Por Salvador Di Stéfano
Se cerraron dos fórmulas presidenciales. La geografía de las elecciones se parece a una gran avenida, con dos vías muy amplias, una a contramano de la otra, y la tercera vía es una bicisenda muy pequeña. Seguimos en un mundo binario, la simplificación de los problemas a la máxima expresión.
El escenario electoral quedó cerrado, dos fórmulas generan la máxima atracción del electorado. La tercera vía o ancha avenida del medio, quedó reducida a una bicisenda muy angosta y que no incentiva a los votantes a circular en bicicleta. La población va por la avenida, ya sea mano al norte o al sur. Trataremos de analizar estas fórmulas desde la mirada económica.
La fórmula opositora luce moderada dado que el candidato a presidente es Alberto Fernández y ha expresado racionalidad en sus declaraciones, pero los candidatos en Buenos Aires y Capital están ideológicamente ligados a la campera, si le sumamos el aporte de la ex presidenta Cristina de Kirchner, los mercados descreen en tal moderación. No es menos cierto que los economistas ligados a este espacio político hablan de no caer en cesación de pagos, renegociar el acuerdo con el FMI y seguir colocando deuda en el exterior. Sin embargo, esto mismos economistas en el pasado son los que le pusieron el cepo el dólar, expropiaron el Anses e YPF, tardaron en pagarle al Club de París y no resolvieron los juicios con bonistas, y menos aún los juicios por la salida de la convertibilidad en el año 2002, más los juicios por la estatización de aerolíneas e YPF. En resumen, son los creadores de un pasivo potencial de u$s 15.000 millones.
Con el anuncio de la formula opositora los mercados no se descontrolaron, pero tampoco salieron disparados a la suba, más bien tomaron la noticia con relativa prudencia. Sin embargo, el mercado de futuro de dólar incremento notablemente el stock de sus vencimientos futuros, ubicándose en la actualidad el interés abierto en los u$s 4.434 millones.
Ayer por la tarde se anunció la fórmula del oficialismo, Macri – Pichetto, lo primero a destacar es que el sector cambiemos salió del closet y amplio la mirada de la coalición a un sector del partido justicialista, dejando atrás el mote de sectario o anti peronista. El actual candidato a vicepresidente fue un soldado del kirchnerismo que se reconvirtió y reinvento en los últimos años, pasando a ser un aliado de las ideas del oficialismo. Casi lo contrario de Sergio Massa, que en el año 2013 dejo al peronismo y venció a la ex presidenta en el poder, y hoy vuelve arrepentido a la casita de los viejos. En el caso de Pichetto, mientras en el 2013 perdía elecciones abrazado a la ex presidenta, hoy prueba suerte del otro lado de la avenida.
La reacción en los mercados fue muy impositiva, el anuncio de la formula empalideció todas las noticias políticas que se esperaban, la tasa, el riesgo país y el dólar bajaron, las acciones subieron con volumen. Una muestra de que el mercado apuesta por esta fórmula presidencial.
En materia económica el oficialismo comenzó su mandato apostando al gradualismo, que financiaba con crédito externo. Cuando se cerró el financiamiento por la crisis internacional desatada por la guerra comercial entre China y Estados Unidos, el Gobierno pasó a un ajuste salvaje para estabilizar la macro, sin importar mucho las consecuencias no deseadas sobre la micro. En la actualidad, la prioridad del gobierno es cumplir el acuerdo con el FMI que llevo para rescatar a la argentina de la cesación de pagos y aporto la friolera de u$s 58.000 millones.
¿Qué garantiza la formula opositora? Que se ocupara más de la micro que de la macro, esto es bueno para la vida cotidiana y el corto plazo, pero no luce sustentable a largo plazo. Argentina saldrá adelante si recibe inversiones, para que ello suceda debe mostrar números macroeconómicos consistentes y sustentables en el tiempo, esto implica que debe tener superávit fiscal y comercial, tarifas libres de subsidios, tasas de inflación más bajas, consecuentemente una tasa de interés competitiva y un tipo de cabio menos volátil. Hasta ahora no vimos desde la oposición cual es el plan económico que permita sostener macroeconómicamente las medidas que tomaría para expandir la microeconomía. No se habla de políticas de Estado, tampoco las hubo durante su gobierno.
¿Qué garantiza la formula oficialista? Que se ocupara más de la macro que de la micro, esto es bueno para el largo plazo, pero es muy duro para la vida cotidiana y el corto plazo. Argentina necesita un gobierno que maride o ecualice mejor ambas políticas. El oficialismo se caracterizó por la falta de políticas de Estado, hizo un blanqueo que solo fue recaudatorio, y no incentivo a los que tenían dinero en situación informal a volcarlo a las inversiones productivas. Tiene una mirada más financiera, y menos productiva de la economía. Durante su último gobierno anunció una lluvia de inversiones, y el resultado fue la peor sequía de inversiones de los últimos años. Abrió las puertas al mundo inversores, y se llevaron los dólares que el kirchnerismo les prohibía remesar al exterior. El gobierno tiene prestigio en el exterior, le prestaron grandes cantidades de dinero, pero no parece que fue bien administrado o aplicado, demoró en realizar reformas estructurales, y el gradualismo lo desdibujo.
Conclusión
Ninguna de las dos fórmulas presidenciales son una solución clara para los problemas económicos que tienen los argentinos de a pie. El problema no pasa por bajar el gasto, hay que agrandar la torta, votar leyes que incentiven la inversión como la reforma laboral, previsional, impositiva y del Estado en general. Necesitamos en forma urgente una ley de incentivo fiscal a las inversiones nuevas, se estima que los argentinos tienen en el exterior u$s 550.000 millones, y hay que darles un dulce muy grande para que regresen al país. Es cierto que la baja de tasas en el mundo, y la tasa de interés negativa en Alemania y Japón hacen repensar su repatriación, pero sin incentivos fiscales buscaran otros países o inversiones que le brinden ese beneficio.
Estamos peor que cuando vinimos de España. La fórmula oficialista seduce a los mercados, la opositora los asusta. La fórmula opositora seduce a los sectores sociales afectados por la crisis y que vieron desmejorar su nivel de vida, la fórmula oficialista los asusta con la continuidad del ajuste. No tenemos término medio, la geografía electoral es una gran avenida, para un lado va el oficialismo, para el otro la oposición, y la tercera posición es solo la bici senda del medio, me quedo aquí pedaleando.
Fuente: https://www.ambito.com/la-economia-y-los-candidatos-dos-vias-contramano-y-una-bicisenda-n5036749