Es por el uso del swaps de monedas con China, por el equivalente a unos 7.000 millones de dólares
Una de las consecuencias negativas para la Argentina de la decisión del gobierno de China de depreciar su moneda en 1,82%, fue que la variación de las divisas en el mundo frente al dólar le provocó al Banco Central una caída de reservas de u$s132 millones, de los cuales unos 125 millones se originó a la caída del yuan en la jornada.
Atenuaron la baja la leve suba del euro en 0,06% y también del oro en 0,34%, los cuales junto a la modesta baja de la libra esterlina, en unos siete millones de dólares.
Además, en la jornada, la autoridad monetaria hizo ventas de intervención en el mercado de cambios con ventas a entidades bancarias por unos u$s50 millones para que pudieran hacer frente a las compras validadas por la AFIP a ahorristas por casi u$s30 millones y autorizó pagos de importaciones de energía por 36 millones.
Si bien esa suma primaria arroja un saldo negativo de u$s204 millones, el dato provisorio que informaron fuentes de la entidad fue que «las reservas finalizaron en u$s33.705 millones», 135 millones menos que en la apertura de la semana.
Una de las novedades que trajo el correo electrónico de la autoridad monetaria fue que por primera vez dio cuenta de la variación del yuan en el día: cayó 1,82%. Ese número asociado con la pérdida de reservas que provocó, permitió descubrir un número que hasta ahora estaba guardado bajo cuatro llaves: ¿cuántos millones de yuanes se usaron hasta el presente para incrementar contablemente las reservas en divisas del total equivalente a u$s11.000 millones que acordaron telefónicamente los presidentes de los dos países, Cristina Kirchner y Xi Jinping, a comienzos de octubre de 2014?: unos u$s7.000 millones.
El swap de monedas es un mecanismo de permuta financiera, por el cual las partes, en este caso dos gobiernos, se comprometen a un intercambio de flujo de caja o divisas a futuro en la divisa de cada estado. Dada la situación de la Argentina de mantener el estado de default parcial de la deuda externa se acordó que «parte del canje de monedas irá a la sede del Banco de Pagos Internacionales, con sede en Basilea, otra parte quedará en China para posibles pagos de importaciones de la Argentina y otra parte estará en cuentas que se consideran seguras e inembargables en Hong Kong.
Lo cierto es que el auxilio financiero que obtuvo el Gobierno para fortalecer la debilitada posición de reservas del Banco Central, porque con el comunicado «ad hoc» del Banco Central quedó confirmado que representa poco más de un quinto de la posición bruta de divisas, ya empieza a tener costos de relevancia, porque el yuan abandonó una racha de virtual estabilidad y pasó a una flotación, porque las autoridades chinas decidieron abocarse a devolver competitividad cambiaria a sus industrias.