Mientras en los contratos más cortos donde interviene el Banco Central la devaluación esperada anual es del 16%, en los más largos prácticamente la duplica. En la City señalan que el componente político empieza a ser cada vez más importante a la hora de tomarle el pulso a los negocios financieros. Las consultoras reducen sus expectativas de devaluación para este año
Las fuerzas parecen haber encontrado un curioso lugar en el mercado financiero y la resultante es un virtual quiebre de las perspectivas. Por un lado, casi una obviedad a estas alturas, el Gobierno no ha cejado en su esfuerzo por aplacar las proyecciones devaluatorias que se manejan en la City.
Hasta ahí ha llegado el Banco Central, que para dejar bien en claro que no está dispuesto a convalidar un tipo de cambio demasiado elevado ?y ni siquiera uno que respete el alza sistemática de los precios de la economía? interviene en los contratos a futuro de dólar para planchar la cotización implícita.
Lo extraño ?o no tanto porque el BCRA suele intervenir en los contratos de los primeros meses? es que esa ?fuerza? no logra traspasar mediados de año. Prueba de ello es que los contratos a futuro de dólar que se manejan en el Rofex han evidenciado una ?pulseada? que, ahora si, da lugar a la segunda de las fuerzas: la del mercado. Es que si bien la impronta del BCRA queda plasmada en los primeros meses de la curva devaluatoria de los contratos, a medida que se acerca fin de año el mercado comienza a ponerle un precio distinto al billete estadounidense.
Según datos de mercado, si se toman los contratos más cortos en dólares y se lo anualiza, entonces la tasa de devaluación esperada ronda el 16% mientras que si se toman los contratos más largos ?a un año, por ejemplo? esa tasa sigue superando el 30% anual.
«Prácticamente el mercado de futuros se ha partido en dos, ya que se da por sentado que el Gobierno no va a devaluar en los próximos meses pero el mercado es renuente a creer que ese escenario pueda sostenerse en el tiempo», señalan en la City.
Mientras a fines de abril el tipo de cambio en los contratos se fija actualmente en los $ 9,07, hacia febrero del año próximo en lo que son los contratos con baja liquidez ese valor se fija en $ 11,39, lo que arroja 30%.
Ahora bien, según sostienen en la City, el mercado es cada vez más permeable al ?componente político?. En la traducción, esto implica que a medida que avanza el año, la expectativa cifrada en la plaza se desentiende de los vectores que dicta el Banco Central y retoma su propia proyección. «Una parte del mercado cree que hacia fin de año habrá alguna clase de corrección del tipo de cambio y eso hace que si bien la devaluación esperada hasta que la presidenta Cristina Fernández entregue el mandato es menor o igual al 1% mensual, desde ese momento haya especulación con alguna corrección que lo lleve a superar los $ 11», sostienen.
Por afuera, bancos y consultoras privadas continúan profundizando sus expectativas de un mayor atraso hacia fin de año. Por ejemplo, el informe de LatinFocus Consensus Forecast dio a conocer la opinión de una treintena de analistas que modificaron a la baja sus proyecciones sobre valor que tendrá el tipo de cambio respecto a las estimaciones que realizaron en enero, lo que llevó al consenso también a un nivel menor. En concreto, las apuestas de consultoras y bancos privados auguraban el mes pasado que el peso alcanzaría los $ 11,1 a fines de 2015, mientras que ahora la estimación cayó a $ 10,82. Esto significa que la devaluación anual esperada se redujo desde un 27,8% hasta 24,65% respectivamente. Abeceb.com, que en enero avizoraba el valor del peso a $ 11,79 para fin de año, ahora proyecta $ 10,21. Analytica Consultora redujo su apuesta desde $ 10,51 a $ 10,45 mientras que Espert & Asociados recortó estimaciones a $ 9,59.