La divisa informal alcanzó un nivel récord y la brecha cambiaria quebró el techo del 100 por ciento
A cuatro días de las elecciones, el dólar libre superó la barrera de los 200 pesos y estiró la brecha cambiaria por encima del 100 por ciento. A $205 por unidad, el dólar “blue” registra un récord de precios y anota una ganancia de 23,5% en 2021.
La brecha respecto del dólar mayorista, referencia del tipo de cambio oficial, llegó a 104,7%, la más alta en casi un año, desde el 18 de noviembre del 2020.
Desde las PASO, el dólar libre se encareció un 10,8% o 20 pesos en menos de dos meses, desde los $185 del 10 de septiembre. Detrás de esta escalada pueden identificarse cuatro factores que “recalentaron” a este pequeño pero influyente mercado paralelo.
1) Expansión monetaria. La importante emisión de pesos de octubre, por el 10% de la Base Monetaria, ejerce presión alcista para el dólar en todas las franjas, pero fundamentalmente para las cotizaciones libres. En ese sentido, “picaron en punta” los dólares bursátiles, con un “contado con liquidación” que en el Senebi (Segmento de Negociación Bilateral) se opera entre privados a 211 pesos.
El analista financiero Christian Buteler subrayó la necesidad de “un plan económico integral haciendo foco en el equilibrio fiscal y un desdoblamiento cambiario temporal mientras se regularizan las variables macro con el objetivo de volver a un único tipo de cambio y sin cepo”.
Roberto Geretto, economista de Fundcorp, enfatizó que “tampoco ayuda la monetización del déficit, donde el Banco Central financió al Tesoro por 335.000 millones pesos en octubre, siendo más de un 10% de la Base Monetaria”.
Nery Persichini, Head of Strategy de GMA Capital, calculó que los $352.712 millones emitidos por el BCRA para asistir financieramente al Tesoro durante el mes pasado ($335.000 millones por Adelantos Transitorios más otros $17.712 millones por Transferencia de Utilidades) significaron una inyección de $11.378 millones al día o unos $7,9 millones por minuto.
Adrián Yarde Buller, de Facimex Valores, coincidió en que “en la recta final del año, el déficit va creciendo y el financiamiento con deuda pierde impulso, por lo que la emisión monetaria va ganando peso en el financiamiento al Tesoro. Esto se va a intensificar en el último bimestre”.
2) Cobertura preelectoral. Como es habitual, tanto la demanda de divisas como sus precios tienden a subir antes de las elecciones, como medida precautoria ante eventuales decisiones de política económica a tomar después de los comicios.
“Entramos ya en plena cuenta regresiva para las elecciones legislativas y hay muchas consultas por parte de los clientes, especialmente de aquellos que importan algún tipo de insumos y se quieren cubrir de una eventual devaluación”, comentó Santiago Abdala, analista de Portfolio Personal Inversiones.
“La prudencia es la mejor consejera, más allá de un resultado electoral que favorezca a un mercado un poco mas libre. De hecho, los desafíos en Argentina son enormes, y no hay motivo para excederse en el entusiasmo. No se puede dar por descontado ningún escenario y habría que ver qué medidas se tomarán a futuro para contener la enorme ‘bola’ de pesos que existe hoy en el mercado”, añadió.
3) Falta de acuerdo con el FMI. Para los agentes del mercado es clave acordar con el Fondo Monetario internacional un plan viable para cancelar la abultada deuda con el organismo, por USD 45.000 millones, un monto que hoy excede al total de las reservas internacionales.
Los expertos de Research for Traders subrayaron que “el Gobierno busca avanzar en la negociación para cerrar el acuerdo con el FMI antes de marzo de 2022, donde comienzan a acumularse importantes vencimientos de capital e intereses.
Con la firma de un acuerdo, Argentina buscará encontrar un nuevo calendario de devolución del total del crédito. El cronograma original prevé un repago de cerca de USD 19.000 millones en 2022 y USD 18.000 millones en 2023, una renegociación ya contemplada en el Presupuesto 2022.
Mientras tanto, se deberán pagar este diciembre unos USD 1.900 millones, que es probable que se abonen con los nuevos DEG (Derechos Especiales de Giro) transferidos por el FMI meses atrás, tal como realizó en el último pago del mes de septiembre.
4) Estrés de reservas. La falta de divisas compromete el nivel de activos del Banco Central, que tiene que salir a cubrir con ventas de contado el faltante de oferta privada para que no queden desabastecidas las necesidades de los importadores.
“Tras el efímero respiro de la última normativa bancaria, el BCRA rápidamente reanuda a diario el desafío de administrar las intervenciones, toda vez que el saldo es activamente monitoreado por los operadores”, dijo Gustavo Ber, economista de Estudio Ber. “También vienen generando creciente preocupación los esfuerzos en los dólares financieros, e incluso algunas referencias más libres, en busca de controlar su dinámica en las últimas ruedas antes de las elecciones”, agregó.