En Chicago volvió a caer y desde el pico de enero, perdió más de 65 dólares por tonelada. A nivel local, los valores se mantienen porque los productores no venden
Los futuros de la soja en Chicago profundizaron ayer la tendencia bajista, que dejó al contrato más activo en un piso para los últimos 14 meses de operación. Así los futuros a julio terminaron la rueda en u$s 335,3 la tonelada, 1,5% o 5,1 dólares menos que el viernes pasado, última rueda de operación en Chicago ya que el lunes fue feriado en Estados Unidos.
La baja, que consolida la tendencia inaugurada hace casi diez días en el principal mercado de commodities agrícolas en medio de la crisis política en Brasil que disparó la devaluación del real e hizo más atractivas las ventas para los sojeros brasileños, parece de momento no tener un piso definido.
Algunos analistas creen que el soporte puede estar en u$s 330 la tonelada, en medio de la siembra para la futura campaña en Estados Unidos. Y consideran que si bien los fondos especulativos están con posiciones vendidas récord desde marzo de 2016, el desplome de la soja tiene origen técnico más que de los fundamentals del mercado. La baja de ayer se produjo luego de un fin de semana con clima que acompañó la siembra y a pesar del reporte de ventas de 130.000 toneladas a un destino desconocido, que puede ser China, en un momento en que Estados Unidos ya vendió 90% de su producción sojera, por encima de los años previos.
Tras el cierre del mercado, el Departamento de Agricultura estadounidense (Usda) reportó que la siembra sojera 2017/18 cubrió 67% del área, dentro del promedio de los últimos 5 años, lo que puede derivar en nuevas retracciones.
Los contratos más activos de soja en Chicago perdieron más de 16% de su valor, o casi 65 dólares por tonelada desde el 18 de enero último, cuando la oleaginosa alcanzó los u$s 400 la tonelada en medio de las lluvias e inundaciones que afectaron el tramo final de la siembra en la Argentina.
Las super cosechas en EE.UU. y Brasil, así como la mejora en el clima argentino que determinaron una producción de unas 57 millones de toneladas, vienen desde entonces socavando las cotizaciones de la oleaginosa. Así, la cosecha argentina se devaluó u$s 2000 millones entre el pico de enero y ayer. Según el último reporte oficial, al miércoles 24, la exportación y la industria llevaban compradas 21,3 millones de toneladas de soja, 12,3% menos que el año pasado, en un contexto en que los productores retienen el poroto a la espera de mejores precios.
Esa resistencia a vender con precios a la baja se verifica en dos situaciones. Por un lado, 11 millones de toneladas se comercializaron «a precio», es decir con un valor determinado, mientras el resto se hizo con modalidad «a fijar» (lo que indica que el productor esperaba alzas al momento de cerrar el negocio).
Y por el otro, pese a las fuertes bajas externas, la soja disponible se mantiene en torno a $ 3800/$3850 la tonelada y la posición julio de soja del Mercado a Término de Buenos Aires (Matba) operó ayer u$s 242 dólares, un valor que para los operadores hace que la soja argentina no sea competitiva con la de Brasil y EE.UU. Con ese valor, el FOB técnico argentino está casi u$s 23 dólares por tonelada más caro que Chicago, algo que hace inviable los negocios de exportación de soja sin procesar, comentó el analista José Frogone.