La base se expande al 41% anual, tasa similar a la que lo hacía al final del kirchnerismo
La cantidad de pesos en circulación crece a un ritmo mayor al 40%, con lo que la expansión monetaria regresó a los niveles que mostraba en los últimos meses de la gestión Kirchner.
El dato sorprendió al mercado, acostumbrado a la política fuertemente contractiva que pregonó y desarrolló el Banco Central (BCRA) en 2016; desató un debate sobre sus motivos y posibles implicancias inflacionarias y hace pensar a algunos que la política monetaria cambió. «Tengo dudas de que la actual política monetaria tenga sesgo contractivo o antiinflacionario», sostuvo, por caso, el consultor Federico Muñoz.
La aceleración fue muy marcada en los últimos tres meses cuando la tasa de expansión de la base monetaria pasó del 26% al 41% anual y porque en enero (cuando es común que el BCRA retire los pesos emitidos para acompañar el pico de demanda de diciembre) ni siquiera fue contractiva, sino expansiva en $ 6200 millones. Eso estimuló las comparaciones.
Pero la similitud de la política monetaria actual con ese antecedente sólo pasaría por la magnitud que alcanzó la tasa de expansión monetaria. «La emisión con fines fiscales está limitada y en baja (antes no mostraba techo) y parte de la expansión deriva del ingreso de divisas por endeudamiento y blanqueo, cuando por aquel entonces no venían los dólares», explica Federico Furiase, del Estudio Bein. Pero el salto, aunque recrea el temor de un intento por impulsar la economía en un año electoral, respondería a una combinación de factores.
«Hay una recuperación en la demanda de dinero que parece haber anticipado el repunte de la actividad. Van siete meses en los que el M2 privado (billetes del público más depósitos a la vista) crece en términos reales», dice Eric Ritondale, de Econviews, Para quien el resto de la expansión es por «anomalías transitorias».
«La aceleración se explica por la integración en bancos», observa Martín Polo, de Analytica. Alude al 77% que crece el monto de billetes y monedas allí «estacionados» y deriva de las dificultades que éstos tienen para descargar el efectivo desde que el Central dejó de recibirles los billetes.
En el BCRA desmienten que haya relajamiento monetario («el salto es por dinero exógeno», dicen) aunque admiten el excedente de efectivo y lo vetusto de buena parte del circulante. Para atacar este problema lanzaron un «mercado de efectivo» para que los bancos a los que les sobran billetes se los presten a los que les faltan. Pero esa plaza, que debía arrancar ayer, no lo hizo porque aún no se acordaron los costos logísticos que suponen los envíos de dinero físico.
Tasa inalterable en el 24,75% anual
El BCRA volvió a dejar ayer estable (por décima semana consecutiva) su tasa de política monetaria en 24,75% anual que, desde comienzos de año, pasó a estar definida por el centro del corredor de pases a siete días. Lo hizo para favorecer una baja de la inflación núcleo (inalterable en 1,7% en los últimos meses) y «mantener un claro sesgo antiinflacionario» en su política monetaria.