El dólar vale casi lo mismo en la Argentina que hace un año, pero con una inflación que alcanzó al 40%. El fortalecimiento del peso provocaría una mejora en el consumo
La apreciación del tipo de cambio modificará la manera en que se terminaría dando la ansiada reactivación de la economía: impactará de manera negativa en la inversión y las exportaciones, pero será positiva para el consumo, una variable clave en meses previos a las elecciones legislativas de octubre.
El dólar perdió ayer siete centavos y cerró en $ 15,73 tanto en bancos como en agencias de cambio. Con el descenso de ayer acumuló la quinta baja consecutiva. Es así que la divisa norteamericana se encuentra casi en el mismo nivel, dentro de la Argentina, que hace un año atrás: el 15 de febrero de 2016 cerró en $ 14,96, aunque a fines de ese mes ya estaba en $ 15,86.
Es decir, que el tipo de cambio hoy es prácticamente el mismo que hace un año atrás pero, en 2016 se acumuló una inflación de en torno a 40%. La conjunción de estas dos variables marca la pérdida de competitividad (al medir contra el dólar) de peso argentino, aunque respecto a otras monedas, que también se apreciaron, no se significativa la variación.
Tanto para Marina Dal Poggetto del Estudio Bein, como Gabriel Caamaño Gómez de Consultora Ledesma, y Ramiro Castiñeira de Econométrica identificaron que, bajo este nuevo escenario, el consumo se va a ver favorecido.
«Cuando el dólar sube, todos nos preocupamos por inflación y, cuando baja, por la competitividad», sintetizó Dal Poggetto. Según describió, esta mayor apreciación del tipo de cambio exacerbado por la recomposición de los precios relativos sigue presionando a la inflación. «En ese contexto, los sectores pierden competitividad y, los no transables se ven favorecidos por mejora capacidad de compra de los salarios», sostuvo. En ese contexto, al consumo lo favorece ya que con la misma paritaria los salarios tienen mayor poder adquisitivo.
Sobre las exportaciones, vaticina que no necesariamente van a caer y que en lo inmediato no cambia el número. «Es más significativo la cantidad que se cosecha y el precio de la soja, al menos en el primer año», identificó.
En la apreciación del tipo de cambio de las últimas semanas juegas factores tanto externos como internos. Entre los primeros está que prácticamente todas las monedas (el real brasileño, peso uruguayo, chileno, colombiano, por citar algunos ejemplos de la región) se fortalecieron frente al dólar, pos asunción de Donald Trump.
Y, entre las razones internas está la manera de financiar el déficit fiscal vía colocaciones en el mercado externo, que hacen ingresar dólares financieros, sumado al efecto del blanqueo.
Caamaño Gómez identificó que el problema es el déficit fiscal, no la forma de financiarlo. Señaló que mientras este rojo siga siendo elevado y sostenido, va a seguir la apreciación real. «Esta genera un efecto riqueza positivo que en el corto plazo ayuda al consumo, pero a la larga no es bueno», sostuvo.
También Castiñeira dijo que la apreciación «en el corto plazo trae buenas noticias porque ayuda a reactivar el consumo, aunque no necesariamente se abastezca con producción nacional».
«Esta historia no es nueva en la Argentina: hay un déficit fiscal desproporcionado que obliga a emitir moneda o deuda para financiarlo. Si se emite moneda, tiene inflación; si se coloca deuda, apreciación», describió.
«La Argentina no logra escaparse de esta historia hace décadas», agregó, y recordó que, en algún momento, hay que devolver los dólares que ingresan por colocación de deuda y que los problemas macro del país aún continúan vigentes.
De esta manera, la posibilidad de recuperación de la economía argentina no estaría puesta en jaque, aunque sí se modifican las variables: se empieza a mover más rápido la demanda que la oferta.