Bueno, malo, espiritual o comercial, el primer contacto con la India es inolvidable para quien lo experimente.
En estos últimos días forme parte de la delegación que visito en misión comercial dicho país. Y si bien cualquier estudio preliminar sobre los gigantes asiáticos alerta acerca de las diferencias de mercado con las que nos encontraremos, el impacto real es impensable.
Primera reunión: director de una empresa de tractores totalmente desconocida para nuestro mercado. El brochure comienza diciendo: "La compañía número uno de tractores del mundo". El balance, en perfecto español, reza las utilidades del último ejercicio: U$S 19.500.000.000.000 (algo así como el PBI de los 50 países más pobres del mundo). Tratando de disimular el éxtasis que para una ex bancaria representa leer un resultado económico así, trate de que mis terminales nerviosas saquen de la galera una estrategia comercial que pudiera serles atractiva: que podía venderle yo a un monstruo como este? Sin embargo, si tenía que ofrecerles: tecnología agropecuaria para conquistar nuevos mercados, algo en lo que sus productos se encuentran atrasados no menos de 50 años debido a las características de su economía agropecuaria intensiva, familiar y sumamente precaria.
Ese día tuve 34 reuniones más, con 5 traductores diferentes según las características culturales y religiosas de las empresas, cada una con sus "caprichos" de moloso asiático: cotización de 40 toneladas diarias de lentejas, contactos para dealers argentinos de automóviles indios, encargo de estudio de mercado para exportar mármoles, búsqueda de un socio argentino para una fábrica de celulares y tablets en Latinoamérica, y hasta quien me quería vender derivados de opio.
Esta misma India es el integrante con mayor potencialidad dentro de los famosos BRICS o bloque de países emergentes. Si bien China es en la actualidad el país más poblado del mundo, debido a la tasa de reposición de natalidad (menos de 1 contra 3), India no tardará más de 15 años en convertirse en número uno.
En conjunto, se calcula que los 4 integrantes originarios (Sudáfrica se unió en 2011 y carece de las características de gigante), sumarán casi el 50% de la población mundial mediando el presente siglo (siendo justamente 2050 el año donde según los vaticinios, el mundo va a estar dominado por estos países).
Muy comentada, tanto por el oficialismo como por la oposición, fue la supuesta intención de que Argentina forme parte del grupo, luego de ser invitada nuestra presidente a la última reunión del grupo en Fortaleza.
Sorpréndase tanto como lo hice yo: la realidad es que es justamente la India la que desea que Argentina forme parte del club de moda de la economía mundial. Y si bien el gurú del clan en sus inicios, el grupo Goldman Sachs, piensa en países como Corea del Sur o México, es sabido que los 5 miembros son los que en la práctica deciden los partners adecuados a sus intereses. El ejemplo más concreto es el anexo de Sudáfrica hace unos años, contra toda lógica.
Y es que los brics forman un bloque muy diferente al G7 o a comunidades geográficas como la EC. En realidad, ni siquiera puede decirse que formen un bloque, sino un intento de que los países emergentes se posicionen por sobre los clásicos actores de la economía mundial. El crecimiento sostenido (a mi entender no genuino) de Brasil, y su potencialidad como generador de alimentos, la mano de obra de China e India, las reservas energéticas de Rusia, y la posibilidad de que Sudáfrica sea un puerto de anclaje de un continente con 1000 millones de habitantes, son las características que unen a los BRICS. Y por esto, no es una locura pensar que Argentina puede convertirse en un socio estratégico.
El primer ministro indio electo en mayo, Narendra Modi , ha mostrado desde el primer momento una política de apertura hasta ahora desconocida para su país. Y entre sus preferencias se encuentra nuestra patria. Además de la misión comercial organizada por Cancillería Argentina junto con la Embajada de Argentina en India, en cuyas rondas de negocios participaron unos 50 empresarios argentinos y un centenar indios, los días 16 y 17 de octubre se llevó a cabo el Cónclave India Lac (América Latina y Caribe), donde Argentina fue el único "País Asociado", dato no menor teniendo en cuenta que había delegaciones de las principales economías de nuestro continente. En la comitiva, presentaciones y paneles de debate participaron el Secretario y Subsecretario de Desarrollo de Inversiones y Promoción Comercial, el Subsecretario de Turismo, representantes de la UBA, UNAJE y diferentes provincias, la Embajada Argentina en India de Nueva Delhi y el Consulado de Mumbai a pleno y un grupo de empresas argentinas, desde micro familiares hasta multinacionales como Pescarmona.
Sin desdecirme de lo escrito precedentemente, existe un elemento que une sin discriminar a estos países: el nivel de pobreza de la gran mayoría de su población. Son países con PBI nominal alto (entre los 4 suman el 20% del PBI mundial) pero con un muy bajo PBI per cápita. Para ser más gráficos, en PBI PPA (Producto Bruto Interno a valores Paridad de Poder Adquisitivo), India se encuentra en el 3er puesto entre 183 países, y en PBI per capita, se encuentra en el puesto 143 (Argentina en los números 21 y 49 respectivamente).
¿Qué es lo que llama la atención de la India hacia nosotros? Más allá de la excelente capacidad del gobierno nacional para vendernos ante la comunidad mundial como un país donde todo funciona de maravillas, el pesimismo típico del argentino promedio no nos deja ver que poseemos características que muchos países quieren tener de su lado: la capacidad de generación de alimentos, el vasto territorio, las reservas de agua y de energía (que aunque no explotemos, están), la tecnología, el nivel educativo, y fundamentalmente, la viveza criolla que en su cara amable, nos hace versátiles ante cualquier situación.
Quizás en un futuro no muy lejano, dejemos de lado la tercera posición, nos unamos a la fija de turno, y hagamos saltar la banca. Al fin y al cabo, no hay mayor soñador que un emergente.
La autora es Combination Export Manager. VP Consultora.