Todas las proyecciones de un IPC cercano al 4% para febrero, con números incluso superiores en marzo, empujaron a los plazos fijos UVA y a los bonos indexados, apuntando al “carry trade”
En la rueda de ayer los inversores intentaron recuperar el tiempo perdido por los dos días de feriado. Por eso hay cotizaciones contradictorias, como la fuerte caída de los bonos en dólares con el consiguiente aumento del riesgo país, la baja del “blue” y la suba de los dólares financieros.
El derrumbe de los bonos de la deuda, a pesar de la cercanía del acuerdo con el FMI, tiene que ver con la aversión al riesgo. La firma del acuerdo es más importante para los inversores locales que para los tenedores de títulos de la deuda en el exterior. Por eso hubo bajas en los bonos con ley extranjera de hasta 3,50% que hicieron que el riesgo país trepe nada menos que 88 unidades y perforara el techo de los 1.800 puntos básicos al cerrar en 1.865 (+1,8%).
La contracara fue que el índice de países emergentes, es decir el ETF (EEM) que los representa, subió 0,3% y el de Brasil (EWZ) nada menos que 3,3 por ciento.
Los bonos del Tesoro de Estados Unidos a 10 años, que son los que marcan el ritmo del riesgo país en el mundo, cayeron porque los inversores se animaron a invertir en acciones y otros activos menos conservadores. El retorno de los bonos norteamericanos tras la caída aumentó a 1,85%. El día anterior estaban en 1,77%. Estos datos demuestran que la Argentina es el país más afectado entre los de América del Sur.
El dólar se vio complicado por este traspié. El “blue” perdió nada menos que $5 y cerró a $206. “Es que no hay pesos y la gente vuelve de las vacaciones y necesita hacerse de efectivo por eso salieron a vender las divisas”, explicó un operador.
La contracara fueron los dólares financieros donde, ayudados por la caída de los bonos con los que operan, tuvieron subas de 1%. El dólar MEP subió $1,83 a $196,84, mientras el contado con liquidación avanzó $1,76 a $202,03.
Estos aumentos no inquietaron a los inversores que continuaron con el “carry trade”, es decir apostar a los pesos para luego tomar las ganancias en dólares. La discusión en el mercado tuvo dos bandos: los que apuestan a que esta bonanza durará poco y los que se animan a jugar “long”, es decir a plazo más largo. Esto implica colocar los pesos, por ejemplo, en depósitos UVA que tienen un plazo mínimo de inmovilización de 90 días, pero rinden la tasa del costo de vida que viene en aumento por el incremento internacional de las materias primas que hacen prever un febrero con 4% de inflación. Marzo, incluso, lo puede superar. Los bonos indexados aumentaron hasta 0,53% como fue el caso del TX23.
De hecho, las acciones se movieron por el aumento de las tarifas que va a imponer el FMI, la realidad internacional y por la suba del petróleo y del gas licuado que la Argentina importa. Por eso, el S&P Merval subió 2,59%. Las petroleras lideraron el alza. Pampa Energía (+10,30%) e YPF (+8,53%) fueron los grandes protagonistas junto a Central Puerto que aumentó 4,84%. Cresud subió 6,92% por la suba del maíz, trigo y soja.
En tanto, en la plaza mayorista, el Banco Central ratificó su ritmo de devaluación de 12 centavos diarios. Por eso el dólar subió 48 centavos a $107,94. La fuerte liquidación de los exportadores que quisieron recuperar los 4 días sin operaciones, trajeron un flujo de dólares que le permitió al Banco Central comprar USD 40 millones y elevar las reservas en 30 millones a 37.049 millones de dólares.
La rueda de hoy será un verdadero rompecabezas por estas contradicciones que tiene un mercado que ya era volátil u ahora suma el conflicto internacional que está reacomodando todos los precios en el mundo y cambiando los números del memorándum de entendimiento con el FMI que, seguramente, en un futuro cercano será revisado.