Cambio el ciclo. Atrás quedó el momento en que la cotización de los commodities rompía máximos impulsado por una China como gran importador de alimentos. Hoy comienza a dejar de ser la locomotora del mundo. La devaluación de las distintas monedas con el fortalecimiento del dólar a la cabeza terminan por sepultar las alzas que supieron tener la soja, maíz y demás granos hasta hace dos años. Y por si faltaba poco, las superproducciones de Argentina, Brasil y Estados Unidos, ayudaron a cubrir una demanda impensada impactando de lleno en los valores.
Dentro de poco se cumplirán tres años en el cual la soja marcaba su valor más alto al llegar a los u$s650 la tonelada. Hoy se ubica en los u$s350. Es decir que retrocedió un 46 por ciento. En el 2012, EE.UU. enfrentaba la peor sequía de sus últimos 50 años, lo que provocó la caída de sus cosechas. Hoy se sabe que levantará alrededor de 106 millones de toneladas de soja y 348 millones para el maíz. Si bien son números por debajo de lo cosechado en el ciclo anterior no dejan de ser altos y más aún cuando el mercado estimada volúmenes inferiores.
Sin embargo parece que falta algo más. “La Reserva Federal de los EE.UU. (FED) anunciará pronto una suba de sus tasas de interés, lo que hace pensar en una tormenta perfecta”, dijo el director de Agripac, Pablo Adreani. Lo que el experto quiere decir es que los fondos de inversión se irán hacia los bonos norteamericanos lo que producirá una baja aún más en los valores.
Las monedas también jugaron en contra. Y esto se empezó a gestar en el segundo semestre de 2014 cuando la FED acotó la expansión monetaria generando su consolidación pero depreciando a la de los países en desarrollo. Sólo en julio el real se devaluó algo más del 10 por ciento. Y en los últimos dos días, lo hizo el yuan con el 3,5 por ciento.
“Los altos precios se dieron por la política expansiva de EE.UU., Europa y Japón en su momento y el dólar bajo, esta combinación de factores tuvieron su impacto con precios récord”, sostuvo el analista de mercado Darío Epstein, director de la consultora Research for Traders.
Lo cierto es que aquellos países que basan su economía en los recursos del suelo, hoy se encuentran en una encrucijada. Un efecto deseado de la baja de los commodities es la merma de la inflación de los alimentos en los países ricos y pobres.
El índice de precios de los alimentos de la FAO se situó en julio de 2015 en un promedio de 164,6 puntos, valor 1,7puntos inferior al de junio y casi 40 puntos (19,4%) por debajo del registrado en julio de 2014. En su nivel actual, el índice ha alcanzado su valor mensual más bajo desde septiembre de 2009. El descenso del mes pasado obedeció a fuertes caídas de los precios de los productos lácteos y los aceites vegetales, que compensaron con creces algunos aumentos de los precios del azúcar y los cereales. Los precios de la carne se mantuvieron estables.
Se entiende entonces que un menor precio produce una mejor accesibilidad a los alimentos. Pero este puede tener un efecto bumerán. Si el valor cae mucho dejará de ser rentable para el productor.