La divisa llegó a los $ 43, pese a que el BCRA mantiene su política de restricción monetaria. Los bonos, castigados
El dólar subió ayer otro escalón en el arranque de la semana, a pesar de que el contexto internacional se tranquilizó respecto a lo que había sido el cierre del viernes. Pese a que durante toda la jornada operó en baja, finalmente cerró con una suba de casi 20 centavos, a $ 43. No alcanzó que el Central mantuviera firme la tasa de interés, que quedó rozando el 67%.
Las tasas tan altas generan cada vez más «ruido» entre los inversores y también generan más controversias políticas. ¿Cuál es el objetivo de mantenerlas tan altas si el tipo de cambio no acusa recibo? En otro momento, mantener estos valores impulsaba el dólar a la baja, como pasó a partir de octubre pasado. Pero ahora la sensación es que el antídoto contra la presión cambiaria ya no tiene el mismo efecto.
Por ahora, el BCRA no consigue que ese aumento de los rendimientos de Leliq se traslade a la tasa de plazo fijo. Por lo tanto, son los bancos los que se quedan con la diferencia. Y como las entidades mantienen mucha liquidez excedente, no tienen mayor apuro en trasladarles el aumento a los ahorristas. Por lo tanto, ese canal de transmisión de la tasa de interés perdió efectividad, al menos por ahora.
Todo esto sucede mientras se espera que la liquidación de los dólares de la cosecha empiece a presionar a la baja al tipo de cambio. La semana que viene llegará la «hora de la verdad», porque es a partir de la primera semana de abril cuando históricamente crecen las liquidaciones de la cosecha. Teniendo en cuenta que se espera un récord en el caso del maíz y un excelente volumen para la soja, se espera que esa mayor oferta provoque una caída del tipo de cambio.
Sin embargo, aún está por verse hasta dónde llegará la liquidación de los granos y si en realidad los productores prefieren mantenerlo en silobolsas, a la espera que se clarifique el panorama político. Muchos podrían especular, incluso, con un aumento del dólar a medida que se acerquen las elecciones. Y aprovechar para liquidar con un tipo de cambio más conveniente.
Este escenario de elevadas tasas de interés y un dólar muy firme están en línea con lo sucedido con el riesgo país, que siguió aumentando hasta llegar ayer a los 770 puntos básicos. Este indicador que vuelve a acercarse a los 800 puntos es el síntoma más claro de la falta de confianza de los inversores en relación al panorama tanto político como económico de la Argentina.
Ayer los bonos volvieron a mostrar una fuerte debilidad, con pérdidas que fueron del 0,5% hasta 1,5% para los títulos más largos. A pesar de que los títulos ya rinden alrededor de 13%, son muchos más los vendedores que los compradores. Lo único que podría cambiar este clima negativo es que el dólar vuelva a operar en baja y habilite compras del Banco Central. Pero este escenario, aún factible, ya no luce tan seguro como se especulaba sólo hace un par de semanas.