Luego de la suba de tarifas, el Gobierno sostiene que la inflación se acotará. En Hacienda quieren que el BCRA no espere al segundo semestre para bajar la tasa
En el seno del Gobierno se debaten dos alternativas para bajar la inflación, el otro gran objetivo de 2016 luego del pago a los holdouts que terminó de consumarse el viernes pasado.
El primero es el que baja del Banco Central (BCRA), conducido por Federico Sturzenegger, donde la meta es aplicar una tasa alta que seque la plaza de pesos y por ende comience a frenar los precios. De hecho es el modelo que se está aplicando, pero donde aún no se le pueden atribuir éxitos o fracasos porque la inflación viene de un piso alto, a lo que se suma el arrastre por la devaluación y el aumento de tarifas que tiene su efecto más duro en el primer semestre.
El segundo plan es el que se piensa en el Ministerio de Hacienda, dónde Alfonso Prat-Gay no parece estar convencido de que las políticas del BCRA tengan el resultado adecuado. En realidad, en el equipo del ministro quieren que el BCRA baje la tasa. Creen que hay que atacar la inflación de una forma más heterodoxa porque piensan que frenar los precios vía suba de tasa frenará aún más la economía. En este sentido sostienen que si pronto la inflación no se encuentra por debajo de los 2 puntos, la herramienta no puede ser la tasa. Si eso pasa, la propuesta es ir por los acuerdos sociales, seguir de cerca a los formadores de precios y revisar las cadenas de valor.
En el mercado sostienen que el BCRA se mueve con el manual. Es decir, «tasa de interés, es el resultado de inflación más renta de capital». Por lo tanto, si se paga 38% de interés en pesos, la tasa se traduce en una inflación en el rango de 30% más la ganancia.
La crítica que se le hace a la política del BCRA es que hoy no está en juego el valor del dólar. Hoy no se piensa en un peso más devaluado. En más, si se tiene en cuenta que las reservas van a aumentar vía ingreso por emisión de deuda y vía liquidación de exportaciones, el peso tenderá a revaluarse en el corto plazo.
«En mayo la inflación tiene un piso de 3% y veo precios entre 2% y 2,5% para el segundo semestre», dice el ex presidente del BCRA y actual jefe de asesores del Frente Renovador, Aldo Pignanelli. «Con ese nivel de precios, la tasa puede bajar pero no como pretende el Gobierno», afirma.
En el BCRA están convencidos de que la tasa bajará en el segundo semestre porque la alta inflación actual es producto de un reacomodamiento de precios que, por ejemplo, tiene que ver con la suba de las tarifas. En el segundo semestre, si la inflación se frena, la tasa que pagará el Gobierno por las colocaciones de letras rondará el 20%.
Tasas empresarias
Si las tasas bajan, también bajará el interés de los que apuestan a esa herramienta financiera. Hoy las empresas ven con buenos ojos comprar títulos a las tasas que paga el Gobierno. Tal es así que muchas ya no pelean por el giro de remesas. La apuesta es comprar letras al 38% o dólar futuro donde también siguen haciendo diferencias que en muchos casos, según fuentes del mercado, superan las ganancias que hacen por los productos que venden.