Es por el encarecimiento de las propiedades en dólares, que obligó a algunas entidades a ajustar los montos. El stock de hipotecarios trepó 9,9% respecto al mes anterior y acumula un incremento de 118% contra enero de 2017.
La suba del dólar de 12% que se dió entre los últimos quince días de diciembre y durante enero, logró de alguna manera «inflar» el stock de préstamos hipotecarios en el primer mes del año. Según datos del BCRA, el mes pasado está línea de préstamos bancarios fue la que más dinamismo demostró con un salto de 9,9% respecto a los saldos de diciembre. Así, con respecto al mismo mes del año anterior el incremento acumulado es del 118%.
Como las propiedades se ofrecen en dólares y los préstamos en pesos, un salto en la divisa atenta contra la capacidad de compra de los montos acordados. Por esto, muchas entidades, con el Banco Nación a la cabeza, decidieron ajustarlos, ya sea elevando el porcentaje financiado en relación con los ingresos de los tomadores, o estirando los plazos propuestos.
Según informó la Jefatura de Gabinete esta semana, el año pasado se otorgaron casi tantos créditos como en 1999, antes de la salida de la convertibilidad. Tras el boom de hipotecarios en 2017, se espera que, pese al salto del tipo de cambio y el cambio de metas del Banco Central que impactaron en las perspectivas inflacionarias para este año, la tendencia se mantenga a lo largo de 2018. Los préstamos atados a la evolución de los precios, los denominados UVA, crecieron hasta representar el mes pasado el 93% del total otorgado por el sistema a las personas físicas.
Según detalló el BCRA en su último Informe Monetario Mensual, desde que se lanzó este instrumento, se han otorgado aproximadamente $65.800 millones de hipotecarios en UVA.
Para Juan Pablo Ronderos, gerente de desarrollo de negocios de Abeceb, «la tendencia no va a cambiar». «Hay un déficit habitacional tan grande. Venimos de un mercado hipotecario casi nulo para los sueldos de la clase media. Por eso, ante la posibilidad de acceder, mucha gente no se va a fijar en las condiciones financieras, sino en cubrir esta necesidad», afirmó.
Ronderos reconoció que un tipo de cambio más alto y una expectativa menor de desinflación para los próximos meses redundan en encarecimiento de este endeudamiento para las familias. «Los costos aumentaron por todos lados, pero entiendo que la mayoría de la clase media que está interesada en este tipo de instrumentos lo toma como una parte del riesgo que uno toma para poder llegar a la vivienda propia».
Guillermo Barbero, socio de First, coincidió: «La demanda se va a mantener constante. Lo que sí puede ocurrir es que a los nuevos tomadores se les dificulte más acceder a la propiedad que están buscando», dijo. En ese sentido, el economista agregó: «Es crucial que las entidades tengan rapidez de reflejos y actúen para poder seguir financiando el acceso a la vivienda».
La expectativa es que el stock pueda duplicarse este año. En 2017, el ratio de hipotecarios alcanzó el 1%, todavía muy rezagado de los que ocurre en países de la región, como Chile y Colombia, cuando estos créditos representan el 24% y el 12% de su PBI, respectivamente. Serán claves para esta evolución los instrumentos financieros en UVA, para garantizar el fondeo correcto para los bancos.