Qué haría el Banco Central si en la reforma fiscal deciden gravar las Lebac? Federico Sturzenegger tiene su arma en la tasa del 27% de las letras para tratar de domar a la inflación, ¿pero cuánto debería subir la tasa si en la reforma fiscal deciden gravarlas?
Aunque en la City conjeturan que el impuesto será gradual, para estar en sintonía con el gradualismo que impera en el Gobierno, por lo que podría ser más bajo al principio y luego irá escalando.
Otra de las hipótesis que manejan en el sector es que pueda deducirse del impuesto a las ganancias.
«Si te fijás el impuesto al cheque y todo lo que el Gobierno vino sacando hasta ahora, se puede deducir de ganancias, así que la lógica indicaría que esto también», comentan en las mesas, donde ayer se lamentaba el fallecimiento de Gustavo Jalil, presidente del Banco Julio.
«El gravamen tiene que ser para todo: de lo contrario se irían plazo fijos a Lebac y los bancos nos quedaríamos sin depósitos», es la protesta que realizan desde las asociaciones que nuclean a los bancos.
En Lebac el 88% ya paga impuesto, porque es volumen de personas jurídicas, y ellos pagan el 35%: sólo el 12% del stock total está en manos de personas físicas.
Pero hay que tener en cuenta que, en abril del año pasado, la Gerencia Principal de Estudios Jurídicos del Banco Central estableció que las Lebac no son títulos públicos. La definición podía llegar a tener consecuencias impositivas, porque los títulos públicos están exentos del pago del Impuesto a las Ganancias y el Impuesto a los Bienes Personales.
Sin embargo, en mayo del año pasado, la AFIP estableció que las operaciones con Lebac no tributarán impuesto a las Ganancias ni Bienes Personales, para personas físicas o sucesiones indivisas. De acuerdo con la normativa de la AFIP, las letras y notas son títulos públicos al ser instrumentos de regulación monetaria emitidos por el BCRA. Según la normativa vigente, los títulos públicos están exentos del pago de ambos gravámenes.
Impuesto al ahorro
En la City no hablan de renta financiera, sino que se refieren a un «impuesto al ahorro» que se producirá luego del blanqueo.
El presidente de la Bolsa, Adelmo Gabbi, remarca que las acciones ya pagan el impuesto a las ganancias, por lo que sería un despropósito realizar una doble imposición.
En cuanto a gravar la renta variable, el dueño de una de las sociedades de bolsa top señala que no tiene sentido, porque ya pagan las personas jurídicas: «Además, sería una doble imposición, porque paga la ganancia de la empresa y aparte la ganancia por la variación de valuación. A su vez, iría en contra de lo que pasa en los mercados de la región, lo que incentivaría a que la gente se fuera a invertir en Estados Unidos por ejemplo.
También va en contra del desarrollo del mercado de capitales, que es el más chico de la región en cuanto a PBI. Y significaría un encarecimiento para las empresas, o sea menos inversión: otro problema para el país».
En las entidades financieras argumentan que el gran inconveniente es que el crédito de los bancos se va a encarecer: las tasas de préstamos a empresas podrían llegar a subir unos puntos. Ante este escenario, los bancos tendrían que salir a pagar más por los depósitos y eso encarecería los préstamos de más corto plazo, como consumo, tarjetas de crédito, prendamos y personales.