Entrega el Gobierno con cuatro años de déficit fiscal, y exportaciones y PBI per cápita inferiores a los de 2011. La manipulación del INDEC disimula la suba de la pobreza y la inflación. El contraste con Néstor Kirchner
Luego de ocho años en el poder, la presidente Cristina Kirchner entregará las riendas del país con mayoría de indicadores económicos en retroceso. Una serie de variables clave para determinar la salud de la economía muestran un notable deterioro en la comparación con la administración de Néstor Kirchner, mientras que unas pocas registran mejoras.
En aspectos centrales Néstor Kirchner legó variables económicas más saludables. Entre 2003 y 2007 la Argentina mantuvo un sostenido crecimiento a «tasas chinas»: 8,8% (2003), 9% (2004), 9,2% (2005), 8,5% (2006), 8,7% (2007). En ese período presidencial el PBI avanzó 50%, frente al 33% en el acumulado de los ocho años siguientes.
Las reservas internacionales del Banco Central se multiplicaron por cuatro (312%), de 11.045 millones a 45.511 millones de dólares, entre el 26 de mayo de 2003 y el 7 de diciembre de 2007. El 3 de enero de 2006 se pagó el total de la deuda con el FMI por USD 9.600 millones y el canje de febrero de 2005 permitió reducir la carga de los pasivos en moneda extranjera y mejorar la curva de vencimientos a futuro.
Durante la presidencia de Néstor Kirchner el mercado de cambios se mantuvo unificado y el dólar retrocedió de 3,38 a 3,14 pesos, en un período de inusual estabilidad cambiaria. Estos números marcan un fuerte contraste con los obtenidos por la gestión de Cristina Kirchner, con una caída de casi 40% en las reservas del BCRA, una deuda pública que aumentó unos USD 60.000 millones y que quedó por encima del nivel anterior a la reestructuración de 2005. Entre 2003 y 2007 se redujo la pobreza del 52% de la población al 20,6%, mientras que en 2013 el Gobierno dejó de difundir el dato, pero estudios privados la sitúan entre 23 y 28 por ciento.
DÉFICIT FISCAL CRECIENTE
Un indicador fundamental para determinar la calidad de la administración de los recursos públicos es el resultado fiscal. Néstor Kirchner dejó la presidencia el 10 de diciembre de 2007 con cinco años consecutivos de superávit fiscal, toda una exhibición de solvencia de las cuentas del Estado. Cristina Kirchner, en cambio completará en 2015 el cuarto año consecutivo con déficit primario, que se profundizará más con el resultado financiero, luego de los pagos de deuda.
El 2007 concluyó con un superávit primario de $25.670 millones, un 3,2% del PBI según informó entonces el Ministerio de Economía. El superávit financiero del último año de Néstor Kirchner como presidente fue de $9.247,6 millones, un 1,2% del PBI. En contraste, el 2015 acrecienta el déficit primario en el que se cayó en 2012, luego de 16 años. Entre enero y julio ya se acumuló un rojo primario de $45.803 millones y un desequilibrio financiero de 108.172,2 millones de pesos.
SE ESFUMARON LAS RESERVAS
En términos de reservas en el Banco Central es alarmante la caída de 39,8% en los casi ocho años transcurridos (de 45.511 millones a 27.383 millones de dólares), con la sensación de haber desperdiciado un ciclo inédito para acopiar dólares, gracias a los elevados precios de las materias primas. Los activos internacionales retrocedieron al monto que acumulaban en agosto de 2006.
Los países de la región duplicaron su nivel de activos en el mismo lapso. Chile incrementó sus activos +126,2%, de USD 16.910 millones en 2007 a USD 38.245 millones hoy; Brasil tiene 104% más de reservas, de 180.334 millones a 368.252 millones de dólares. La mejora en los términos de intercambio también fue capturada por Uruguay (+293,5%, de USD 3.974 millones a USD 15.637 millones), Paraguay (+160,8%, de 2.461 millones a 6.418 millones de dólares) y Bolivia (+176,5%, de USD 5.319 millones a 14.708 millones).
MÁS INFLACIÓN Y ATRASO CAMBIARIO
En los últimos ocho años con Cristina al mando también se aceleró la inflación. En 2007, el INDEC ya intervenido calculó un 8,5% anual, contra mediciones de instituciones privadas que la ubicaron en un rango entre 16 y 18 por ciento. En 2015, la inflación del INDEC en septiembre reflejó un aumento de 14,4%, frente a una Inflación Congreso de 25,9% interanual.
La inflación acumulada en la «era Cristina» es de 140%, de acuerdo con las cuestionadas mediciones oficiales. Según el sitio Inflación Verdadera, el acumulado del período fue 494%, es decir que el promedio de precios minoristas se multiplicó por seis. En el promedio de Inflación Congreso, en base a estudios privados y algunos organismos oficiales de las provincias, la inflación acumulada fue 476,5 por ciento. ¿Qué sucedió con el dólar? En valor oficial la divisa aumentó 201,9% (se triplicó), de $3,15 a $9,51, mientras que por el precio libre o «blue» el salto es de 409% (se multiplicó por cinco), a 16 pesos.
Esta comparación deja en evidencia la existencia del atraso cambiario, factor que influye en el cálculo de otros indicadores, pues con una subestimación del precio del dólar se sobreestima el PBI en dólares, así como crecen los salarios domésticos medidos en dólares sólo por la paridad cambiaria.
ECONOMÍA ESTANCADA
Mientras que el INDEC determinó un crecimiento económico acumulado en 8 años de 33,4%según la nueva medición de PBI con año base en 2004, los especialistas de Arklems cuestionan este resultado por la intervención política del organismo que desde enero de 2007 dio muestras de «improvisación, fallas y oscurantismo en la comunicación e impericia técnica» en las estadísticas públicas.
Hecha esta objeción, los datos oficiales señalan que el PBI del segundo trimestre de 2015 alcanzó los USD 607.848 millones, con un promedio para el primer semestre de USD 576.270 millones. Este PBI es en dólares un 74,8% superior al del promedio de 2007, en USD 329.575 millones, incremento que requiere haber crecido a una tasa anual del 6% en promedio, «inflada» por el atraso cambiario. Un ejemplo claro de sobreestimación del PBI se observó cuando el INDEC informó con apenas un mes de diferencia un recorte del 5,5% al 3% en el crecimiento económico para todo 2013, supuestamente para no gatillar el pago de un cupón en dólares atado al PBI.
Sin embargo, los mismos datos oficiales refuerzan los cálculos que detectan estancamiento económico en los últimos cuatro años, desde que se estableció el «cepo» cambiario, pues la administración de Cristina Kirchner deja un PBI en dólares algo mayor al de 2011 (promedió USD 559.103 millones, sin la distorsión de la tasa de cambio que produjo el «cepo») cuando completó su primera presidencia, e inferior a los USD 606.842 millones promedio de 2012 y los USD 621.504 millones de 2013. La tendencia del primer semestre de 2015 muestra un progreso desde los USD 543.394 millones de 2014, debido a que en enero de ese año el Gobierno aplicó una fuerte devaluación que sinceró la medición del Producto en dólares.
Si se analiza el PBI per cápita con los datos oficiales, el promedio del primer semestre de este año es de USD 13.414, muy superior a los USD 8.835 de 2007 y algo más que los USD 12.750 de 2014, pero claramente detrás de 2011 (USD 13.567), 2012 (USD 14.561) y 2013 (USD 14.747).
CAÍDA INDUSTRIAL Y EXPORTADORA
Una señal de debilidad de la economía la aporta la industria. Según el INDEC la actividad fabril se contrajo en 22 de los últimos 24 meses, con una ligera recuperación en julio y agosto de 2015, para estabilizarse en los niveles de finales de 2010. Similar perspectiva se aprecia en los datos de comercio exterior, que entre enero y septiembre de 2015 alcanzaron un superávit de sólo USD 1.551 millones, el más bajo en 15 años. En nueve meses las exportaciones sumaron USD 47.263 millones, por debajo de los USD 49.103 millones del mismo período de 2008 y un 18% por encima de los USD 39.844 millones de 2007.
MAYOR ENDEUDAMIENTO
Para sostener los niveles de actividad Cristina apeló al consumo de reservas del BCRA, que alcanzaron un récord histórico de USD 52.654 millones el 26 de enero de 2011, y a un endeudamiento que contraría el relato oficial. La deuda pública, que alcanzaba los USD 173.585 millones en diciembre de 2007 (52,7% del PBI oficial), llegó en 2014 al monto máximo histórico de USD 233.381 millones (43% del PBI). En ambos casos, se contabilizan los títulos en poder de los holdouts.
Desde un punto de vista socioeconómico, la administración de Cristina hereda al sucesor mejoras en el empleo, pero con una pobreza que se extiende por el avance de la inflación.
AUMENTÓ LA POBREZA
Más delicado es establecer las cifras de pobreza, que el Gobierno decidió dejar de difundir en 2013, pero que están revirtiendo parte de descenso evidenciado en el primer tramo de gestión kirchnerista. En 2007, el INDEC informó que el 20,6% de la población se encontraba en situación de pobreza y un 5,9% era indigente.
Debido a la manipulación de las mediciones oficiales de inflación, que determinan el costo de la Canasta Básica Total y la Canasta Básica de Alimentos (que a su vez establecen los umbrales de pobreza e indigencia), para el primer semestre de 2013 solo el 4,7% de los argentinos era pobre y 1,4%, indigente. Desde entonces, los informes del INDEC se «discontinuaron» hasta hoy. No obstante, mediciones alternativas, como las del Observatorio de Deuda Social de la UCA, cuantificaron la pobreza en un 28,7% del total de habitantes al cierre de 2014. Es un nivel similar al de los años 2000 y 2007, y la mitad que el récord de 54% registrado durante el pico de la crisis 2001-2002.
EL ESTADO SOSTIENE EL EMPLEO
La desocupación informada por el INDEC al cierre de 2007 reflejaba una tasa de actividad (personas que trabajan o buscan trabajo) del 45,6% del total de la población, y una tasa de empleo de 42,2% (demanda de trabajo satisfecha). La desocupación se situaba en el 7,5% de la población activa, y la subocupación afectaba a otro 9,1 por ciento.
El último dato oficial, al segundo trimestre de 2015, exhibe una caída de la tasa de actividad al 44,5% y de la tasa de empleo al 41,5 por ciento, que significa que hubo una porción de la población que decidió retirarse del mercado de trabajo. Esta dinámica explicó gran parte de la reducción de la desocupación al 6,6%, con una subocupación casi estable, en el 9% de la población activa.
Sin embargo, la intervención del Estado fue fundamental para sostener el mercado laboral. Según el Ministerio de Trabajo, entre julio de 2013 y julio de 2015 el empleo registrado en el sector privado acumuló un aumento de 3% (de 6.311.851 a 6.498.248 puestos), que coincide con el crecimiento vegetativo de la población en el período. En los últimos años, el descenso de la desocupación se debió a que el sector público reemplazó al privado como empleador.
Una mejora fue la retracción del empleo no registrado. En 2007 afectaba al 39,3% de los trabajadores, mientras que en 2015 cedió al 33,1 por ciento. A excepción de las jubilaciones mínimas (aumentaron +621% desde 2007), los salarios no llegaron a empatarle a la inflación real, a lo que se sumó la mayor carga tributaria por la deliberada desactualización del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias y otras deducciones especiales.