Reunión de Bonfatti con ejecutivos de la compañía neocelandesa. En septiembre llegaría a Santa Fe una misión de la gigante láctea respondiendo a una invitación del gobernador.
"Plantamos una semilla, ahora vamos a regarla". Con esas palabras, Antonio Bonfatti celebró el compromiso asumido por el director ejecutivo de Fonterra, la compañía lechera más grande de Nueva Zelanda, de visitar la provincia antes de fin de año.
No es un dato menor ya que el gobernador vino hasta aquí con el objetivo de abrir un nuevo mercado para la producción láctea de Santa Fe y el gesto de su interlocutor debe asumirse como auspicioso: las conversaciones seguirán a fines de septiembre, ya en la capital provincial, y tanto el mandatario como los funcionarios y productores lecheros que lo acompañan en su gira creen que podrían resultar positivas para los pequeños y medianos empresarios santafesinos del sector.
En su primer día de actividad oficial en Nueva Zelanda, Bonfatti y funcionarios de las secretarías de Agricultura, Comercio Exterior y Relaciones Internacionales de su gobierno fueron a la sede de Fonterra junto con varios productores lecheros. Los acompañaba el embajador de Argentina en Nueva Zelanda, Fernando Escalona, y en el número 9 de Princes Street de Auckland los esperaba Alexander Turnbull, director para América latina de Fonterra, la gigantesca cooperativa que comercializa el 90 por ciento de la leche que se produce en la tierra de los All Blacks.
El mandatario socialista les habló a Turnbull y otros ejecutivos de la compañía sobre las bondades de la producción lechera de Santa Fe y les explicó las razones por las cuales a la provincia le interesa establecer una alianza estratégica con esa compañía. Pero su interlocutor lo atajó con un comentario que Bonfatti acaso no esperaba. "El principal obstáculo para que vayamos a invertir en su provincia es la inestabilidad de la economía argentina", dijo. Hablaba de factores como la inflación y la deuda, pero esencialmente de la política del gobierno nacional en materia de exportaciones.
Fortalezas regionales. El argumento no distrajo al gobernador y sus acompañantes de los objetivos de su misión. Bonfatti admitió frente al empresario que en el pasado reciente hubo señales argentinas que generaron desconfianza en el exterior, pero insistió sobre las fortalezas de Santa Fe para jugar en el mercado lechero internacional e invitó a los productores que estaban con él a explicar las razones. Una hora después, Turnbull parecía haber modificado su percepción y fue entonces cuando el jefe de la Casa Gris lo invitó a comprobar sobre el terreno lo que le ofrecen los productores santafesinos. Su visita a la provincia será los últimos días de septiembre.
Para el gobierno y los empresarios santafesinos la posibilidad de hacer negocios con Fonterra es clave en sus aspiraciones de expansión para la producción láctea local. Curiosamente, fue el propio Turnbull quien mejor resumió las razones cuando dijo que China e India "necesitarán comprar mucha leche" en los próximos años. Si Fonterra apunta a consolidarse en el inmenso mercado asiático, los productores de Santa Fe sueñan con asociarse como proveedores.
El objetivo tiene una base lógica ya que Nueva Zelanda es el mayor exportador de leche del planeta, aunque su producción ya casi no puede expandirse más, y por lo tanto, necesita buscarla afuera de sus fronteras. El propio Turnbull, después de expresar sus reparos sobre la macroeconomía argentina y los obstáculos a las exportaciones, dijo lo que funcionarios y empresarios ya sabían: que las condiciones para producir leche en Santa Fe son las mejores. "De eso no hay la menor duda", repitió varias veces.
Tanto Bonfatti como sus acompañantes, varios de ellos pequeños productores santafesinos, también le dieron valor a la futura visita de Turnbull a la provincia por el contexto en la que se producirá, apenas unos meses después de que Fonterra anunciara que dejaba sus negocios en Argentina.
La cooperativa neocelandesa era socia de Nestlé en la empresa Dairy Partners Américas (DPA), creada en 2003 y mediante la cual se dedicaban a la producción de leche en polvo y al negocio de leche líquida y productos refrigerados. Hace un par de semanas decidió retirarse del negocio en el país y le dejó a su socia las operaciones en Brasil, Argentina, Ecuador y Colombia y se asoció con un partner local en Venezuela.
En la delegación santafesina que está en Nueva Zelanda creen que, después del periplo de Turnbull por los tambos de la provincia, dentro de tres meses y medio, esa historia pueda revertirse.
"Logramos algo muy importante, que una empresa como Fonterra nos escuche y reconozca a Santa Fe como un socio potencial. Ahora hay que trabajar para convencerla de que podemos hacer negocios", dijo Bonfatti a La Capital al abandonar la sede de la compañía.
Antes de visitar Fonterra, la misión santafesina se reunió con representantes de la Agencia de Desarrollo Económico de Nueva Zelanda y del Consejo de Negocios para América latina. También con el director ejecutivo de la poderosa Cámara de Comercio de Auckland y con empresarios neocelandeses.