Con una economía que no repunta, sólo en el 2° semestre podría mejorar la recaudación. El FMI presiona por cambios impositivos, de imposible aplicación en un año electoral
Aún si lo deseara, y el aparato productivo y la necesidad política no lo empujaran a tomar medidas para reactivar a la industria y al consumo, el Gobierno tampoco dispondría de márgenes para encarar cualquier tipo de políticas que desbalanceen las cuentas fiscales.
Así las cosas, las medidas en estudios son las «posibles» y que apuntan sobre todo al estrecho desfiladero de la competitividad de la economía. Algunos analistas comienzan a llamar al estilo el «Sica way». Se refieren a intentos de avanzar con algunas políticas que chocan con las restricciones del déficit cero, que trocan a soluciones caso por caso y de mejoras de condiciones, sobre todo a los exportadores.
Los datos oficiales de utilización de la capacidad instalada de la industria a febrero, podrían ser reveladores de la necesidad de políticas más profundas, y demandantes de recursos fiscales.
Como se adelantó aquí, la recaudación inferior a los objetivos que se viene registrando forzó a un «recálculo» de las metas, aliviando las del 2° trimestre -redujo el objetivo de superávit de $ 40.000 millones a $ 20.0000 millones-, cargando las tintas sobre el tercer trimestre, que en lugar de $ 40.000 millones será ahora de $ 60.000 millones. La menor actividad y la demora en el ingreso de retenciones, que hasta marzo hicieron crecer la recaudación debajo de la inflación, pusieron en tensión estas cuentas, y dificultan cualquier margen político.
En el staff report conocido la semana pasada se recomiendan medidas adicionales para aumentar los ingresos, como mayores avances en la eliminación de subsidios, la eliminación de exenciones impositivas y una reforma del IVA para incrementar la tasa en algunos productos que contribuyen con alícuotas reducida. También consideró y recordó que la AFIP tiene en estudio modificaciones al Monotributo, un esquema que tiene claramente en la mira para eliminar la evasión. En cualquier caso, el Fondo reconoció que el Gobierno le planteó la imposibilidad de avanzar en ese sentido en un año electoral.
Respecto de la evolución de la recaudación tributaria, que al observar que marcha en un nivel inferior al esperado, al reseñar el estrecho sendero fiscal, el Fondo dijo que «será crítico actuar continuamente con prudencia en la ejecución de los planes de gasto y tomar otras medidas para incrementar los ingresos fiscales para llegar al déficit cero».
Desde el Ministerio de Hacienda indicaron que «hay que esperar cómo evoluciona la recaudación en los próximos meses. Se proyecta que el mayor crecimiento a lo esperado y la mayor inflación a la esperada implicará mejoras en los ingresos», considera el Gobierno, en forma tan realista como temeraria.
El consuelo del Fondo Monetario es que, mientras esperaba una caída de la economía de 1,7% en 2019, pronostica ahora una baja de 1,2 por ciento. El Gobierno rechaza la posibilidad de realizar mayores recortes de gastos, y solamente podría efectuar una «racionalización de gastos en bienes y servicios y de gastos de capital no prioritarios».