El año pasado la cantidad de dinero creció 22% frente a precios que aceleraron hasta el 39%, lo que ayudó a calmar a los precios y a las brechas cambiarias. Esa relación se revirtió este año con una masa monetaria que avanza más de 33% y precios que desaceleran hasta el 25%. Eso implica que la cantidad de dinero crece en términos reales
La cantidad de pesos en la economía crece a un ritmo hasta 9 puntos porcentuales por encima de las mediciones de inflación privadas, según cual se tome. Ello implica una expansión en términos reales de la cantidad de dinero que contrasta con la contracción que lideró el Banco Central (BCRA) el año pasado, cuando los precios le sacaron casi 18 puntos de ventaja a la tasa de crecimiento del dinero. Esa política monetaria restrictiva del año pasado ayudó a lograr la paz cambiaria que hoy vuelve a estar en duda.
La base monetaria alcanzó los $ 487.884 millones el 26 de junio pasado y su nivel promedio crece 33,4% interanual según datos del BCRA.
Pero más allá de los números absolutos, la señal de alerta más significativa resulta de la comparación de esa expansión con la de la tasa de avance de los precios.
Los economistas suelen decir que cuando una variable crece menos que la inflación, por más que avance en términos nominales, decrece en términos reales. Los sindicatos lo saben muy bien: si aceptan un aumento de sueldos por debajo del avance del nivel general de precios, el poder adquisitivo del salario retrocede. Por el contrario, aquella variable que le gana a los precios, aumenta en términos reales.
Así, la emisión monetaria le saca cerca de 7 puntos de ventaja a la tasa de inflación que mide la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El IPCBA avanzaba 26,7% interanual a mayo pasado.
Ese ritmo de expansión monetaria aventaja en 6 puntos porcentuales al índice que mide la ex Indec Graciela Bevacqua marcaba 27,9% interanual al mismo mes y en 9 al que estima la consultora Elypsis estaba en el 24,6%. Por último, si tomáramos por referencia al IPCNu del Indec, la diferencia rozaría los 20 puntos.
El mes pasado un informe del IERAL de la Fundación Mediterránea ya había puesto el acento sobre esta diferencia, aunque sus estimaciones partían de números del primer trimestre de este año.
Con estimaciones de inflación privadas que registraron números de hasta 39% en los doce meses de 2014, el 22% de expansión monetaria del año pasado había sido fuertemente contractivo en términos reales. Eso cambió este año, con pesos que aumentan a un ritmo mayor que el nivel de precios.
«En 2014 la política monetaria fue contractiva y hubo un intento de recuperar el tipo de cambio, mientras que en lo que va de 2015 se logró pasar la inflación a un andarivel más bajo, pero a costa de usar al dólar (mercado oficial) como ancla. No obstante, recientemente se encendió una señal amarilla, ya que la tasa de expansión monetaria supera en 8 puntos porcentuales a la tasa de inflación anualizada del último trimestre» dice el informe firmado por Marcelo Capello y Néstor Grión.
Una primera mirada a los datos del BCRA permite identificar la diferencia más importante en estos términos.
La entidad conducida por Alejandro Vanoli no usa su ?aspiradora? de pesos a plena potencia. En los primeros cinco meses de 2014, el BCRA había usado sus licitaciones semanales de Lebac para sacar $ 57.726 millones de la plaza, en los mismos cinco meses de este año retiró $ 26.804 millones.
Pero la causa es más profunda. Si el BCRA no esterilizó esos pesos es porque en ese mismo período los ingresos del Tesoro crecieron 22,3% mientras que los gastos aumentaron 40,8% y los necesitó para cubrir, aunque sea en parte, esa brecha de 18,5 puntos.
El financiamiento monetario tendrá un rol muy relevante para cubrir ese bache durante todo este año, que según estimaciones publicadas el viernes por la consultora Ecolatina llevarán a las necesidades de financiamiento del Tesoro a más de $ 372.000 millones en 2015 (sólo en junio, hasta el día 26, el BCRA emitió $ 24.571 millones para asistir al fisco).
«Las necesidades de financiamiento del 2015 serían cubiertas en un 56% por el BCRA, que aportaría adelantos transitorios ($93.215 millones), resultado cuasi fiscal ($99.300 millones) y u$S 9.528 millones de reservas», calculó la consultora. «A su vez, la mayor parte del financiamiento restante sería proveído por emisión de títulos, de los cuales (Bonac) ya hay emitidos $30.995 millones. Con lo cual restaría emitir $45.826 millones», concluyó.