El Gobierno no puede ya disimular su ansiedad por el rumbo que tomó la cotización del dólar paralelo y una brecha cambiaria distorsiva que atenta contra el buen funcionamiento de la economía. Ya no es una o dos medidas sueltas, sino un claro plan para salirle al cruce a las travesuras del billete estadounidense.
Así, no terminado aún de digerir el lanzamiento de un blanqueo que parece ideado para quienes fugaron capitales, se acudió también a un encarecimiento del costo del dinero para evitar la fuerte desaceleración registrada en los plazos fijos y en las colocaciones en caja de ahorro. Si bien los ahorristas siguen estando recompensados con tasas de interés reales negativas, el efecto negativo sobre el nivel de actividad pasa por el alza que provoca en las tasas activas, cuyos niveles sí son superiores a la inflación y, por ende, son positivas en términos reales.
Es que, además, las reservas acaban de perforar los US$39.000 millones y su retroceso respecto del pico de US$52.650 millones es ya superior al 25%. Y todo eso con el cepo cambiario.
Según los expertos de la consultora Quantum-Econométrica, que codirige el ex secretario de Finanzas Daniel Marx, la llegada de los CEDIN –el vehículo que preferirán los “blanqueadores”, ya que es similar a un cheque, nominativo y endosable- podrá reducir, en el mercado cambiario paralelo, la demanda de quienes compran para adquirir viviendas, al tiempo que aumente la oferta por el lado de quienes reciben los dólares contra CEDIN una vez concretadas las operaciones inmobiliarias. “Estos efectos deberían ser mayores al aumento de demanda por aquellos que cuenten con pesos y quieran adherirse al blanqueo”, dice la consultora en su último informe.
La caída del paralelo estos días, sin embargo, se debió más a la intervención del Banco Nación, ANSES y, más tímidamente, del Banco Central. El retiro del Banco Nación del mercado de préstamos interbancarios indujo una sensible suba en la tasa del “call”, llevándola por encima del 20% anual.
Este esquema oficial aspira a llegar a las elecciones con las arcas del Central más reforzadas (o menos diezmadas), pero cada vez parece tener menos conejos de la galera.
Respecto del BAADE, el otro mecanismo para blanquear, se trata de un bono que pagará un 4% anual y vencerá en el 2016. Interpolando las paridades de los bonos de plazos similares actualmente en circulación, se estima que cotizaría a una paridad cercana al 75%.
Fuente:
http://www.ieco.clarin.com/economia/embestida-blue_0_922108065.html