, a US$ 40.850 millones. Esto llevaría a un superávit por debajo de los US$ 15.000 millones, equivalente al 3,9% del PBI.