La Reserva Federal anunció un nuevo recorte de u$s 10.000 millones en sus compras de bonos, que pasaron a u$s 65.000 millones mensuales. La medida consolida el escenario de depreciación que sufren las monedas emergentes desde hace meses. La debilidad de estas divisas hará que se licúe parte de la competitividad que había ganado el peso tras la última devaluación. Ayer el real brasileño tocó 2,437 por dólar
La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos recortó por segunda vez consecutiva su plan de estímulo en u$s 10.000 millones, en línea con lo que preveía el mercado. De esta manera, su programa de compra de bonos del Tesoro y títulos hipotecarios pasa a ser de u$s 65.000 millones mensuales, lo que consolida el nuevo escenario económico, que a la vez afecta especialmente a los países emergentes.
Es que desde que se mencionó este giro en la política de la Fed, en mayo de 2013, los grandes inversores comenzaron una retirada de fondos de las economías de la región. Esta fuga fomenta una devaluación de las monedas emergentes, por lo que los bancos centrales empezaron a incrementar sus tasas.
Por otro lado, la depreciación de las divisas de la región hace que la escalada que tuvo el dólar contra el peso días atrás disminuya la ganancia en competitividad que había alcanzado la moneda doméstica en los últimos días. Sin ir más lejos la moneda del principal socio comercial del país, el real, cayó ayer a 2,437 por dólar, su nivel más bajo en cinco meses. De seguir así, volverá a los mínimos de 2008.
La decisión que se tomó en lo que fue la última reunión de Ben Bernanke como presidente de la Reserva tuvo que ver con ?un repunte de la economía en los últimos meses? y una ?progresiva mejoría? en el mercado laboral estadounidense, cuya tasa de desempleo cerró diciembre en 6,7%.
Según el especialista en mercados internacionales Luis Palma Cané, la progresión de estos recortes dependerá de la evolución del desempleo: ?Dado que no existe un cronograma, en la medida en que el mercado laboral siga mejorando vamos a ver un retiro mesurado del ritmo de compra de u$s 10.000 millones por mes?.
En lo que respecta a la tasa, se mantuvieron una vez más entre 0% y 0,25%. Seguirá en ?niveles excepcionalmente bajos? según el organismo, al menos hasta que la tasa de desempleo continúe por encima del 6,5% y mientras las expectativas de inflación a uno o dos años no superen el 2,5%.
Como el ascenso de Janet Yellen de vicepresidente a jefa de la Fed no depara sorpresas por su manifestado interés en el cuidado del empleo, además de su alianza a Bernanke, la próxima reunión de la entidad del 17 y 18 de frebrero contará con los mismos lineamientos.
En cuanto al impacto que tendrá sobre la región, Palma Cané subrayó que los países emergentes más perjudicados ?serán aquellos con inflacion, reservas débiles y cuentas corrientes de balanzas de pago con déficit, lo que encuadra perfectamente a la situación argentina?.
Por su parte, la economista de Abeceb.com Belén Olaiz recordó que pese a que el primer recorte de la Fed llegó en diciembre, la fuga de capitales se adelantó varios meses, por lo que países como Brasil ya tuvieron que hacer frente a este escenario. Más específicamente, la administración de Dilma Rousseff debió convalidar a principio de enero el rendimiento más alto de su historia, un 13,4%, para un nuevo bono a 10 años.
Cabe aclarar que más allá de que se apueste a una suba de tasas, países como Argentina o Brasil cuentan con déficit fiscales y de cuenta corriente que hacen desconfiar al mercado y generan desconfianza sobre la solvencia de cada uno.
En cuanto a la última caída del peso, Olaiz agregó que para medir la ventaja que se obtuvo falta medir la devaluación real, es decir en qué proporción esta devaluación se va a trasladar a precios.