El potencial sesgo negativo que puede imponer La Niña, es inoperante. La circulación de escala regional se ha vuelto más eficiente y con ella se perfilan mejores condiciones para la segunda parte de la primavera…
TENDENCIAS CLIMÁTICAS
Al analizar forzantes climáticos de escala planetaria, debemos mencionar que las temperaturas superficiales de la cuenca central del Pacífico Ecuatorial vienen promediando un ligero enfriamiento que amerita la vigilancia del estado La Niña, evento sobre el cual convergen los modelos de pronóstico para el resto del año y el comienzo del año próximo. En efecto, a pesar de que el desarrollo del evento frío en el Pacifico central es lento y débil, hay un consenso generalizado que promueve un cierto acople con la atmósfera que por lo pronto solo se manifiesta en el océano.
Como podemos ver, sobre la línea ecuatorial, se alternan sectores fríos que no terminan de conformar la típica configuración de un evento La Niña, pero está claro que, de haber una tendencia de las aguas superficiales del océano en la zona, esta sería negativa. En las últimas semanas el promedio de la SST del sector central arrojo un desvío negativo de 0.9°C. Este valor es poco significativo y por lo pronto poco persistente. Por eso en la mayoría de las instituciones Internacionales se habla de estado de vigilancia La Niña, lo cual valida cierta condición de neutralidad. En definitiva, esta no es una situación que justifique el gran faltante de agua que dominó gran parte de la zona productiva de Argentina hasta la última semana.
A lo largo del mes de septiembre hemos visto muy fuerte volatilidad en la circulación atmosférica. Si bien es un mes de transición estacional, donde esta característica suele imponerse, se destaca la poca eficiencia de los vientos del noreste para derivar masas de aire tropical con buena carga de humedad sobre la franja central. Es razonable pensar que esta situación se debe a la poca persistencia de los vientos de esta dirección. Se han observado muchas jornadas con circulación de aire del noroeste, con fuerte incidencia sobre el patrón térmico, pero con escasa eficacia a la hora de facilitar la llegada de aire húmedo.
Otro problema de circulación que se vino observando en la actualidad es la aparición de zonas de alta presión frente a las cosas patagónicas. Esto puede favorecer la llegada de aire húmedo sobre la costa sur de BA y el este de Rio Negro, pero en su tránsito hacia el noreste del Atlántico, los anticiclones generan vientos del este sudeste sobre la zona central del país. Esto deja días templados con poca carga de humedad. Luego se intercalan unas jornadas más cálidas con viento del noreste, pero los mismos no se sostienen. Ésta dinámica de escala regional, se ha venido modificando desde hace al menos una semana y con ella se ha notado una mejora en la performance pluvial, aun no generalizada, pero sí muy beneficiosa en vastos sectores de la zona núcleo. Si esto no se lograba, las lluvias se hubieran mantenido muy por debajo de lo normal independientemente de la llegada o no del fenómeno La Niña.
Los pronósticos de mediano plazo, plantean una segunda quincena bastante más activa, que al menos sostiene un nivel de actividad que aproxima al mes de octubre a su condición de máximo pluvial en gran parte de la franja este y la zona central. No se aprecia una situación que pueda generar sistemas precipitantes que permitan recomponer los atrasos de último trimestre. Comienzan a verse lluvias que pueden han logrado recomponer el escenario para las siembras de maíz y han detenido el deterioro de los cultivos de la fina.
Las instituciones nacionales e internacionales plantean un consenso negativo para el desarrollo del último trimestre del año con un combo de lluvias por debajo de los valores normales y temperaturas que tienden a mostrar desvíos positivos. Dentro de este contexto de gran escala, entendemos que las lluvias experimentaran una mejoría. Es posible que en términos mensuales las precipitaciones se mantengan por debajo de los valores estadísticos, pero estimamos que se observarán reposiciones que permitirán avanzar con las labores de siembra de la gruesa.
Como están dadas las cosas, el margen hídrico para llevar adelante la implantación seguramente va a ser estrecho. Bajo estas circunstancias es conveniente elaborar estrategias agronómicas conservadoras o correr las siembras hacia las fechas más tardías según la zona.
A esta altura, el potencial sesgo negativo que puede imponer La Niña, es inoperante. No obstante, esto, aun manteniéndose condiciones cuasi neutrales, vemos un comportamiento de escala regional que remite a faltantes pluviales para lo que resta del año. A medida que avancemos sobre la primavera las condiciones se vuelven más inestables, pero sin circulación persistente de masas de aire húmedo, las mejoras pluviales serán parciales y temporarias. Por lo pronto el final de octubre se presenta mejorado, aun cuando algunas zonas del sur de la región pampeana se hayan visto salteadas.