Son alternativas que ya trabajaron sus asesores y que él discutió tanto con el presidente como con Batakis en las últimas semanas; en qué consisten y qué viabilidad económica y política tienen.
El futuro ministro de Economía, Sergio Massa, tiene en carpeta algunas alternativas para conseguir dólares del exterior para fortalecer las reservas y pesos con un adelanto de impuestos de las empresas sin pasar por el Congreso Nacional.
Pese a las complicaciones entre los tres líderes de la coalición oficialista, que alcanzaron una frágil tregua, Massa ya se involucró en la cuestión de la deuda desde fines del 2019, tal como lo hizo en la negociación con los bonistas extranjeros en el canje del 2020 y con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2021-2022, por sus contactos en Nueva York y Washington.
Estos temas fueron analizados por un comité conformado por el hasta ahora secretario de Finanzas, Eduardo Setti; Lisandro Cleri y Federico D´Angelo del Fondo de Garantía de Solidaridad (FGS) de la Anses; y Pablo Mayer Carrera, cercano a Massa, quien entró al directorio del Banco Central.
Respecto de los bonos en dólares de la Argentina, tan castigados como los bonos en pesos, el deseo del nuevo equipo es intentar apelar a una fuente alternativa de financiamiento en divisas, en un contexto complejo por las dudas que genera la crisis política local y por la salida de fondos de los mercados emergentes ante la creciente inflación y la suba de tasas en EEUU.
Luego de ser desechada por parte del equipo de Martín Guzmán, Massa ya le planteó a Batakis considerar algunas herramientas que podrían negociarse a una tasa razonable, frente al derrumbe de los bonos soberanos, que en algunos casos rinden el 50%, con precios de default.
“Fue una idiotez haberlas rechazado por parte del equipo económico de Guzmán”, disparó, enfurecida, una calificada fuente oficial cercana al nuevo ministro
En particular, la idea es retomar la posibilidad de concretar alguna línea de tipo Repo y préstamos soberanos con garantía colateral, expresó la fuente. “Son varias herramientas que le están ofreciendo al Gobierno”, destacó, pese al escepticismo generalizado en los mercados internacionales sobre la situación de corto plazo del país.
Las operaciones de pase o repo consisten en una línea de financiamiento bancario, por el cual una parte les compra a los otros títulos al contado y, en forma simultánea, arreglan la operación inversa con un plazo y un interés determinado. El spread entre el precio de compra al contado del título y el precio de venta a término (futuro) da como resultado la tasa de interés de la operación. En el Gobierno juran que podría haber créditos al 6,5% en dólares.
Massa ya se involucró en la cuestión de la deuda desde fines del 2019, tal como lo hizo en la negociación con los bonistas extranjeros en el canje del 2020 y con el FMI en 2021-2022
Cabe recordar que 2021 Arabia Saudita le ofreció a la Argentina un crédito por USD 6.500 millones a tres años, que podría servir como fuente para fortalecer las reservas internacionales, defender al dólar y pagar parte de los fuertes vencimientos de deuda soberanos.
En particular, Massa le preguntó al canciller árabe si esta iniciativa financiera contaba con el respaldo pleno de su gobierno y si la relación con el fondo soberano ruso era fluida.
El PIF es el fondo de inversión y ahorro del estado de Arabia Saudita, con una importante fortuna que deriva del petróleo, pero que se ha diversificado, desde la compra de bonos soberanos hasta clubes de fútbol europeos.
Hasta antes de la invasión a Ucrania a fines de febrero, había una oferta similar de Moscú a través del Fondo Nacional de Inversión Ruso, creado en 2011 para financiar el pago de las jubilaciones en ese país y que gestionado por el Ministerio de Finanzas y el banco central de ese país.
Recursos en pesos
A su vez, el equipo de Massa también propuso una alternativa ante el fracaso en el Congreso de la curiosa idea del impuesto a la “renta inesperada” que impulsaba Guzmán a través de una resolución administrativa que le permita acceder a recursos extraordinarios por 1.500 millones de dólares.
En este sentido, se trata de una iniciativa que ya se aplicó a través de la AFIP con las empresas cerealeras y automotrices en el gobierno de Cristina Kirchner, con pagos a cuenta que le permitieron al Estado tener recursos por adelantado.
Además, remarcó otra fuente, la iniciativa “tiene mucho más sentido en un contexto de alta inflación, donde conseguir recursos un año antes es mejor que no tenerlos o tenerlos tarde”; por esta razón, la resolución general del organismo, anticipada por Infobae en abril, se conocería en los próximos días.
La idea sería “modificar el cálculo de anticipos del impuesto a las ganancias en el marco de las facultades legales con las que cuenta AFIP”. En la actualidad, los anticipos para sociedades se calculan de la siguiente forma: deben determinar e ingresar 10 anticipos, considerando el Impuesto determinado por el período fiscal inmediato anterior menos las retenciones”. Así, el anticipo 1 es del 25% del monto señalado y los anticipos 2 a 10 equivalen al 8,33% del mismo monto. Por ejemplo, si el impuesto determinado menos retenciones del periodo 2021 fue de $1000, entonces debe ingresar un anticipo de $250 y nueve anticipos de $83.
Massa también propuso una alternativa ante el fracaso en el Congreso de la curiosa idea del impuesto a la “renta inesperada” que impulsaba Guzmán
“Esto no requiere una ley, simplemente la AFIP -en uso de las facultades legales delegadas del cuarto párrafo del artículo 21 de la ley 11.683- vuelve a estimar la base de cálculo de los anticipos en base a esta situación y, de esta manera, las empresas con ganancias extraordinarias adelantan el pago de la futuras utilidades”, detallaron.
En segundo lugar, aclararon, “la AFIP -en uso de facultades legales ya delegadas por el artículo 22 de la ley 11.683- puede incrementar con soporte en cuestiones de renta extraordinaria de los exportadores la alícuota de percepción del impuesto a las ganancias para las operaciones de exportación (y triangulación) de commodities de la Resolución general 3577 del 2014″.
Al respecto, indicaron que “actualmente la percepción es del 0,5% sobre el valor imponible definido para la liquidación de los tributos aduaneros cuando la operación se “triangula” (es decir no coincide el destino físico y el lugar de facturación”.
Así, “la propuesta consiste en establecer la alícuota del 1% para todas las operaciones de exportación de commodities de grandes exportadores, incrementar la alícuota al 1,5 para el caso de triangulación y llevarla al 2,5% para el caso de triangulación con jurisdicciones no cooperantes o paraísos fiscales”.
Con esta alternativa, sin aumentar impuestos habría un adelanto de recaudación para este año que no requiere ley por al menos USD 1.500 millones
Con la primera propuesta “se alcanzaría al sector financiero y de seguros y con la segunda a los exportadores de commodities”, detallaron.