Economistas retocan sus proyecciones y estiman que este mes el alza de precios llegará al 4%
A los aumentos en transportes, energía y combustibles que de antemano hacían prever una inflación alta para agosto, se le sumó la fuerte devaluación del peso, con traslado directo en el precio de los alimentos, e hizo que en las últimas semanas las consultoras retocaran al alza sus proyecciones iniciales y ya una suba del IPC más cercana al 4%. Además, con el dólar ya instalado por encima de la barrera de los $30, los economistas también están corrigiendo sus números de septiembre, en donde la inflación podría rondar el 3%, y no esperan un aumento menor al 2% hasta antes de noviembre o diciembre, siempre y cuando el tipo de cambio se estabilice.
«A principios de mes pensábamos que la inflación podría acercarse al 3%, pero viendo las mediciones de ahora, estamos estimando que se va a acercar más al 4%», destacó Gabriel Zelpo, economista jefe de Elypsis.
«Hubo aumentos en aceites y en algunos panificados, que sí tienen que ver con el tipo de cambio; pero no puedo asegurar que tuvo que ver con este último movimiento del dólar», explica el economista, aunque advierte: «Lo que sí es claro es que si el tipo de cambio se establece arriba de $30, va a haber mayor traslado a precios».
Para Amilcar Collante, economista de CESUR (Centro de Estudios Económicos del Sur), «inevitablemente el último rally del dólar está afectando a los alimentos, que seguro estarán por encima del promedio». Ya en julio, cuando el IPC aumentó 3,1% de manera interanual, ese rubro fue uno de los que hizo punta, con un alza del 4%.
Otro que coincide con Elypsis es el economista Andrés Asiain, director de CESO, que por la disparada del tipo de cambio, también prevé una inflación de 4%. De cumplirse ese pronóstico, no sólo marcaría la inflación mensual más alta desde 2016, sino que arrojaría un alza interanual de 34,6% en agosto, superando ampliamente los límites que impuso el FMI para septiembre, y que condicionan el próximo desembolso del préstamo (ver aparte).
En agosto, además de los aumentos anunciados, la sequía provocó una fuerte suba en la carne, según destaca Zelpo. «La sequía, que en el corto plazo hizo que envíen más vacas al matarife porque no iban a poder seguir engordando, ahora hace lo inverso. Como recuperaron los campos, los ganaderos dejan que sigan pastando las vacas y se reduce la oferta», explica.
Nuevo piso, nuevos precios
«Cuando el dólar rompe un techo, se disparan nuevamente los ajustes de precios más vinculados con alimentos. Tras la estabilidad de julio, parecía que el dólar a $28 era una nueva referencia. Ahora, al cruzar los $30 vuelve a recalcularse todo», sostiene Collante. En la misma línea, Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos, destacó que aumentaron levemente la proyección de inflación para septiembre. Y si bien asegura que en alimentos y bebidas no notó aún subas respecto de julio, sabe que el traslado a precios es cuestión de tiempo. «No sé si no se van a acelerar los precios un poquito ahora que el dólar subió. Me parece que eso va a pegar más en septiembre», comentó Tiscornia, que con la suba del tipo de cambio llevó su cálculo de inflación para el próximo mes a más del 2%, cuando un par de semanas atrás creía que iba a estar por debajo de ese número. Para agosto, la medición de la consultora le da, hasta la semana pasada, una inflación del 3,2%.
Orlando Ferreres también retocó al alza su previsión de inflación para agosto, que ahora es de 3,2%, cuando a inicio de mes era del 3%. «La proyecciones las venimos subiendo todo el tiempo», señala Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos de OJF, que ya estima una inflación del 3,5% para septiembre y de entre el 35% y 36% para 2018. Para Collante, «la velocidad que tiene la suba del dólar seguramente dará una inercia importante para septiembre y el IPC de arriba de 2,5%».
Para el resto de los meses, los analistas coinciden en que en octubre, con aumento del gas, la inflación dará otro salto fuerte, y no ven hasta noviembre números por debajo del 2% mensual. «Recién en noviembre o diciembre, si se tranquiliza el tipo de cambio, se podrá ver una inflación en niveles del orden del 1,5% o 2%», explica Zelpo, y coincide con Tiscornia, que no sólo ve para el último bimestre una menor presión sobre los precios, sino que también ata su proyección a que el tipo de cambio se estabilice, algo que parece muy lejano.