El Gobierno sancionó en enero al Macro y al HSBC y ahora se espera que continúen las investigaciones sobre distintos bancos, aunque con inspecciones más generales y con el objetivo principal de evitar que alguna sociedad de bolsa presione sobre el contado con liquidación. En Economía buscan una estabilidad cambiaria para lanzar nuevas medidas que hagan repuntar la actividad.
Desde el mercado vieron las inspecciones a las firmas de Jorge Brito como “políticas”, aunque la Comisión Nacional de Valores (CNV) encontró errores en los informes que realizaba el Macro Securities, la financiera del grupo, y eso fue uno de los argumentos que disparó la sanción preventiva, que también alcanzó al Banco Macro.
“Se constató que Macro Securities S.A. no realizaba auditorías en materia de prevención del lavado de dinero y financiamiento del terrorismo” remarcó la CNV en un comunicado oficial, acusación que rechazan desde la sociedad de bolsa pero que aceptaron el viernes en la reunión con los funcionarios a regañadientes. Los privados se comprometieron a cambiar los errores y esta semana podría levantarse la sanción.
Así y todo, el verdadero motivo de las investigaciones al Macro fue la denuncia de que tanto el banco como la financiera actuaban en tándem para presionar una suba del precio de los bonos que más se usan para fugar divisas a través del contado con liquidación (algo que también niegan desde la compañía), debido a un salto brusco en las compras de esos títulos por parte del Macro Securities, que adquirió en un solo día el cuádruple de lo que venía operando.
La intención del oficialismo es disciplinar a las financieras que realicen maniobras similares y continuar con las investigaciones sobre este tipo de operaciones para preparar el terreno para una gradual baja de las tasas de referencia. En rigor, lo que se busca es que disminuyan las operaciones de entidades financieras de primera línea que operan con bonos en dólares para usarlos como valores de cobertura, una estrategia defensiva ante la tenencia de contratos de futuros a corto plazo. La demanda de estos bonos es lo que genera una fuerte presión sobre el volumen negociado de los RO15, AA17, AY24 y DYCA, haciendo subir las cotizaciones del dólar bolsa, y por contagio, del contado con liquidación (CCL).
De hecho, los movimientos del Macro se dieron un día después de la primera baja en meses. Es que, desde el equipo del ministro Axel Kicillof, consideran que eso es lo que podrá hacer repuntar la actividad, pero aseguran que sin controles pueden subir el dólar cable y el blue.
Por eso, si bien prometieron más cierres de cuevas (lo que puede hacer subir el paralelo) la atención del Ejecutivo va a estar puesta en las financieras que “asisten” a los privados a impulsar el contado con liqui, práctica adquirida por el Gobierno desde la llegada de Alejandro Vanoli al Banco Central.
Ahora, todo el mercado mira lo que harán los inspectores nacionales en estos días. Incluso los inversores, que esta semana dudaron qué pasaría hasta con las operaciones que ya estaban en curso.
Buena parte de la pax cambiaria podría reforzarse con nuevas divisas asiáticas en las próximas semanas. Es que, viaje o no la presidenta, Cristina Fernández, a visitar a su par chino, Xi Jinping, podría anunciarse la llegada de una nueva etapa del swap de monedas, por el que aún se activó menos de la mitad.
El CAF emite bono por u$s 1.000 millones
El Banco de Desarrollo de América Latina, conocido como CAF, colocó la primera emisión de bonos del año por 1.000 millones de dólares, con la participación de más de 40 inversores.
La emisión del banco fue a una tasa flotante sobre la tasa Libor a tres meses más un margen de 0,55% con un plazo de tres años y fue demandada por bancos centrales, organismos oficiales, tesorerías de bancos y gestores de fonos en Estados Unidos, Europa, Asia y América Latina.
Barclays, Credit Agricole CIB, Daiwa y Deutsche Bank fueron los bancos colocadores.
“Esta nueva emisión refuerza el rol catalítico de CAF, al atraer fondos de otros mercados hacia América Latina, con el objetivo de generar mayor inversión y mejores condiciones de financiamiento para el desarrollo de la región”, destacó el presidente ejecutivo del Banco de Desarrollo, Enrique García.
La entidad, constituida en 1970 y conformada por 19 países y 14 bancos privados, es una de las principales fuentes de financiamiento multilateral. Entre los países asociados se encuentran: Argentina, Brasil, Costa Rica, Chile, España, Jamaica, México, Panamá, Paraguay, República Dominicana, Trinidad y Tobago y Uruguay.