Debido a los rendimientos que paga el BCRA para aspirar pesos con LEBAC, el stock de deuda de la entidad creció 56% el último año y roza los $900 mil millones, un monto superior al de reservas o de Base Monetaria
La política monetaria del Banco Central de convalidar tasas altas para controlar la inflación tiene aparejada una serie de costos. Uno directo es el incremento de la deuda de la entidad, para absorber la liquidez de la plaza financiera; otro, indirecto, el enfriamiento de la actividad económica por la contracción y encarecimiento del crédito, y el redireccionamiento de fondos de la inversión real a la financiera.
El economista Carlos Belloni, del IAE de la Universidad Austral, se refirió a la principal estrategia impulsadas por el BCRA para reducir la inflación por el aumento de las tasas de interés. Explicó que «ante la aceleración de los precios domésticos y de las expectativas inflacionarias, el Central reaccionó endureciendo la política monetaria» y precisó que en el transcurso de 2017 «la base monetaria se contrajo 7% en términos reales (contando la inflación) y la tasa de interés de referencia se incrementó en un punto y medio porcentual».
Belloni destacó que «en términos interanuales, la tasa de crecimiento de la base monetaria se desaceleró y bajó del 46,8% de febrero a 34,7% en marzo, similar al movimiento de precios». En cuanto al otro instrumento de política, puntualizó que «el Central retomó la suba de tasas de interés pese al aún mal momento de la actividad económica. La tasa de interés de referencia de pases se incrementó un punto y medio porcentual pasando de 24,75% al 26,25% anual para darle mayor atractivo a pases».
Una menor masa de dinero volcada a la economía sirve para poner un freno a la inflación, pero a la par, se observa un importante aumento de la deuda de la entidad monetaria, a través de la colocación de Letras LEBAC, justamente para reducir la liquidez del sistema.
Con las tasas actuales, el hecho de renovar los vencimientos de LEBAC ya significa un crecimiento del 25% anual de la deuda, por los excepcionales rendimientos de estas colocaciones. Y de no renovarse estos vencimientos, el incremento de la Base Monetaria (billetes y monedas en circulación, cheques cancelatorios en pesos y depósitos de los bancos en cuentas del BCRA) sería aún mayor, con notable repercusión en la inflación futura y la demanda de dólares.
El economista Christian Buteler estimó que el costo que hoy paga el BCRA para absorber liquidez, a través de los rendimientos de LEBAC, es de unos $17.900 millones por mes, más de USD 1.000 millones, al tipo de cambio actual.
En el último año la Base Monetaria creció 41,1% o $228.818,2 millones, desde los $565.376,7 millones del 23 de abril de 2016 a $794.194,9 millones la semana pasada.
Este incremento superó por diez puntos porcentuales a la inflación del período, inferior al 30% anual, pero fue consistente con el respaldo en dólares del aumento de las reservas del Banco Central, dinámica que en teoría neutralizaría un efecto inflacionario. Los activos internacionales (medidos en pesos) aumentaron $237.128 millones (+46,8%), desde los 506.568,9 millones de un año atrás a los actuales $743.697 millones.
Esto quiere decir que la cantidad de pesos en la economía aumentó en sintonía con el crecimiento de las reservas, que podría definirse como emisión genuina.
Pero la emisión de pesos durante el último año fue en realidad mucho mayor que lo que se expandió la Base Monetaria y se reflejó en el crecimiento de la deuda del BCRA, llamada «cuasi fiscal», pues tiene su origen en la necesidad de aspirar el excedente de pesos emitidos para financiar el déficit del Tesoro.
Por eso, el stock de Letras LEBAC colocadas por el BCRA aumentó en $323.032 millones o 56,5%, desde los 571.586 millones del 23 de abril de 2016 a los $894.618 millones de hoy, un monto superior al total de la Base Monetaria o al total de las reservas.