El sector tuvo un freno a partir de que se impuso el cepo al dólar, desde fines de 2011. Apuestan a que un nuevo gobierno mejore las perspectivas del negocio agrícola local
La incertidumbre en torno de la evolución de la pelea con los fondos buitre y las incógnitas sobre el futuro del valor del dólar volvieron a complicar el negocio inmobiliario rural, que tuvo uno de sus primeros golpes con el inicio del cepo cambiario, a fines de 2011.
La Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR) expresó en un comunicado que “en los últimos dos meses la encrucijada económica del país ha vuelto a presentarse con una virulencia inusitada y hay nuevamente demasiadas preguntas sin respuesta en materia económica y política”.
La compra de campos, asegura la entidad, se inscribe dentro de proyectos de largo plazo porque las inversiones en tierra implican inmovilizar importantes sumas de dinero “que requieren, al menos, una mirada crítica hacia la estabilidad de las futuras políticas de producción, situaciones que nuestro país hoy no sabe o no quiere ofrecer”.
En este contexto, aseguran, los inversores han vuelto “a ponerse en guardia”, postergando su momento de invertir al encontrar demasiadas y simultáneas complicaciones e incertidumbres internas, “a las cuales se suma la caída reciente del precio internacional de las commodities agrícolas que disminuyen sensiblemente la rentabilidad de las explotaciones”.
Adicionalmente, la cámara que reúne a las inmobiliarias rurales destaca que “las recientes complicaciones climáticas, la excesiva carga impositiva, la inflación y los mayores costos, son factores cuyo impacto se hace mucho más relevante y notorio cuando los precios de los productos caen”. La entidad agregó que “a los compradores les queda claro que es su momento para invertir y continuarán deambulando por el mercado buscando oportunidades, ya no tanto de precio porque la baja ya se ha establecido, sino de campos de calidad” que el día de mañana, “cuando la situación económica y política comience a cambiar, sean activos que recuperen rápidamente su valor relativo”.
Mientras tanto, explican que, para poder concretar sus operaciones, los vendedores aguardan esperanzados a que retornen los aires de cambio positivos.
La oferta, “sin ser exagerada y similar al primer semestre del año, continúa estable dentro de la pampa húmeda”, pero las zonas extra-pampeanas continúan inmersas en una importante y agravada parálisis de negocios inmobiliarios dice el comunicado de CAIR.
Según los empresarios “el fin de ciclo inevitablemente llegará y con nuevos bríos, tal como ha sucedido en reiteradas oportunidades en nuestro país”.
Desde fines del 2013, y con mayor fuerza durante el tramo inicial de este año, las inmobiliarias rurales empezaron a percibir cierta reactivación de consultas en el mercado de compra y venta de campos, “a la luz de mejores expectativas en materia de política hacia el sector, que se darían a partir de las próximas elecciones presidenciales”. Esto favoreció favoreció el cierre de algunas operaciones, pero el default y la pelea con los holdouts cambió nuevamente ese escenario.