El índice que mide el valor real del peso superó el nivel del día de la salida del cepo. Si se controla el traslado a precios, eso podría reducir el rojo externo. Costo: menos actividad
Tras la devaluación de las últimas semanas, la competitividad del peso quedó por encima del nivel que tenía a la salida del cepo cambiario. Asumiendo que el costo de la corrida será notorio en la actividad, si el traslado a precios de la suba del dólar se lograra limitar la mejora competitiva del peso tendría la posibilidad de reducir la vulnerabilidad externa de la economía argentina.
«En varios sentidos este tipo de cambio es un nivel bastante más cómodo en varios aspectos. Sin embargo, no deja de ser probable que el traslado a precios de la devaluación erosione ese avance», dijo el economista Federico Muñoz. «En ese sentido, no deja de ser auspicioso el foco del Gobierno en reducir el déficit, porque la deuda para financiar déficit es la que mantenía al dólar atrasado», agregó.
Aunque los números son volátiles en días tan convulsionados, el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) que elabora el Banco Central tuvo en las últimas semanas su ajuste más rápido y significativo de la era Macri, tras tres semanas de corrida cambiaria. El índice que mide qué tan caro o barato está el peso en comparación con las monedas de los países que comercian con la Argentina en términos reales, es decir, teniendo en cuenta la inflación local y la de cada uno de esos países sería algo así como una medida de la competitividad cambiaria del país. Las quejas por un «dólar atrasado» surgen cuando ese índice está muy abajo y tienden a desaparecer cuando sube, reemplazadas claro por temores respecto a la devaluación y su traslado a precios.
El ITCRM llegó el miércoles al miércoles a 107 puntos, muy cerca del récord de marzo de 2016, cuando el dólar escaló pocos meses después de la eliminación del cepo cambiario. La serie elaborada por el BCRA toma como base 100 el 17 de diciembre de 2016, día de la eliminación de los controles de cambio, con lo cual el nivel actual está por encima (se podría decir que el peso está más barato) de ese nivel.
En principio, un tipo de cambio más alto debería reducir importaciones y gastos en el exterior (turismo, por ejemplo) y estimular exportaciones y gastos de extranjeros a nivel local. Así, la vulnerabilidad externa de la Argentina se estimaba que el déficit externo estaría este año en torno al 5% del PBI podría verse reducida.
«La clave tiene que pasar por tratar de mantener lo más que se pueda esa mejora en la competitividad, limitando el traslado a precios», dijo Federico Furiase, de EcoGo. «Esto probablemente se de al costo de medidas recesivas, como la tasa alta y el apretón fiscal», agregó.