China y una oferta que se muestra firme mantienen la cotización a valores históricamente bajos. El mercado local operó casi sin cambios, en medio del paro
El lunes negro de los mercados financieros contagió a la soja, que siguió perdiendo valor en una tendencia cuyo piso aún se desconoce. En los últimos 15 días, el precio FOB de la oleaginosa en la Argentina cayó casi u$s 40 por tonelada y con estos números, las 23 millones de toneladas que resta comercializar de la cosecha valen u$s 900 millones menos. En términos de ingresos al fisco, son u$s 311 millones menos, sólo por las bajas de las últimas dos semanas.
En una jornada en el que la bolsa de Shangai cayó 8,49%, Wall Street retrocedió más de 3% y la bolsa local se retrajo 6,3%, la cotización de la oleaginosa perdió 1,7% en el mercado de Chicago para la posición de noviembre, que indica el mes en que ingresa la cosecha estadounidense, y cerró apenas por encima de los u$s 321. Así, el grano estrella de la Argentina sigue entre sus mínimos en seis años, sin posibilidades de retorno a la vista.
Fue una jornada de altísima volatilidad: la oleaginosa cotizó con una variación entre puntas de más de u$s 10 para cerrar en un valor que terminó sorprendiendo positivamente dentro del contexto, aunque las perspectivas a futuro no son positivas y encienden una luz de alerta en la economía local.
En el mercado argentino, ayer la soja quedó prácticamente sin cambios, en medio de la primera jornada de paro agropecuario. Sin embargo, según el presidente de la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Javier Buján, el valor FOB aún puede bajar 20 dólares más por tonelada «después de que se cubran algunas necesidades puntuales» de los compradores y el mercado acuse nuevamente el impacto de la baja internacional.
Para el especialista y secretario del Mercado a Término de Buenos Aires, Ricardo Baccarín, «en este contexto financiero es muy difícil saber cuál es el piso de baja» para el precio de la soja, mientras que «sería un milagro» que subiera su valor, indicó.
La soja acusa un doble impacto del cimbronazo de la economía china, porque además del desplome de las bolsas que repercutió en la cotización desde el lado financiero, existe una demanda real que se cae si China se enfría. En este punto empiezan a jugar los fundamentos del mercado de granos, que también son bajistas.
El buen clima de los Estados Unidos augura una cosecha de más de 105 millones de toneladas que se suma al récord argentino, de 61 millones de toneladas, y un desempeño exitoso de la producción en Brasil. En paralelo, mientras la perspectiva de demanda china aún no cayó en los registros, más de uno duda que las proyecciones actuales se puedan sostener. Según Baccarín, mientras las compras de soja de China para la campaña 2014/15 alcanzan las 76 millones de toneladas, el año que viene esa demanda subiría a 79 millones de toneladas. «No sé si sería tan optimista», declaró Baccarín.
Por lo pronto, para lo que resta del año, con remanentes de soja en Brasil y Argentina y el ingreso de los granos del norte, todas las perspectivas son bajistas. Así, tras un año duro como 2015 los productores encararán otra siembra de maíz y soja con números demasiado delgados como para entusiasmar a cualquiera.