El banco central norteamericano comenzó a revertir un histórico ciclo de tasas altas para combatir la inflación. La Fed redujo el costo del dinero a un rango de 4,75% a 5%, desde su máximo nivel en 23 años
Los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal (Fed) comunicaron este miércoles una rebaja de la la tasa de interés en Estados Unidos en 50 puntos básicos.
El banco central norteamericano anunció la decisión, antes de una conferencia de prensa que brinda desde las 15:30 el presidente de la entidad, Jerome Powell, quien da detalles sobres las expectativas y proyecciones para la economía norteamericana. En sus últimas comparecencias públicas, Powell no dejó lugar a dudas: “Ha llegado el momento de hacer ajustes en la política monetaria”.
Tras las once subas realizadas desde marzo de 2022 para tratar de controlar los precios -tras la pandemia la inflación en los EEUU alcanzó el 9,1% anual, un máximo en cuatro décadas-, la Fed mantuvo las tasas desde julio del año pasado en una horquilla entre el 5,25% y el 5,5% anual, su máximo nivel desde 2001.
Ahora el banco central norteamericano redujo dicho rango al 4,75 a 5 por ciento, en el inicio de lo que se espera que sea una relajación constante de la política monetaria con una baja mayor de lo habitual de los costos de endeudamiento tras la reciente preocupación por la salud del mercado laboral.
“El comité ha adquirido mayor confianza en que la inflación se está moviendo de forma sostenible hacia el 2%, y considera que los riesgos para alcanzar sus objetivos de empleo e inflación están más o menos equilibrados”, dijeron los responsables monetarios del banco central estadounidense en su comunicado, que suscitó la disidencia de la gobernadora Michelle Bowman, partidaria de un recorte de solo un cuarto de punto porcentual.
Los responsables de la política monetaria prevén que la tasa de referencia de la Reserva Federal caiga otro medio punto porcentual a finales de este año, otro punto porcentual completo en 2025 y un último medio punto porcentual en 2026, para terminar en un rango del 2,75%-3,00% anual. El punto final refleja una ligera subida, del 2,8% al 2,9%, de la tasa de los fondos federales de más largo plazo, considerada la postura “neutral” que ni fomenta ni desincentiva la actividad económica.
A pesar de que la inflación “sigue siendo algo alta”, el comunicado de la Fed señala que las autoridades monetarias optaron por recortar la tasa de interés a un día de plazo a un rango del 4,75% al 5,00% “a la luz de los avances en materia de inflación y el equilibrio de riesgos”.
La Fed “estaría preparada para ajustar la postura de la política monetaria según corresponda si surgen riesgos que podrían impedir el logro de los objetivos del Comité”, con atención a “ambos lados de su mandato dual” de precios estables y máximo empleo.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, ofrece en estos momentos una rueda de prensa para hablar sobre la decisión y las perspectivas económicas. La reunión de política monetaria de la Fed de esta semana fue la última antes de que los votantes acudan a las urnas en lo que se espera que sean unas reñidas elecciones presidenciales en Estados Unidos el 5 de noviembre.
¿Qué es la tasa de la Fed?
En los Estados Unidos, la tasa de interés de fondos federales (federal funds rate en inglés) es la tasa nominal de referencia de todo el sistema financiero y es determinante para la tasa interbancaria, es decir la que rige para préstamos entre bancos, que deben cubrir un cierto nivel de reserva de fondos, ya sea como saldo en la Fed, o como efectivo en la propia institución, históricamente en el 10% del stock de depósitos.
Con la suba o la baja de la tasa de referencia, la Fed determina el costo del dinero para estos préstamos interbancarios que se transmite a todos los segmentos del mercado y, por lo tanto, también regula la cantidad de dinero en la economía. Con tasas más bajas se vuelve más barato el crédito y se le da impulso a la actividad económica. Cuando la inflación es una amenaza, se suben las tasas, se retira dinero de la actividad -para el inversor es más rentable aprovechar una tasa alta y dejar fondos en el banco que invertirlos en la economía real- y se presiona a una desaceleración del consumo y la oferta, aunque con efectos recesivos.
En la Argentina el Banco Central aplicó una estrategia similar con la tasa que ofrece a través de distintos instrumentos emitidos, como fueron las Lebac (Letras del ), las Leliq (Letras de Liquidez) y los Pases pasivos. Con la eliminación de pasivos remunerados en pesos a partir del 22 de julio de 2024, éstos fueron reemplazados por la suscripción de Lecap (Letras Capitalizables en pesos) y la emisión de la LeFi (Letra Fiscal de Liquidez), ahora a cargo del Tesoro nacional, en el marco del esquema de “emisión cero”.
¿Por qué la Fed baja la tasa ahora?
Aunque el Banco Central Europeo (BCE) y otras instituciones en países desarrollados llevan meses realizando recortes de tasas, la Fed, presidida por Jerome Powell, ha sido mucho más conservadora y hasta ahora había mantenido que los datos económicos en los EEUU no eran lo suficientemente confiables como para iniciar las bajadas.
Pero en las últimas semanas los indicadores se encaminaron en la dirección esperada por el ente regulador. El índice de precios al consumo (IPC) de Estados Unidos recortó cuatro décimas en agosto hasta el 2,5% interanual, el dato más bajo desde febrero de 2021.
Por otra parte, el mercado laboral norteamericano encadenado meses de pobres datos de creación de empleo y signos de enfriamiento, aunque debe señalarse que el desempleo en los EEUU se ubica cerca de mínimos históricos, con una tasa en el 4,2% de la población activa. Esto implica una base de 7,1 millones de desempleados, unos 800.000 más que hace un año.
¿Qué implica para la Argentina?
Dado el peso global que tiene la economía de EEUU, una baja de la tasa de referencia va a influir en muchos aspectos al resto de los países, entre ellos, los emergentes como la Argentina.
1) Un dólar más débil. La baja de tasas va a desincentivar el flujo de fondos globales hacia los EEUU. El dinero de los inversores va a buscar mayor rentabilidad fuera del sistema financiero norteamericano. Esto puede beneficiar a los países emergentes, cuyos bonos ofrecen altas tasas relativas a los rendimientos de bonos de EEUU, por ejemplo. Asimismo, Argentina podría captar fondos de inversión para su economía, lo mismo que sus socios comerciales -como Brasil o China-. Ello redundaría en un impulso para la actividad económica y el crecimiento.
2) Mejores precios para las materias primas. Consecuencia de un dólar más débil también se le daría un empujón alcista -medidos en dólares- a las cotizaciones de los principales productos exportables de la Argentina, como granos y sus derivados industriales, que afianzaría el superávit comercial.
3) Financiamiento más accesible. La economía doméstica está necesitada de divisas y su endeudamiento soberano es primordialmente en dólares, así que esta tendencia es una noticia positiva. En el mismo sentido, la necesidad del Gobierno de regresar a los mercados voluntarios de deuda en el exterior para refinanciar sus pasivos puede contar con una ayuda en este menor costo financiero para obtener dólares y reducir el riesgo país.
¿Qué dicen los analistas?
Jerome Powell, presidente de la Fed, busca evitar una recesión en los EEUU y un panorama inestable en los planos financiero y laboral, al bajar las tasas de referencia, medida que se aplicará incluso con los números optimistas que resultaron del análisis económico del Departamento de Comercio norteamericano. Pese a lo esperado para el segundo trimestre de 2024, el PBI creció, alcanzando un 3% interanual, lo que refleja, no solo una estabilización de la economía, sino también aceleración y calma para los inversores.
Los expertos de Schroders indicaron que “la inflación en EEUU ha caído por debajo del 3%, lo que históricamente es positivo para la renta variable, especialmente para las empresas de pequeña capitalización, aunque con mayor riesgo. Las empresas de pequeña capitalización cotizan a niveles de descuento récord frente a las grandes empresas, y suelen tener mejores rendimientos en ciclos de recortes de tasas de la Fed. La renta variable tiende a superar a la renta fija y al efectivo cuando la Fed recorta tasas. El estilo de calidad rinde bien en todos los entornos de recortes, especialmente si se evita una recesión”.
Los analistas de Puente destacó en los EEUU “la inflación de agosto, que volvió a desacelerarse por quinto mes consecutivo en términos interanuales, al anotar +2,5% y +3,2% en la medición sin alimentos ni combustibles. Esta tendencia bajista de los últimos meses, en conjunto con un mercado laboral que exhibe signos de debilitamiento, ha venido aumentando la expectativa de que la entidad comience a relajar las condiciones monetarias este mes, tras mantener la tasa de referencia en el rango más elevado desde 2001″
“Es importante considerar que el escenario base continúa siendo el de “aterrizaje suave” y de tasas de interés elevadas por más tiempo, lo que continuará manteniendo el atractivo de la renta fija global dado los altos rendimientos nominales que se pueden capturar, siendo los vencimientos inferiores a 3 años la opción más conveniente para inversores conservadores”, añadió el reporte de Puente.
“Con los índices accionarios en máximos y antes claros signos de enfriamiento del mercado laboral, creemos que tomar una posición más defensiva tiene sentido. Esto implica tomar exposición sobre índices o acciones de calidad y con valuaciones razonables. En esta línea preferimos moderar la exposición a EEUU y a los sectores que lucen más elevados como el de tecnología. En la renta fija, seguimos prefiriendo bajar la calidad crediticia, aunque mantenernos en el tramo corto de las curvas, tanto en emergentes como en EE.UU. También nos parece que tiene sentido sumar exposición en el tramo de 2 a 5 años en los bonos del Tesoro como cobertura hacia escenarios negativos”, señaló un informe de Balanz.
“La historia siempre juega un papel importante. El 50% de las veces que la Reserva Federal redujo la tasa de interés por primera vez en 50 puntos básicos o más fue seguido de una recesión económica y el S&P 500 cayó en los doce meses siguientes. En cambio, cuando el primer recorte fue de 25 puntos, solo el 25% de las veces hubo recesión, mientras el S&P 500 siempre subió en los doce meses posteriores. Bajo esta lógica, una disminución de 50 puntos podría ser percibido como una señal de debilidad. Sin embargo, esta vez la situación es diferente y la economía estadounidense no muestra signos de debilitamiento por el momento”, precisó Portfolio Personal Inversiones.